jueves, 27 de marzo de 2014

BONES: Noticias, spoilers y entrevistas

¿Cuánto durarán estas risas? 
Por lo que por ahora nos has espoileado (perdón por la palabra) no llegarán al lunes 12 de mayo, día previsto para el final de la novena temporada de Bones según ha publicado TVLine. Final de temporada que una vez más dejará a la audiencia colgando del acantilado y con el corazón encogido (mientras no lo dejen con el corazón "partio", como en la octava cualquier suspense será bienvenido). Y los protagonistas ya han empezado a calentar el ambiente. Se acerca un gran cambio según ha tuiteado recientemente David Boreanaz:
Quien por cierto dirigirá el episodio final de la temporada "The Recluse in the Recliner"

Michael Auxiello de TV Line (enlace) lo ha confirmado, esta temporada se emitirán 24 episodios de Bones, los 22 producidos en la novena más los dos bonus de la octava. Además añade el título del episodio final The Recluse in the Recliner, un título muy sugerente, como todos los de final de temporada de Bones.

Los títulos de los episodios de la novena temporada son:

EPISODIOS TEMPORADA NUEVE
Nº Emisión
TÍTULO
Nº Producción
1
The Secret in the Proposal
901
2
The Cheat in the Retreat
902
3
El Carnicero en el Coche
822
4
The Sense in the Sacrifice
903
5
The Lady on the List
904
6
The Woman in White
905
7
The Nazi on the Honeymoon
906
8
The Dude in the Dam
821
9
The Fury in the Jury
907
10
The Secret in the Meat
908
11
The Spark in the Park
909
12
The Ghost in the Killer
910
13
The Big in Philippines
911
14
The Master in the Slop
912
15
The Heiress in the Hill
913
16
The Source in the Sludge
914
17
The Repo Man in the Septic Tank
915
18
The Carrot in the Kudzu
916
19
The Turn in the Urn
917
20
The High in the Low
918
21
The Cold in the Case
919
22
The Nail in the Coffin
920
23
The Drama in the Queen
921
24
The Recluse in the Recliner
922


Otra de las preguntas a Auxiello  sobre el final de la temporada era sobre el comportamiento del doctor Sweets y lo que se deduce es que el doctor podría no estar involucrado en la conspiración que en el FBI se está fraguando contra Booth, al parecer contribuye a su promoción pero descubre que las cosas en el FBI no son tan bonitas como él creía.

Es muy sugerente en este sentido otro de los tuits de Dean Lopata, uno de los guionistas de Bones, que en relación con el episodio final ha tuiteado este lema "Quien esta en el poder no tiene problemas"
Pues eso. 

ENTREVISTA CON HART HANSON Y STEPHEN NATHAN





Por otra parte, el pasado día 17 de marzo Stephen Nathan y Hart Hanson concedieron una entrevista a Hollywood Reporter (enlace), sus respuestas son mucho más directas y sinceras que las que dieron en la rueda de prensa conjunta y telefónica para los medios dedicados sólo a la televisión. Parece que es una consigna, ya lo hicieron al principio de la temporada cuando Hanson le confesó a Hollywood Reporter, y a nadie más, que se habían equivocado con llevar tan lejos la trama de Pelant en la temporada octava. De la entrevista cabe subrayar:

!º.- En relación con el final de la temporada, que están intentando dejar pendiente de un hilo cuantas más cosas posibles, en la creencia de que cuanto más grande sea el suspense final más gente les seguirá, ya sea el sábado a las ocho de la tarde o dos horas el jueves, porque no saben aún que día se emitirá la décima temporada de Bones.

2º.- Que lo que más desean para Bones ahora es un largo hiato. Están muy cansados. El cambio que se está produciendo en los espectadores en cuanto a la manera de ver televisión y al que están respondiendo las cadenas generalistas ordenando temporadas completas, como es el caso de Backstroom, la nueva serie a la que Hart Hanson se está dedicando, les ha pillado a contrapié. Están produciendo seguidos todos los episodios que pueden, pero con 22 en producción es muy difícil seguir el ritmo de emisión sin que se produzcan hiatos y repeticiones.

Aunque sobre esto Hart Hanson rectificó en un tuit.


3º.- En cuanto al cambio de día de emisión, Nathan considera que ha sido milagroso que el público les siguiera al viernes. Lo que no deja de ser una situación muy estresante, porque con tantos cambios puede llegar el día en que la gente no les siga.




.- Hanson insiste, como hiciera en la otra entrevista, en que conoce el final de la serie desde el principio. Que lo tiene escrito como tenía los votos de Brennan, pero las cosas cambian como cambia la vida; en el caso de los votos cuando fueron a grabarlos ya no eran adecuados. Y añade que podrían tener muy claro el final de la serie, pero a lo mejor a la mitad de la décima temporada Stephen Nathan, si ya sabe que la serie termina, diga que no le gusta y haga otro.

.- Hanson sospecha que la serie terminará la próxima temporada, y ese final es el que tienen previsto, si la serie continua otra temporada más tendrían que reinventarse la serie.

6º.- Nathan insiste que el hecho de que la serie termine la próxima temporada no cambia nada para ellos, porque siguen desarrollando el carácter de los personajes, llevándolos a lugares que ni siquiera conocen. Que van a durar hasta que los personajes tengan 80 años y entonces cuando la Fox cancelase la serie los personajes mirarían algún momento de su vida.

7º.- Que están empezando a recibir cartas de personas que se gradúan en carreras de ciencias e incluso en antropología forense debido a la serie, y eso es lo mejor, aunque no reciban premios Emmy.


8º.- Que no tienen planes para un spin off de Bones, porque la fiel audiencia de la serie se sentiría traicionada como ocurrió con The Finder al que no considera spin-off, spin-off.

9º.- Que a todo el mundo le sigue encantando trabajar en la serie, a lo que Hanson añade que por un milagro dos personas tan diferentes como David Boreanaz y Emily Deschanel siguen disfrutando de su mutua compañía, que en el set no hay tensiones por lo que la serie podría seguir adelante. Y luego dice: "A veces queremos que se detenga, a veces queremos que dure para siempre."


miércoles, 26 de marzo de 2014

BONES. The High in the Low. Vídeos, Promos, Fotos y Comunicado de Prensa.


¿Terminaremos el episodio "fumados"?
VÍDEOS









PROMOS







COMUNICADO DE PRENSA

En el episodio que se emitirá el lunes 7 de abril, The High in the Low, el  equipo del Jeffersonian investiga la muerte de una desertora de la escuela de arte que luchaba contra el Lupus, y cuyos restos fueron encontrados en el interior de un tronco en un bosque. El descubrimiento de que la víctima está utilizando el cannabis para el tratamiento de su dolor, les lleva a la farmacia en la que trabajaba, y a descubrir los detalles más impactantes que podrían haber contribuido a su muerte.




El interno Wendell Bray (estrella invitada Michael Terry Grant) regresa después de comenzar los tratamientos de cáncer, y mientras trabajaba en el caso, empieza a abrirse más sobre su enfermedad, sólo para revelar una noticia impactante sobre el final de la misma. Y en este episodio, Booth se prepara para su sus pruebas de evaluación del desempeño en el  FBI.



Actores invitados: Michael Grant Terry como Wendell Bray; Roshawn Franklin como Carl Collins 'PJ Boudousque como Adam Caputo; Larry Sullivan como el Dr. Richard Burke; Darryl Reeves como convicto; Katy Stoll como Abby Briggs; Elizabeth Ann Bennett como Mallory Briggs.

(Leer original aquí en spoilertv)


BONES. The Carrot in the Kudzu. Zanahorias, biblias y fiestas.


Hart Hanson siempre ha reconocido que Bones es un procedimental en el que además de investigar cada semana un crimen, se hace un seguimiento serializado de la historia y las relaciones de los personajes. Y aunque parece que actualmente las audiencias se están cansando de este tipo de programas interesadas en los seriales tipo The Walking Dead, Juego de Tronos,  Hannibal, etc…, Bones sigue siendo fiel a su esencia: un caso por semana y de vez en cuando una profundización en la relación de loa protagonistas. The Carrot in the Kudzu, el episodio de esta semana, ha seguido ese esquema. Tres tramas totalmente instrumentales y un epílogo feliz.



PRIMERA TRAMA: BRENNAN Y LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS

El episodio se inicia con Brennan y Booth discutiendo sobre la preparación de la fiesta de cumpleaños de su hija Christine.  Brennan es reacia a celebrarla con castillos hinchables y ofrece estadísticas sobre las lesiones sufridas por los niños en esta clase de artilugios. Una postura lógica para una madre más preocupada por el bienestar físico de su retoño que por su diversión. Pero no así Booth. Booth que quiere que su hija se divierta. Brennan debería comprenderlo ¿Acaso ella no se divertía en su fiesta de cumpleaños? No, porque Brennan nunca tuvo una fiesta de cumpleaños, y no las echa de menos. Confesión que deja a Booth turulato. Sobre todo porque como mas tarde le cuenta a Sweets, su padre, un borracho, le montaba a él todos los años una fiesta de cumpleaños. Único día en el que permanecía sobrio. Christine tendrá su fiesta y será divertida.


Cuando Brennan pregunta a su padre el porqué de no celebrar su cumpleaños, este le confiesa que no lo hacían por no llamar la atención de la policia, porque eran fugitivos. Pero no importaba, se lo pasaban muy bien, ¿No te acuerdas, Tempe, de lo que te gustaba jugar al pilla-pilla y lo bien que lo hacías? Brennan recuerda, pero quiere saber más,  quiere saber por qué llegaron a convertirse en fugitivos. Y entonces Max le dice que no puede hablar de ello, que  deben tener cuidado porque aún hay gente a la que pueden hacer daño si se descubre el secreto. STOP. STOP

LA BIBLIA. Si, la biblia de Bones, ese documento en el que se supone que están reflejados los principales rasgos de los caracteres de los personajes y sus datos biográficos, se contradice con todo lo anterior. En uno de los episodios fundamentales de la serie, The Woman in Limbo,  episodio final de la primera temporada en el que aparecen los restos de la madre de Brennan, Booth al investigar el pasado de los padres de Brennan descubre que sobre el padre, un profesor de ciencias, la policía no tenía ningún archivo. No así sobre su madre, contable, que había intervenido como testigo en dos juicios. Y la pregunta es ¿si eran fugitivos, si no hacían fiestas por no llamar la atención, como es que la madre testificó en dos juicios y no les causó ningún problema con la policía?



Cierto que Sanfor Golden y Karen Wiscarver, los autores del guion del episodio, solo llevan una temporada en Bones, cierto que The Woman in Limbo lo escribió Hart Hanson, ahora dedicado a otra serie, pero Stephen Nathan, quien tiene la responsabilidad absoluta sobre Bones, si estaba allí. Es humano, puede tener lapsus de memoria, aunque... ¿no está para cubrir esos olvidos la biblia de Bones? ¿Recurren a ella alguna vez? Pero hay más.

¿A quién puede hacer daño que Max le explique ahora a Brennan el porqué tuvieron que convertirse en fugitivos? ¿Es que no hubo un juicio ya en que se sacó a relucir todo su pasado en otro de los episodios “fundamentales,” The Verdit in Story de la tercera temporada? ¿A caso no huyeron por la conspiración de unos agentes del FBI que los perseguían porque al asaltar un banco y se llevaron unos documentos que los involucraban en el asesinato del agente que iba a denunciarles por corrupción? En The Judas on a Pole, un episodio de la segunda temporada nos lo contaron.  Pero hay más.


.
El padre de Booth. Es cierto, ha quedado dicho que el padre de Booth era un borracho y le pegaba a él y a su hermano, también que si su abuelo no los libra de él, Booth, de niño, se hubiera suicidado (episodio Mayhem on a Cross). Y ahora pretenden que creamos que ese hombre borracho y maltratador se mantenía sobrio un día al año para montar una fiesta de cumpleaños a su chico. Dejémoslo en cosas de Bones.



SEGUNDA TRAMA. EL ASESINATO DE LA ZANAHORIA

Un caso irrelevante más en lo que va de temporada, una víctima tan culpable de su destino como “¿el asesino?” que lo mata. En una cuneta aparece, entrelazado con una mata de Kudzu, una enredadera para aclararnos, un cuerpo del que el ADN dice es de Joe Starkell, un actor de televisión famoso por interpretar el personaje de “Bill Zanahoria” en un programa infantil en el que se recomienda la comida sana y donde las verduras derrotan a las patatas fritas. Según Booth es el programa favorito de Christine. Brennan no lo sabía, creía que le encantaba el brécol por su alto contenido en fibra.




Y al margen de la investigación, de los diferentes sospechosos y contra sospechosos hay dos temas interesantes: La promiscuidad del personal que trabaja en el programa, matrimonios abiertos, relaciones con las madres de los niños. La víctima pone su vida en riesgo por no tomar la medicina que debía con tal de no sufrir impotencia ya que se acostaba con todas las que acudían al programa y se dejaban, incluida su cuñada. Y la obsesión de los fans por los actores. Al parecer, el que se ha dado en llamar el efecto halo, dota a las personas atractivas, sólo por el hecho de serlo, de todas las virtudes; les hace parecernos buenas, honradas y honestas, sin que importe su verdadero carácter. Eso le ocurre a una de las madres con el protagonista del programa. Su vida mejora por imitación a Bill el Zanahoria. La buena señora, utiliza sus neuronas espejo y  siguiendo la personalidad atribuida al personaje logra cambiar su vida. Pero cuando el actor abandona el programa la obsesión se vuelve peligrosa, la mujer se siente traicionada. Y comienza a acosarle especialmente por twitter.

Oído a navegantes. Cincuenta mensajes en cuarenta y ocho horas a tu actor favorito diciéndole te amo, quiero ser tuya o amenazando con matarle no está bien. El doctor Sweets diría que estás loca.

Por cierto, Bill el Zanahoria murió por ser lo que era y porque le hicieron “Buu”.




TERCERA TRAMA. EL DOCTOR CLARK EDISON AUTOR DE NOVELAS 

Me encantó, me encantó esta trama, conozco lo que se siente al encontrarse en la situación, en ambos lados. El doctor Clark Edison, mientras trabajan con los restos de la víctima y la enredadera carnívora, les cuenta que ha terminado una novela de suspense, trescientas sesenta y cuatro páginas de misterio y muerte.  “Me gustaría que lo leyeras, ya se lo he enviado al editor, pero puedo hacer cambios”, le dice el nobel autor a Cam, Hodgins y Angela mientras les entrega a cada uno una carpeta con el manuscrito (muy de agradecer que se lo dé en papel y no en link, leer una novela en el ordenador es una tortura). Todos lo reciben con alegría (ja). 

El problema es cuando comienzan a leerlo, al parecer, por las frases que entresacan, la novela es un peñazo y claro, surge el problema, ¿quién le dice al emperador que va desnudo? Los tres son buenas personas, se confabulan para decirle la verdad, no pueden mentir, Clark es su amigo. Haciendo tripas el corazón marchan al altar del sacrificio (la galería sobre el laboratorio), van a hablar y entonces, entonces Talia los salva: Clark tiene una noticia, el editor de la doctora Brennan va a publicar la novela. Los rostros de “los amigos” son un poema.



Pero no es suficiente, Clark es un escritor y como todo escritor o aspirante a escritor que se precie quiere saber lo que opinan de su obra (a qué me suena). La siguiente escena es antológica, hay que verla. Por supuesto los “amigos”  le dan su verdadera opinión, por supuesto:
"(Angela, sin convicción) Bueno… a mí me ha encantado.(Cam, salta rápida) A mí también. Es… el mejor libro que he leído en mucho tiempo.(Hodgins tragando saliva) Es fascinante."
Y fascinante, cómo no, es el rostro de satisfacción del doctor Clark Edison, autor en prepublicación del futuro bestseller de suspense "Murder Made Me Do It."


EPÍLOGO

Y al final se celebra la fiesta de cumpleaños y conocemos a la nueva Christine en brazos de su madre. Booth se ha tenido que disfrazar de hombre orquesta como Bert "el deshollinador de Mary Poppins", película que le encanta a la niña, porque Ronnie, el que ha contratado, está derrumbado en un banco del parque. Booth-Ronnie toca la armónica, el trombón y los platillos y a su “ruido” todos cantan el cumpleaños feliz. 


Pero… pobre Booth a pesar de su esfuerzo a Christine no le hace mucha gracia el hombre orquesta, Christine, quiere jugar al recién descubierto juego preferido de su madre, el viejo pilla-pilla, y a eso se ponen a jugar los tres, el resto de los invitados y nosotros mirando.




Por cierto, no nos ofrecieron ni una bolsa de chuches ni un trozo de tarta. Que agarraos.

lunes, 24 de marzo de 2014

BONES. FAN-FICCIÓN "La Antropóloga, el Agente y la Presidenta III

CAPÍTULO 3
EL DESPERTAR DE BRENNAN
(Anteriormente, cap. I  cap. II)



De repente retiró la mano, se quemaba… ¿Cómo… cómo podía haber sido tan irracional? La alzó a la altura de los ojos y sí, allí estaba la prueba, entre las falanges comenzaban a aparecer las huellas de su estupidez, las burbujas de una ampolla. Un escalofrío la recorrió entera y otro, y otro. ¿Voy a pillar una septicemia por una simple quemadura?, se preguntó. Los dientes le castañeaban, tenía frío, mucho frío. Intentó taparse con el edredón, sabía que estaba en su cama lo que no entendía era el porqué la frialdad de las sábanas, por qué se fingían la superficie de un lago helado.

¡Booth! —llamó —¡Booth! —repitió. Quería decirle que la calefacción se había apagado, pedirle que se levantara, que la arreglara o Christine enfermaría.

¡Booth! —gritó y ante el silencio le palmeó con la mano vuelta el trasero. Reconoció el crujido del escafoides al romperse, no había sido la cadera firme de su marido la que recibió la caricia sino una dura costra de hielo.


Un momento, disculpad por la interrupción, será un minuto. Hasta ahora más de 165 personas han entrado en los capítulos anteriores de esta fan-ficción, pero sólo dos han dicho que les interesaba. Escribir una historia es un trabajo duro, necesita tiempo, dedicación y sobre todo lectores; saber que a otros le interesa, divierte o aburre. Obtener respuesta, en fin. Estos tres primeros capítulos han sido regalos para seguidoras del blog. Doy por cumplida mi palabra. Y aunque la historia continua si a nadie más le interesa este será el último capítulo que publique. Marien.   

(Continua El Despertar de Brennan)

—¡¡¡Booth!!! —gritó más fuerte. Y una vez más el silencio le respondió.

— ¿Otra pesadilla? —preguntó Booth abrazándola— ¡Dios, estás helada! —dijo masajeándole los hombros desnudos —Ven aquí, se ha terminado lo de dormir desnuda, Bones, es un placer para mi piel, pero antes que el placer está la salud. O dormimos con la calefacción encendida o te pones el pijama. Estás helada.

Brennan se acurrucó entre sus brazos y entrelazó las piernas con las de Booth. La recibieron hospitalarias; luego, cálidas y placenteras se alzaron sobre sus caderas arropándola. 

— ¿He gritado? —le susurró al oído mientras se apretaba más y más contra su cuerpo — ¿Habré despertado a Christine? —su sistema límbico andaba en la disyuntiva. La parte más profunda, la que enraizaba con su matriz le decía que tenía que levantarse, ir a la habitación de su hija y comprobar si se había desarropado; sin embargo,la que se situaba precisamente en la zona del tallo cerebral conocida como Tegmento Pontino Dorsolateral le ordenaba que permaneciese entre los brazos de su marido, con unas cuantas caricias más dejaría de temblar, su sangre se soliviantaría y terminaría disfrutando de un arrebatador encuentro sexual.

— No, no me has despertado. Y tampoco has gritado, temblabas y te he abrazado —dijo, besándole el pelo, la mano subiendo y bajando por su espalda.

— No estabas —sin reproche, constatando un hecho.


— ¿Dónde, en tu pesadilla? Menos mal, lo último que me gustaría en esta vida es ser tu Freddy Krueger particular.

— ¿Quién…? —preguntó pero ni siquiera alzó la cabeza, su cuerpo recobraba poco a poco el calor al reflujo de sus caricias. En otro tiempo, con otro hombre diferente, se le habría subido encima y habrían ardido por combustión espontánea. Nada más vigorizante para comenzar el día que una cabalgata en un espléndido semental. Pero esa Brennan ya no era ella. Desde que lo amaba había aprendido el goce de la espera, el acicate de la demora. A veces la recreación del frenesí era la opción, pensó, mientras los escalofríos de su espalda respondían al surco que dejaba vacío la huella de los dedos de Booth

— Nadie. El protagonista de unas películas de adolescentes —le respondió.

— Estaba sola, Booth, y hacía frío.

Lo dijo y esperó el crujir de sus huesos por la presión del abrazo. Para su sorpresa no sucedió, al contrario, Booth detuvo el deambular de los dedos: cuando le habló lo hizo con voz de marido preocupado.


— Te lo he dicho, Bones, está bien que ahorremos energía, pero porque durmamos con la calefacción encendida en pleno invierno no vamos a provocar un cataclismo climático.

