jueves, 17 de julio de 2014

Longmire. Reseña "Population 25" (Ep 3.07). La cuenta atrás.



Estaba por ver que fuera a suceder pero como no podía ser de otro modo  en una serie ambientada en el oeste, ha sucedido. Cómo lo hacemos? Pregunta Chance Gilbert (Peter Stormare), un paleto luchador por su libertad enfrentado al gobierno federal,  a Walt Longmire (Robert Taylor) mientras los dos se están apuntando con las pistolas. “Bien, supongo que contamos hasta tresle responde Walt, en el final del emocionante Population 25, el episodio de esta semana.

Dos hombres, viejos conocidos frente a frente. Chance odia a Walt por qué mató a su hermano. Walt sospecha que Chance ordenó la muerte de su mujer. A la pregunta concreta Chance Gilbert responde que no. Y entonces Walt comienza la cuenta atrás. Uno, su mano no tiembla, la de Chance parece moverse un poco. Dos, Walt continua impasible, mirando fijamente a su contrincante. Tres. Fundido a negro mientras suenan los disparos.


¿Cómo se ha llegado a esa situación? Vic, