Hart Hanson, el creador de Bones, participó en la película documental Showrunners: el arte de la ejecución de un programa de televisión estrenada este año en Estados Unidos y con este motivo concedió varias entrevistas en las que no sin cierta ironía ha contado no sólo cómo se involucró personalmente en el documental o lo que significa ser un showrunner sino sobre todo lo que supone ser el showrunner de Bones. Es en este último caso cuando las respuestas de Hanson se vuelven más interesantes y de las que los fans de Bones pueden extraer una importante lección.
EN CUANTO SU PARTICIPACIÓN
EN EL DOCUMENTAL
Hanson en plan humorístico contesta que
no sabe por qué lo hizo: “Sospecho que mi
asistente aceptó en mi nombre y luego el día en que los cineastas Des Doyle y Ryan Patrick McGuffey se
presentaron quise decirles que realmente no tenía tiempo. Pero son
irlandeses y muy encantadores y sinceros
y estaban decididos a hacer su película así que participé. También me di cuenta
de que me estaban haciendo preguntas cuyas respuestas me encantaría escuchar de
otros showrunners, así que al final
fue muy egoísta. Yo me habría negado a participar si hubiera sabido que me
iban a poner en el cartel.”
QUÉ SIGNIFICA SER UN SHOWRUNNER
Un showrunner es nada más y
nada menos que la cabeza pensante de una serie de televisión, el responsable
final de lo que el espectador ve.
Se dice a
menudo que la televisión es un medio de escritores, y los showrunners son
escritores primero y todos lo segundo. Es una posición clave y fundamental
para el éxito de un espectáculo. Aunque el verdadero poder está en manos de los
jefes de los estudios, los presidentes de red y ejecutivos de programación (las
personas que tienen los cordones de la bolsa). Cuando un programa no tiene
éxito, a menudo es porque el productor ejecutivo y el jefe del estudio
(normalmente un ejecutivo de marketing más que un artista creativo) no se miran
a los ojos.
Para Hanson el trabajo del showrunner
es de lo más diverso: supervisa los
guiones de los escritores, a menudo escribe él mismo los episodios más importantes,
elige a los directores, establece el plan de rodaje y trata de asegurarse de
que cada episodio se termina a tiempo y preferentemente dentro del presupuesto
(un episodio típico de una hora de una serie de televisión en horario estelar
cuesta entre tres y cuatro millones de dólares, y tiene que estar terminado en
seis u ocho días hábiles). Con veintidós episodios por temporada el trabajo es
ingente. En una serie de
televisión como Bones (200 episodios y contando, repartidos en 10 temporadas),
prácticamente no se para.
EL MAYOR RETO DE UN SHOWRUNNER
Para HH el reto mayor es ser capaz de
mantener la atención a pesar de todo el ruido y el aporte de un millar de
fuentes diferentes. Todo el mundo
tiene una idea de lo que su programa debería ser: la audiencia, el elenco,
el estudio, la cadena, los guionistas, los directores, los agentes, la
familia. Es una pesadilla. Ser
capaz de discernir el buen consejo de los malos, manteniendo un alto en una
idea es muy difícil. Las horas son demasiado duras. Además, mi trabajo es un infierno. Todo el
mundo está un poco molesto conmigo todo el tiempo. Ahora sólo me quejo.
Su consejo para quien quiera
convertirse en showrunner no tiene desperdicio: Mi consejo sería tomar la
oportunidad de ser el segundo al mando en un programa y ver el productor
ejecutivo muy de cerca y asegurarse de que quiere el trabajo. Ser un
escritor y ser un productor ejecutivo no son habilidades congruentes. También hacer
algo de ejercicio para que no desarrolle un ataque al corazón.
EL SHOWRUNNER
DE BONES
A la
pregunta de qué implica ser el showrunner de Bones, responde:
Actualmente quien toma las decisiones es mi amigo Stephen Nathan, esta temporada él tiene las riendas porque mis
principales energías están en una nueva serie de Fox
"Backstrom", prevista para
febrero de 2015. Yo diría que lo que hago es asesorar y consentir en una
situación en la que Stephen realmente
no necesita mi consejo y, definitivamente, no necesita mi consentimiento.
Dirigir "Backstrom" es una caldera completamente diferente de
pescado; en mi opinión para conseguir que una serie se emita en la primera temporada
es la tarea más difícil para un productor ejecutivo. Usted está
definiendo los parámetros y el tono de una serie, mientras que debe ganarse la confianza de un nuevo reparto y el equipo
y luchar contra la falta de confianza en cada paso del camino.
En cuanto al secreto del
éxito continuado de Bones, explica:
Bones fue diseñada para la longevidad, el motor de la historia es muy sólido,
tanto en la trama como en los personajes. Un montón de asesinatos
resueltos por dos personajes que tienen puntos de vista radicalmente diferentes
del mundo. Además, el apoyo de un estudio, en mi caso Dana Walden y Gary Newman en la 20th Century Fox.
Pero el verdadero secreto reside en el reparto: necesitas dos protagonistas como Emily
Deschanel y David Boreanaz que siguen encontrando maneras de discutir entre
ellos que son divertidas de ver, y que tienen el tipo de carisma que lleva a
través de veintidós episodios de un año durante diez años. Lo importantes es el casting. Siempre
el casting.
Y cuenta que cuando una
serie de televisión tiene éxito el poder pasa de los escritores y productores
que crearon el espectáculo a los actores que la protagonizan. "Steven Bochco (Canción triste de Hill
Street) decía “El primer año trabajan para usted, el segundo sois socios, y en el
tercer año se trabaja para ellos”
Hanson compara la figura del showrunner con la de un
entrenador de un equipo de hockey: Si las estrellas del equipo tienen bajo rendimiento de quien se deshacen es del
entrenador. Aunque él no tiene ese problema en Bones. Ya que él y los protagonistas durante estos diez años han
desarrollado un respeto mutuo. Algo importantísimo porque si bien las
relaciones personales armoniosas pueden no ser necesarias para el éxito inicial
de un espectáculo, si lo son para su larga duración. Y añade: La tasa
de agotamiento puede ser muy alta, a lo que ayuda el trabajar dieciséis horas
diarias en semanas de seis días de trabajo, durante diez meses al año y
multiplicada por muchísimas temporadas.
"El noventa y nueve
por ciento de la audiencia no sabe mi nombre", dice Hanson
en el documental. "La audiencia incluso no sabe que hay gente que
escribe las series. Mi padre ha visto televisión desde que la inventaron.
Le encanta. La primera vez que vio mi nombre en la televisión, lloró y no es un
hombre muy dado a llorar, es un registrador. Sin embargo, un día en el set estaba
de pie mirando a Emily decir una de
sus cosas científicas sobre los huesos, algo que yo había escrito y se volvió
hacia a mí y me dijo “Wow ¿cómo sabe
ella eso? Y pensé, ese es mi padre, esa es la audiencia. El público no sabe
cómo se hace la sopa.
Y a partir de aquí, atención, fans de Bones. Hanson nos da una lección.
"Y luego está esa pequeña porción de la audiencia
que piensa que sabe cómo se hace la sopa, y te dan consejos sobre la cantidad
de sal que ponerle, consejos que deberán ignorarse.
Es decir: Cuando algo no nos guste de Bones a callar.
Nada de mandarle tuits a mister Hanson
diciéndole como queremos que sepa la sopa o pidiéndole “más” (alguna) escenas
de sexo. Lo ignorará. Así que tal vez lo oportuno sea pedirle lo contrario de
lo que se desee: más escenas en el
laboratorio o más protagonismo de los cadáveres, o de Audrey o de Arastoo.
Para terminar otra de sus
perlas: "Una
de las desventajas de ser un productor ejecutivo es que si lo estás haciendo correctamente, todo el mundo que está en contacto contigo, actores, los otros
escritores, los otros productores, la red, el estudio, está molesto contigo. Es la mejor forma de saber que las cosas van
bien en tu serie.
¿Será verdad que las cosas van bien en
Bones? Porque no sé los demás, pero yo estoy “enfadada” por lo del largo y frío invierno de
silencio al que Fox ha condenado a Bones y ni Hart Hanson ni Stephen Nathan, quienes, pase lo que pase con la
serie, sí tienen su futuro asegurado
en la casa, han dicho ni media palabra.