El pasado 13 de septiembre se cumplieron 12 años del estreno de Bones y algunas boneheads, tal vez
extrañadas de que no festejara la efeméride en el blog , me lo recordaron; no
lo hice conscientemente, desde el 28 de
marzo pasado en que Bones fundió
por última vez a negro ya sólo nos quedan efemérides. En realidad desde hace más
de 6 meses a las boneheads sólo la nostalgia nos alimenta porque nos quedamos
sin presente ni futuro. Lo último novedoso aparecido relacionado con Bones fue unl artículo de EW en el que Kathy
Reichs contaba de dónde sacó el nombre de Tempe para la protagonista de sus novelas, una chica de Chicago de ascendencia
italiano-católica con la que compartió una aventura marítima.
En el siglo XVII a la nostalgia se
la consideraba una enfermedad que se curaba con opio, sanguijuelas y una
caminata por la montaña. No funcionaba, ni entonces ni ahora. Porque ahora,
ante lo incierto del futuro, la nostalgia, es decir el sentimiento de pérdida y
la añoranza del pasado se ha convertido en una pandemia. Desde luego las
boneheads no somos las únicas enfermas.
Si algo hemos aprendido
en estos doce años de Bones es que “El organismo exitoso es el que se
adapta, que en esta vida toda belleza es transitoria”. Otras series nos apasionarán, otras
ficciones nos entretendrán, seguro. Pero hoy quiero dejarme llevar por la
nostalgia. Ayer 7 de octubre se cumplieron 4 años de la emisión del episodio The Sense in the Sacrifice (9.04)
escrito por Jonathan Collier y
dirigido por Kate Woods.
The
Sense in the Sacrifice
es el primer episodio de los dos en los que Hart Hanson (el creador de Bones),
en contradicción con lo que había sido su filosofía, su forma de hacer la serie
nos dio a las boneheads lo que tanto tiempo llevábamos esperando y como lo
estábamos esperando Es el episodio en el que finalmente Booth mató a Pelan. Pelant,
por Dios, el asesino en serie menos creíble de toda la ficción televisiva. Fue
el episodio en que me reconcilié con Hart
Hanson y Stephen Nathan después
del fiasco del final de la octava, hasta entonces me duraba el enfado.
No creo que fuese la única
enfadada, hoy, 8 de octubre, hace 4 años
que escribí mi reseña en el blog “Y BOOTHACABÓ CON PELANT”, es el segundo
artículo más visto del blog con 11.119
visitas. No es una reseña al uso, sino escueta e irónica. ¡Dios que cabreo
tenía!, y cómo se nota. Hoy 4 años después, inútiles los enfados he vuelto a
ver el episodio y disfrutado.
Me sigue pareciendo peregrina la historia de ponerle a Pelant un cadáver por cebo, pero claro era una idea de Sweets, increíble que Pelant matase al agente Flynn, que entrase en el Jeffersonian y engañase a Brennan con una bomba de juguete, que la engatusara con la asesina fantasma, pero aceptando que Bones nunca ha sido perfecta y dejándome llevar por la fe de Booth, me ha encantado una vez más, tiene todo aquello que me llevó a ser una bonehead, una mujer fuerte y racional que a pesar de todo es capaz de dudar de sí misma, de aceptar la racionalidad de su irracional fe en Booth. Un Booth enamorado, que acepta su responsabilidad y se enfrenta a su destino aunque en el envite pueda perder la vida y el amor de Brennan, dispuesta a preservar la vida de Pelant a cambio de atrapar a la asesina fantasma. Y el final, por fin, un final que compensa con creces los dos miserables minutos finales de The Secret in the Siege (8.24). Disfrutemos:
DEL SEXO INTERRUPTO.
Recordad, después de haber despellejado un cadáver (trabajo que disfrutó en demasía la doctora Brennan), el agente Flynn se lo lleva para colocar la trampa a Pelant. Booth y Brennan en su cama esperan su llamada y Brennan le pide sexo a Booth para aliviar la tensión. Tal vez no esteis de acuerdo conmigo pero a mí me parece no sólo una escena divertida sino de la más románticas de Bones.
— ¡Ojalá llamase ya
—dice Booth
tenso, cansado de la espera.
— ¿Un poco de sexo?—
le propone inesperadamente Brennan. Booth
preocupado la mira sorprendido.
— Nuestros cuerpos
necesitan liberar tensión para dormir —le explica .
— ¡Vaya, que romántica eres! —responde Booth que no está muy por la labor.
— Estoy siendo práctica. Sé que siempre duermo mejor después de varios orgasmos—dice Brennan que está pensando en eso, en dormir.
— Vale, ¿me estás desafiando?
—Puede —le contesta entre risas que se transforman en gemidos cuando Booth comienza a besarla apasionadamente. Como siempre que algo bueno sucede, el teléfono suena.