A Brennan le desagradó el aire que se interpuso entre sus pieles, Lo buscó ansiosa, de repente, ante la ausencia olvidó los propósitos, le urgió el roce de las carnes, el batir unísono de los pulsos. 

— Tú no tienes frío.

Bones, yo nunca tengo frío cuando estoy cerca de ti.

Y aunque no podía verle la cara sabía que sonreía, que el amante recuperaba el sitio. Sus dedos acariciadores, embajadores, se movieron rápidos hacia el centro de las nalgas, sus piernas apretaron el cerco y Brennan dio por concluida la demora. En unos instantes comenzaría el milagro, sentirse él, saberlo ella. Esperó. Y sin embargo, el abrazo se aflojó.

— Has dejado de abrazarme —protestó.

— Pensaba.

— ¿Pensabas?

— En Christine.



Christine está bien, yo tengo frío —protestó decepcionada.

— Bones, ¿no te das cuenta de lo terrible que es lo que ha hecho esta tarde? —dijo atrayéndola de nuevo hacía sí, con ternura, sin urgencia.

— Es una niña traviesa, Booth, sólo jugaba. No tiene culpa de que Michael no posea una coordinación motora tan buena como la suya (heredada de mí, por supuesto) y no pudiera atrapar a la serpiente —dijo intentando acomodarse de nuevo a los accidentes geográficos, a los valles y a los picos del cuerpo de su hombre.

— Se desmayó, se cayó y se golpeó en la frente. Podía haber muerto, no deberías excusarla.

— Vamos, Booth —protestó buscándole la mano, la necesitaba, necesitaba que no se dispersara, que cercara las carnes—. No le ha pasado nada. Tres puntos en una ceja y una piruleta.

Pero no la encontró, se había extraditado por detrás de la cabeza de Booth. Brennan se alzó, sí él no tenía prisa por arder en llamas ella sí, desató el nudo de las piernas y se acopló sabia sobre su cuerpo, sus pechos desnudos rozándolo. Ese movimiento nunca le había fallado, los veneraba. Y sin embargo, Booth no les prestó atención, la mano que tanto deseaba seguía lejos de sus caderas, aún sujetaba su nuca.

— No quiero hablar ahora de eso —insistió molesta—, Christine es una niña inteligente, no una abusadora. Jugaba, qué culpa tiene de que Angela haya mimado tanto a su hijo.

— Te oyes…

—¡Booth! —protestó—Es un bebé, no puedes juzgarla como a un delincuente. Abrázame, tengo frío. Y se tendió de nuevo a su lado arropándose con el edredón; en verdad debía estar preocupado para no sentir como le hervía la sangre.


— Tengo que hacerle comprender que no puede continuar abusando de él. Que no puede hacer daño a la gente y menos por diversión. Eso no está bien. ¿No lo entiendes?

— Lo entiendo, lo entiendo, tienes que castigarla. Conque no la beses esta mañana al irte al trabajo y conque la mires serio habrá aprendido la lección. ¿No ves cómo se entristece cada vez que cree que la ignoras? Igual que su madre ahora —añadió para sí, pero sus palabras sólo rebotaron en la almohada. Booth seguía pensando en Christine.

— Tres semanas sin carrusel no son suficientes. Ya estuvo una y no aprendió. Debe ser un castigo ejemplar —dijo siguiendo el run rum de sus pensamientos.

— ¡Ja!—Exclamó aparentemente entusiasmada—. Ya sé, ¿por qué no la encierras unos cuantos meses en Alcatraz? 

Alcatraz está cerrado, Bones.

— Lo sé, sólo pretendía que te dieras cuenta del absurdo. ¿Quieres castigar a Christine? Niégale un beso. No la subas a caballito. No juegues con ella.

— Entonces el castigado sería yo. ¿Cómo pretendes que le niegue un beso? —dijo sorprendido sólo por la idea e inclinando la cabeza le besó en los labios. No estaban sedientos, no le buscaron la lengua, pero aun así Brennan se estremeció. Aún tenía una posibilidad de conseguir su orgasmo. 


— Hay una manera…, una que no supondrá ningún castigo para ti —dijo retirando la ropa de su cuerpo, retándole a lo Clara Bow. Ahora es un momento oportuno…, no podemos esperar mucho más o necesitarás pastillas…

¡Bones! —lo oyó llamarla en voz alta — ¿Te has vuelto a dormir?

Lo había hecho, lo había hecho, un minuto, un segundo tan sólo; dejándose llevar por el calor que desprendía su cuerpo había cerrado los ojos y se había dormido..

— He encontrado  la manera de que Christine aprenda a respetar a los más débiles, a proteger a los indefensos… —dijo Booth satisfecho.

— Es una buena idea, la secundo —respondió encantada—. Hagámoslo ahora mismo, estoy dispuesta, vamos —le animó y sus manos salieron de descubierta hacia sus ingles—. Si esperamos un poco más tendrás que pedir ayuda.

— ¿Ayuda? ¿Tú crees…?

— Bueno, está tu edad y la mía, claro, aunque yo soy más joven que tú -por unos instantes detuvo el avance, deseaba rendirlo, pero antes debía explicarse-. Leí el otro día en la Revista Médica que un tres por ciento de los hombres de más de cuarenta años toman pastillas.

— ¡Qué dices! ¿Pastillas? ¿Quién necesita pastillas para comprar un perro?

— ¡¡Un perro!! —se quedó anonadada, un perro, a veces le costaba entender el caótico discurrir de los pensamientos de Booth.

— Sí, un perro, ¿en qué pensabas tú?


— Yo hablaba de un hermano. Conociéndote, viendo como disfrutas ejerciendo de padre, lo más lógico es que quieras que engendremos otro hijo. Así cuidando a su hermanito o hermanita Christine aprenderá a respetar a los indefensos. Creía que era en eso en lo que pensabas.

—¿De verdad, de verdad quieres que tengamos otro hijo…? —preguntó volviéndose esperanzado hacia ella; luego, inopinadamente se enfadó— ¡Para hacerte un hijo no necesito pastillas!

— Por ahora no. Tus niveles de testosterona siguen siendo altos, doce nanomoles por litro de sangre en tu último análisis, un nivel bastante alto, por cierto. Pero Booth, dentro de poco tu hipotálamo reducirá la producción de gonodotrafina, y tu hipófisis la secreción de la hormona luteinizante, y entonces tus testículos, esas pelotitas encantadoras, con las que ahora no me dejas jugar, no producirán la testosterona suficiente y tus erecciones dejarán de ser potentes y efectivas. Hasta ahora no has tenido problemas, pero…

— Gracias, Bones —dijo sarcástico.

— De nada, sólo expongo los hechos. Aunque admito que puedo estar equivocada— dijo mientras iniciaba de nuevo la descubierta hacia la cintura de Booth quien no parecía estar dispuesto a presentar armas. 

— ¿Lo dices de veras? ¿Quieres, quieres que tengamos otro hijo, ahora…?

— Ahora no, Booth, al término de la gestación. Puedo concebir ahora mismo, mi útero esta preparado. Aunque si fuera racional te diría que no. No quiero pasarme nueve meses con la tensión arterial y la glucosa por las nubes, los pies hinchados, la piel de la tripa tensa como un tambor; los pechos doloridos y luego…


— Hey, tus pechos son cosa mía —dijo inclinándose sobre ella. Claramente había cambiado de opinión —yo cuidaré de ellos—dijo mientras le rozaba con los labios los pezones. Cuando el rostro de Booth se hundió entre ellos se olvidó del goce de la demora y entrelazó las piernas a su cintura. Mientras los cañones de su barba recién nacida enardecían su piel su boca ansiosa se clavó en sus hombros, sus uñas recorrieron lacerantes los costados de Booth y sus talones le espolearon los ijares, lo quería dentro de ella y lo quería ya, ya... Sin embargo, Booth se detuvo, alzó el rostro de su cuello e hizo oído. 

— ¿La has oído? —dijo de repente, irguiéndose como un resorte. 

¡¡¡Booth, sigue!!! —protestó, reteniéndole por los hombros.

— ¿No has oído? Christine está llorando. Tengo que ir a verla -dijo desasiéndose suavemente de sus brazos- Habrá tenido una pesadilla. Ahora vuelvo ¿Vale, Bones? Tú espera un poco. No te enfríes -dijo guiñándole un ojo-. Seguiremos por dónde lo hemos dejado ¿vale?


Y sin que Brennan pudiese impedírselo abandonó el lecho dejándola sola. 

(Continuará si vosotros queréis, un comentario de una sola palabra bastará, gracias por leerme).