martes, 22 de abril de 2014

BONES. The Nail in the Coffin. El poder, las serpientes y sus nidos.


Bien, The Ghost Killer está muerta, desde que Booth acabara con Pelant en The Sense in the Sacrifice (9x04), su sombra ha planeado sobre Brennan. En el episodio The Ghost in the Killer (9x12) nos la presentaron y sin embargo su existencia siguió siendo cuestión de. Sólo Brennan creía en ella y Booth porque creía en Brennan. No había forma de encontrar las pruebas, el hilo que unía los muertos que Pelant señalara como sus víctimas, ahora ya sabemos por qué, el poder del dinero y la corrupción que todo lo tapan.


La terrible asesina al final resultó ser una pobre niña rica, una víctima más del maltrato de un hombre que le debía consuelo y protección. Una niña que sólo quería conseguir la atención de su papá. Y es cierto que las claves para descubrirla, las falsas y las verdaderas, estaban en The Ghost in the Killer, unas las dio el doctor Hodgins, otras ella misma, que no las supiésemos ver fue uno de los grandes aciertos de aquel episodio que firmara Nkechi Okoro Carroll.

Y si The Ghost in the Killer fue uno de los mejores episodios de la temporada de Bones, igual de bueno e incluso mejor ha resultado The Nail in the Coffin, cuyo guion firma Dean Lopata  (uno de los más guinistas más veterano la serie). Un episodio en el que el suspense se sostiene hasta el final, en el que las pistas se van descubriendo poco a poco conforme se avanza en el examen de la víctima y la investigación sobre las finanzas de su familia. No hay sospechosos trampa, sólo una y bien urdida que al final resultó ser la beneficiaria del inventario de vergüenzas y millones de la familia.


A los entusiastas de las acampadas no les recomiendo que vean el principio del episodio, se les quitarán las ganas de a la noche, alrededor de la hoguera, contar historias de fantasmas. Nunca se puede estar seguro de que clase de fruta madura se desprenderá de los árboles. Tal vez resulten ser los restos medio descompuestos de una asesina o su calavera, que sólo un niño lo encuentre divertido da idea de hasta qué punto las criaturas son unos pervertidos (es broma).


De lo exámenes preliminares de los restos, Cam y el doctor Clark deducen que el caso podría estar relacionado con los asesinatos de The Ghost Killer, al cadáver le falta una uña y los dedos están fracturados como las anteriores víctimas, pero Cam no quiere a Brennan en el caso, podía precipitarse en sus conclusiones y le pide a Booth que no la lleve a la escena del crimen. Booth no está de acuerdo ni por supuesto Brennan que desoyendo las órdenes se presenta por su cuenta.

Sus descubrimientos en la escena del crimen sean los mismos que los del doctor Clark y sí la doctora concluye que la muerta es una de las víctimas de la asesina fantasma. Con una diferencia, a esta no le falta sólo una uña, sino todas y que disimulaba la falta con otras postizas pero muy especiales, eran uñas humanas. En el laboratorio Brennan establece la identidad de la víctima con el examen de su mandíbula, tiene marcadores genéticos de prognatismo similares a los que tenía Trent McNamara, el amigo de Hodgins que en el anterior episodio apareció muerto y al que la doctora Saroyan, en contra de la opinión de Brennan, señaló como culpable y suicida. De los errores humanos de los buenos viven los malvados. La muerta es Stephanie McNamara, su hermana.


Mientras Stark, el subdirector del FBI, les pide a Booth, Sweets y Caroline Julian una pronta resolución del caso, los McNamara son una de las más poderosas familias de Washington, quiere una condena, su promoción está en juego. Pero a Booth la promoción no le importa, él quiere resolver el crimen y piensa que uno de los móviles más poderosos tiene que ser la fabulosa fortuna de la familia, sus negocios y la corrupción que conlleva.


Como  Hodgins ha encontrado en las uñas y en los dedos de la víctima una sustancia extraída de las leguminosas que se utiliza como anestésico casero, Booth, mientras se dirige con Brennan a la mansión de los McNamara, para hablar con la jardinera, última persona de la casa que vio a Stephanie con vida, le da por sospechar que ella podía haber sido la asesina. Pero sobre todo discuten el informe que sobre las capacidades de Booth le ha pedido el FBI a la doctora Brennan. Ella le considera altamente capacitado y considera que lo que Booth llama su instinto es en realidad una gran capacidad de observación. Que a uno la mujer de la que esté enamorado lo admire debe producir una gran sensación de orgullo y Booth está muy pero que muy feliz con la evaluación de Brennan.

La jardinera no sabe nada del crimen ni siquiera que Stephanie hubiera desaparecido, ella sólo es un miembro más del servicio. Los lleva al último lugar dónde la vio: las caballerizas. Y allí, en la puerta de uno de los cuchitriles la doctora Brennan encuentra las que al final resultarían ser las pruebas decisivas, rastros de arañazos antiguos y una uña. Booth descubre en el suelo huellas de que Stephanie fue secuestrada allí mismo. Todo apunta a que de niña Stephanie fue sometida a abusos por parte de su padre, a que precisamente en ese lugar la castigaba.



Booth quiere encontrar al beneficiario de la muerte de Stephanie, para él está claro que la clave está en las finanzas de la familia (ese poderoso instinto). Con Caroline se va a la agencia federal encargada de la vigilancia y control de las transacciones financieras. Quieren los archivos de la investigación que sobre el conglomerado de las empresas han estado realizando, por supuesto la directora se niega, es información confidencial. Las cosas cambian cuando Booth la amenaza con una acusación de obstrucción a la justicia. Por supuesto consiguen los archivos que van a parar a Angela, miles y miles de documentos que investigar.