— ¿Flynn? —pregunta Booth.
—No, el FBI.
DE LA RACIONALIDAD
La escena previa al beso más apasionado en pantalla de toda la serie sucede en la sala de interrogatorios. Brennan y Booth le preguntan al médico que operó a Flynn sobre la financiación de la operación que le hizo. Booth está enfadado muy enfadado porque todos suponen que su amigo era un corrupto, que trabajaba con Pelant y las palabras del médico de que recibió una donación anónima para operarle le enfadan mucho más. Brennan le detiene cuando lo tiene cogido por las solapas de la chaqueta. El médico hizo un gran trabajo reparando las once fracturas de los huesos de Flynn. El médico la corrige, fueron diez. Brennan insiste, ella encontró once. Y cuando el médico le dice que está equivocado, Booth categórico le responde.
—Eso es imposible.
Luego, cuando abandonan la sala, Brennan le asegura a Booth que Pelant le pagó al doctor para que le salvara la vida a Flynn.
Luego, cuando abandonan la sala, Brennan le asegura a Booth que Pelant le pagó al doctor para que le salvara la vida a Flynn.
— Eso no significa
que Flynn, lo supiera—insiste Booth. Flynn le salvó la vida y él no va a dejar de creer en la inocencia de su amigo por mucho que aparentemente las pruebas y la racionalidad indiquen lo contrario. Y entonces para su sorpresa y la nuestra Brennan le dice.
— Yo creo que Pelant está inculpando a Flynn.— Booth se sorprende y Brennan le explica el porqué lo cree—Porque tú lo crees.
— ¡Eh!, un momento, Bones, eso no es racional.
— Claro que lo es— asegura Brennan volviéndose hacia él y añade—Le has dicho a ese médico que es imposible que yo me equivoque en el número de facturas que he encontrado. ¿Por qué? —le pregunta.
—¿Por qué? Porque a lo largo de estos años nunca te has equivocado en una cosa así.
Y entonces Brennan con toda la fuerza de su amor en su voz insiste.
Y entonces Brennan con toda la fuerza de su amor en su voz insiste.
Y nada le importa, ni las risas de los agentes del FBI que les rodean, ni nuestra sorpresa, porque en esos momentos sólo es él y su mujer.
— ¿No quedamos en evitar muestras de afecto públicas en el FBI? —le pregunta ella con la voz entrecortada aún por la emoción.
— A la mierda el FBI —le responde Booth aún ronco por la pasión, comiéndosela con los ojos, besándola aún en su mirada.
Está claro que ninguno de los dos quiere romper el momento, que nada importa más que lo que los ojos abrazan. Pero al final Brennan, apenas articula a decir que tiene que irse a hacer cosas científicas para atrapar a un asesino en serie. Un momento irrepetible. Vamos, que no se volvió a repetir.
DE LOS TORMENTOS DEL ALMA
De la de Booth y de la de Brennan, aunque no crea en ella. Después de la visita de Pelant, cuando la tienta con entregarle a la asesina fantasma, cuando la reta porque a ella se le pasaron sus asesinatos, Brennan está preocupada, se teme que Booth lo mate, ella debe evitarlo, al menos hasta que averigüe algo más de la asesina. Y tiene dudas, sobre sí misma, sobre su capacidad para atrapar a la asesina, sobre lo que Booth le hará a Pelant.
Le pregunta a Cam si cree que lo matará. "Normalmente no", le responde; pero se está tomando tan apecho lo sucedido con Flynn que no se atreve a adivinar lo que Booth está pensando. Y eso que no sabe nada de las razones particulares de Booth para querer acabar con él.
Y Brennan buscando seguridades acude al bar de Aldo, como unas escenas antes había hecho Booth intentando obtener la absolución por la muerte de Flynn.
—¿Para proteger a
Pelant?
— Es más valioso vivo que muerto. Eso es todo.
— Depende de que Booth
esté allí.
— No, digo,
como todos nosotros él tiene dos lados. Tiene un lado que quiere salvar
al mundo y un lado que quiere cuidar de la gente que ama. Y cuando chocan,
bueno, es lo que que se llama un alma torturada.
—Por ti, está muy claro. Siempre hace todo por ti.
Y FINALMENTE DEL AMOR
—He terminado la vuelta—dice, interrumpiendo a Pelant que le aseguraba a Brennan que aún seguía dando vueltas por el edificio— ¿Estás bien, Bones?
—¡Sorpresa!— Se vuelve Pelant, en la mano lleva una granada, está dispuesto a volar el edificio y agarrando a Brennan le pide que le diga a Booth que se vaya o volaran todos por el aire.
—
Es un farol. Es un juguete igual que la última vez. —exclama Brennan
—
No pienso arriesgarme —asegura Booth que ni por un momento ha bajado el arma.
