miércoles, 20 de mayo de 2015

Bones. Entrevista de Kathy Reichs, la gran dama de los huesos y el crímen.


Hace poco la revista Neisha Rose entrevistó a Kathy Reichs, la escritora, antropóloga forense y productora de Bones, en cuya vida y experiencias está basada la serie. Me encantó la entrevista, y aunque de lo que habla no está de actualidad parece ahora el momento de publicarla, porque en compañía de su hija Brenda ha escrito el guion de un episodio tan importante para el final de la temporada como The Woman in the Whirlpool que se emitirá la próxima semana.

Pero además es una entrevista interesante porque nos da una visión realista de lo que es su trabajo como antropologa, el trabajo de Temperance Brennan. Por supuesto la novelista no sólo habla de Bones también lo hace de sus trabajos forenses y de su carrera.



La que sigue es como siempre una traducción razonable de lo que en su día publicó Neisha Rose (aquí podéis leer el original)

•       ¿Qué carrera estudió para convertirse en antropóloga forense?

Kathy Reichs— ¡Una  muy larga! Me licencié en Biología ósea por la  American University en 1971. Un año más tarde terminé un Master en Antropología física de la Universidad Northwestern; y en 1975 terminé mi doctorado en Antropología física por la universidad de Northwestern.
El campo forense requiere algunas habilidades adicionales que no son necesariamente las de una arqueóloga —incluso un arqueólogo con una buena comprensión de la osteología y del esqueleto humano—. Así que me reciclé y presenté mi candidatura para la certificación por la Junta Americana de Antropólogos Forenses. Exámenes muy difíciles tanto el escrito como el práctico. Creo que sólo alrededor de 88 personas han sido aceptados.

•       ¿Qué le satisface más de su carrera?

KR—Dar voz a los huesos. Mi trabajo no es para aprensivos. Los casos que llegan a mi laboratorio son los homicidios, los suicidios y las víctimas de accidentes, las personas que han sufrido muertes violentas. Los antropólogos forenses tienden a obtener los casos más graves, los que no pueden ser resueltos por el patólogo a través de una autopsia normal.
Lo que siempre hay que tener en cuenta es que trabajo con los muertos, pero para los vivos. Ayudo a las familias cuando alguien ha desaparecido. Doy testimonio en los tribunales para hacer justicia si ha habido un crimen violento. He tenido el privilegio de trabajar en la Zona Cero después del 11 de Septiembre,  dar testimonio en los juicios por genocidio de Ruanda, y la identificación de víctimas en fosas comunes en Guatemala. Ya se trate de un caso individual o un gran evento, cada resolución es gratificante para llevar la paz a las víctimas y sus familias.



•       ¿Qué parte de su trabajo se refleja en sus novelas y en Bones?

KR—En los libros y la serie se ofrece una visión  de mis casos. No todos los libros se basan en un caso específico, pero están todos relacionados con algo que he hecho, como el trabajo de ayuda humanitaria o de derechos humanos en el que he trabajo.





•       Como productora de la serie ¿toma medidas para asegurarse de que el espectáculo representa la verdad de la antropología forense?

KR—Trabajé con los escritores, venían y me preguntaban cosas cómo “¿cuál sería el patrón de fractura si alguien se cayó de un helicóptero de 240 metros? Y les daba la información. Leía cada guión. Y criticaba si lo que veía no se atenía a la realidad. Por ejemplo, si Brennan corta un trozo de hueso para determinar  la edad en el microscopio, diré que eso no se puede hacer, que tiene que poner una sección en una diapositiva.
Pero una de mis cosas favoritas de Hart Hanson, Stephen Nathan, y el equipo es su compromiso con exactitud. Desde el principio querían presentar la ciencia con la mayor precisión posible. Es la televisión, así que tiene que haber una buena historia, y cada historia tiene que tener una resolución, lo que no siempre ocurre en la vida real.  Los personajes no consiguen ADN de vuelta en 22 minutos, y no usan tecnología que en realidad no existe. Incluso con nuestros efectos más inteligentes, como los gráficos por ordenador de Ángela, la tecnología existe. Ahora si me pregunta si un laboratorio medio  dispone de la tecnología que usan en el Jeffersonian. La respuesta es no, tendría un coste prohibitivo.



•       ¿Le gusta estar detrás de las escenas o prefiere tener un papel más recurrente en la serie?

KR—Prefiero estar detrás de las escenas. Aunque, tengo que decir que disfruté de mi cameo en la segunda temporada. Cuando el creador de la serie Hart Hanson me propuso un pequeño papel, me negué. La actuación en televisión no es para mí, pero cuando me dijo que  David Duchovny iba a dirigir el episodio, me subí al primer avión camino de Los Ángeles.
Interpreté a una antropóloga forense en el comité que examina del doctorado al becario de Brennan, Zach Addy. Estaba en la escena en la que el defendía su tesis al  frente de la comisión, éramos un grupo estricto y  adusto. No me pone nerviosa hablar en público, por lo que mi mayor preocupación era que mi peinado estuviera bien. Terminó siendo muy divertido.



La antropología forense siempre me ha interesado, porque los huesos pueden proporcionar mucha información acerca de una persona, además de la forma en que  fue asesinada.

•       ¿Qué tipo y cuánta información se puede realmente extraer de los restos óseos?

KR—En el análisis forense se convinan un amplio espectro de ciencias para responder a las preguntas que  interesan al sistema legal.
El principio de Intercambio de Locard establece que cada contacto deja un rastro. Cada vez que la gente se encuentra, se toca o entra  en una habitación deja tras de sí partículas y también se llevan otras cuando se van. Esos bits transferidos, fibras, polvo o pestañas permiten a los científicos vincular al culpable con su crimen.
Examino los huesos. La “evidencia” que analizo es la propia víctima. Como un antropólogo forense, examino  cuerpos descompuestos, quemados, desmembrados y esqueletos momificados. A partir de ahí puedo determinar la edad, el sexo, la raza y la altura.
En algunos casos, puedo determinar la causa de la muerte, una estimación de cuánto tiempo hace que una persona ha muerto, o lo que se hizo a un en el momento de la muerte y a posteriori. También puedo determinar un poco cómo una persona vivió, hay marcadores en los huesos que indican por ejemplo si una persona en vida se dedicó a coser, a tocar el piano,  a jugar al tenis. Con una profunda investigación, puedo averiguar dónde vivían, si tenían una buena nutrición, y lo que había en su suministro de agua.
Los huesos son los narradores de una vida, y actúan como su voz.

Kathy Reichs y su hija con los guionistas de Bones

•       ¿Cuál fue el caso más difícil de los que ha trabajado hasta la fecha? ¿Por qué fue un reto?

KR—Tuve el privilegio de trabajar en la Zona Cero tras el 11 de Septiembre.  El trabajo era sencillo: tamizar los restos e identificarlos como humano o no humano. Pero no había nada simple en realidad. Era exigente físicamente y psicológicamente devastador. Fue increíble ver el enorme equipo de personas cualificadas que venían a trabajar. La gente trabajaba 24 horas en condiciones difíciles. Estábamos decididos, pero aturdidos por el choque, como todo el mundo. Había que mantener la concentración en el trabajo o el corazón se rompería un millón de veces al día.

•       ¿Es más difícil obtener información a partir de huesos procedentes de cuerpos que fueron desmembrados, quemados, o descompuestos? ¿Qué desafíos ha enfrentado con casos como estos?

Por supuesto es más difícil. Hay que empezar a trabajar con los rayos X en lugar de con los huesos reales, o pasar por el arduo proceso de limpieza de los huesos. Cualquiera que vea  Bones  sabe que la limpieza de los huesos es un proceso importante que puede llevar la mitad del episodio y requiere ingenio en los casos difíciles. Es trabajo sucio apestoso.



•       ¿Realiza muchos análisis de restos óseos exhumados? ¿Ayuda en la excavación de los cuerpos?

KR— De vez en cuando. Aunque ahora, privilegio de la edad y la experiencia, trabajo más en el laboratorio que en el campo, es menos sucio.

•        ¿Cree usted que la extensa cobertura de los medios distorsiona la percepción del público sobre el caso? 

KR— Esa es una pregunta difícil. Creo que una cobertura mediática responsable es importante. No nos gustaría vivir en un estado policial en el que se emita una orden y una persona “desaparezca” sin más preámbulos. Pero el efecto de la exposición excesiva puede ser tóxico si el circo mediático influye en el proceso judicial. El periodismo histérico y apresurado sin duda puede ser perjudicial. Pero también lo son juicios precipitados. Tiene que ser a la vez la información responsable, y  juicios responsables.

Estar en una sala de tribunal es diferente de verlo en la televisión,  puse mi confianza en el sistema judicial, con la esperanza de que los jurados,  los que escuchan  los detalles del caso los evaluarán cuidadosamente, ya que han sido instruidos para ello. Cuando trabajo un caso, se considere “noticiable” o no, no concedo entrevistas. Sólo después de que se llegó a la conclusión voy a discutir cualquiera de mis casos, y sólo lo que está disponible en el registro público.

Kathy Reichs y su hija con las mujeres que intervienen en el episodio de Bones
The Woman in the Whirlpool del que son autoras.

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