En el laboratorio entre Clark y la doctora Brennan se produce uno de esos momentos especiales que en los últimos episodios en los que el doctor ha intervenido se han producido entre ellos. Clark ha encontrado que las uñas de Stephanie fueron arrancadas hacía más de quince años, que posiblemente las perdiera intentando escapar del cuchitril donde debía estar encerrada y añade que va a hacer todo lo posible para descubrir al asesino fantasma, que la doctora no necesitaba a Pelant.

Cuando Booth en la sala de interrogatorios acusa a la jardinera de ser la asesina, Brennan reconoce en ella la herencia de la familia, su mandíbula presenta un prognatismo similar al de Trent y Stephanie McNamara, a resultas de lo que las pruebas de ADN digan, ella es medio hermana de ambos, ella heredará la fortuna, ella es la culpable. La pobre mujer no sabe nada, ella creció en la casa, jugó de niña con ella, si la mansión se vende ella tiene una pensión asegurada ¿por qué iba a matarla? Ella es inocente.


El caso comienza a aclararse cuando Cam descubre con muestras de ADN que todas las uñas encontradas en la escena del crimen menos una corresponden con las de las anteriores víctimas de la asesina fantasma, ¿quién sino la propia Ghost Killer podría tener las uñas en su poder? Que Stephanie McNamara es The Ghost Killer lo prueba Angela al examinar los archivos de las empresas, estaba en las fechas en que cada una de las víctimas fue asesinada en las ciudades donde murieron.


Pero si Stephanie McNamara era la asesina fantasma ¿quién la asesinó a ella? ¿y por qué? La clave está en la uña no identificada. Cam descubre que pertenecía a una chica Maya Zinkow  asesinada hacía quince años, Hodgins recuerda el caso, era una amiga de Stephanie y se culpó del asesinato a Kessler uno de los profesores de su escuela, el hombre ha estado cumpliendo condena hasta hacia justo seis meses. Cuando exhuman el cadáver descubren que fue asesinada de igual manera que lo ha sido Stephanie, con múltiples cuchilladas y que el informe de la autopsia no refleja lo realmente sucedido y, además, que Maya había sido violada aunque de eso Kessler no fue acusado. Una prueba improbable del semen hallado en el cadáver determina que el violador fue Giles McNamara, el patriarca de la familia


En el apartamento de Kessler, un lugar no muy habitable, un lugar donde rumiar la venganza. Booth y Sweets descubren que Kessler durante los años que ha estado en la cárcel ha reunido una gran información sobre la familia McNamara; entre los archivos encuentran las fotos de la escena del crimen de Maya, fotos que alguien, en este caso en el FBI se encargó de encubrir, ya se sabe cuan poderoso es don dinero. Booth está indignado. Además de planos de la mansión de los McNamara encuentran los de otra  casa que resulta ser la de un congresista, precisamente fue el juez encargado del caso.

Las piezas comienzan a encajar. Giles McNamara violó a Maya, Stephanie lo vio y sufrió un brote psicótico porque lo que ella quería era la atención de su padre. Giles utilizó todo su dinero, poder e influencia para comprar la impunidad suya y de su hija. Al subdirector del FBI no le hace ninguna gracia que ahora salga a relucir que durante quince años el FBI ha estado encubriendo los asesinatos de una familia poderosa. Quiere que todo se aclare y hace responsable de ello, una vez más a Booth.


Cuando Booth y Brennan llegan a la casa del congresista se lo encuentran colgado del techo, en su cuerpo las mismas heridas que en el cuerpo  de Stephanie, parece obvio que Kessler está consumando su venganza. Pero hasta que no consiguen identificar el arma con la que ambos fueron asesinados y unos componentes químicos que había en las heridas no descubren dónde puede encontrarse Kessler. El arma resulta ser un cuchillo para el tabaco y las sustancias las que contenían antiguamente los cigarrillos.


Y en una vieja fábrica de tabacos lo encuentran Booth y Brennan, está a de colgarse del techo. Booth le pide que no lo haga, que les ayude a encontrar al encubridor de los crímenes, Kessler cree que no conseguirán nada, "la justicia no es para gente como ellos", que acabarán con él. Booth le promete que vivirá, aún así el hombre se lanza al vació. Y Booth de un disparo certero rompe el nudo rompe la cuerda. Vivirá.

Así ha sido y así nos ha contado Dean Lopata como la doctora Brennan y el equipo del Jeffersonian han ganado el desafío de Pelant, cómo han descubierto a The Ghost Killer. Las alas de su maldad la atraparon y la venganza de los inocentes volvió contra ella sus propias armas. Pero…pero… el caso no se ha acabado, el suspense continúa porque lo terrible de The Ghost Killer no estaba en sí misma, ni en los asesinatos que cometía, sino en sus encubridores y los beneficios que obtenían.


Me temo que por mucho que Booth se esfuerce, en el nido de serpientes que el poder y los hombres que se sirven de él se mueven, no caben luz ni taquígrafos, su ámbito está entre las sombras, entre los paneles de madera de los grandes despachos y en los bunkers del FBI. Que Booth y Brennan hayan puesto al descubierto la corrupción de la que se alimentan es una insolencia que terminarán pagando.


Y me temo que aunque Booth esté a punto de conseguir su promoción, que aunque no sea impedimento para ello que la doctora Brennan testifique ante el subcomité del Congreso que no mete los calcetines usados en el cesto de la ropa sucia, la sombra del mal también terminará cayendo sobre ellos, que la cerveza con la que brindan, aunque sea de Missouri, no sirva a la buena suerte.

Sin embargo no habrá que olvidar que:


"No importa lo que nos pase —dice Booth—, seguiremos siendo un equipo”
“Bueno—responde Brennan—, eso es básicamente la definición de un buen matrimonio”

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