—
¿Ves, Booth? Está dispuesta a arriesgar tu vida para mantenerme vivo. ¿Qué te
dice eso?—presume Pelant creyéndose su propias mentiras.
—Dispara, Booth—grita Brennan enrabietada sorprendiendo al asesino.— No estoy dispuesto a arriesgar tu vida para salvarlo, ni por un segundo. ¡Dispara!—le ordena perentoria.
— Se acabó.
Y Booth dispara a la vez que Pelant intenta apretar el detonador que volará el complejo.
Todo ha terminado, Pelant yace en el suelo muerto y Brennan aliviada se arroja a los brazos de Booth.
— ¿Estás bien?—le pregunta, pero Brennan no está bien, Brennan solloza aliviada, en qué momento pensó que podía atraparlo sola. Todo ha salido bien.
— ¿Estás bien?—le pregunta, pero Brennan no está bien, Brennan solloza aliviada, en qué momento pensó que podía atraparlo sola. Todo ha salido bien.
Y cuando acabadas las urgencias se dirigen hacia la salida tiene lugar la gran escena, la que toda bonahead llevaba esperando desde el comienzo de la quinta temporada, la que torticeramente Hanson y Nathan mirando por el tintineo de la caja de Fox, trastocaron en el final de la temporada octava.
— Le has dado una oportunidad. Eres un buen hombre.
Y entonces, cuando por fin los del Jeffersonian logran tener imágenes de lo que en el complejo está sucediendo, Booth mientras caminan le propone un trato a Brennan, un trato que deben cumplirlo los dos.
—... A partir de ahora yo me ocuparé de pelear, disparar y apresar a los asesinos, ¿vale? Tú ocúpate de lo inteligente, quédate en el laboratorio jugando con tus huesecitos y eso. Yo no me meto en tu laboratorio a jugar con tus telescopios y esas cosas.
— Lo siento—se disculpa Brennan
— Y haces bien en sentirlo—asegura Booth.
— Lo quería vivo, y estaba convencida de que lo lo matarías si pudieras.
— Y haces bien en sentirlo—asegura Booth.
— Lo quería vivo, y estaba convencida de que lo lo matarías si pudieras.
Y entonces, cuando por fin los del Jeffersonian logran tener imágenes de lo que en el complejo está sucediendo, Booth mientras caminan le propone un trato a Brennan, un trato que deben cumplirlo los dos.
— Yo no tengo un telescopio.
— ¿Qué ocurre? —le pregunta Brennan al volverse hacia él y ver que se ha detenido, que con los brazos en jarras parece estar a punto de algo. Y lo está. Tembloroso, sin seguridad en el resultado Booth va a confesar a Brennan la verdad de su negativa a casarse con ella.
— ¿Qué ocurre? —le pregunta Brennan al volverse hacia él y ver que se ha detenido, que con los brazos en jarras parece estar a punto de algo. Y lo está. Tembloroso, sin seguridad en el resultado Booth va a confesar a Brennan la verdad de su negativa a casarse con ella.
— Oye, mi razón para querer matar a Pelant es porque me impidió casarme contigo.
— Imaginé algo así—asegura Brennan, pero le costó, porque lo cierto fue que en el momento del rechazo su corazón se rompió, se rompió, sí; su mente se obnubiló, perdió la fe en sí misma y en él y como las boneheads se derrumbó.
— Imaginé algo así—asegura Brennan, pero le costó, porque lo cierto fue que en el momento del rechazo su corazón se rompió, se rompió, sí; su mente se obnubiló, perdió la fe en sí misma y en él y como las boneheads se derrumbó.
— Mira, y si te contaba por qué no podíamos casarnos, iba a matar a gente inocente.
— Pues hiciste bien, tranquilo —le responde Brennan, el rostro de Booth se ilumina y acercándose a ella con las manos extendidas le hace una oferta que por supuesto Brennan cogiéndose de sus manos, no rechazará.
—Y si digo que sí, ¿nos casaremos?—le pregunta Brennan a su vez sonriente.
—Sí. — Responde un emocionado Booth.
¡¡Sí!! respondemos las boneheads antes de fundirnos con ellos en su abrazo.
¡¡Sí!! respondemos las boneheads antes de fundirnos con ellos en su abrazo.
—¿Era
eso lo que ha parecido? —pregunta Hodgins,
— Parece una proposición —afirma Angela.
Y aunque ellos se perdieron casi toda la historia, a quién le importa, estuvieron, para el gran final feliz. Pero se equivocaba Caroline, este no es el gran final feliz de Bones, hubo otro y otro y otro. El primero, él que más disfrutó esta bonehead se conmemorará el próximo 23 de octubre.
— Parece una proposición —afirma Angela.
VÍDEOS DEL EPISODIO
El crédito de los gifs corresponde a @jigsmave
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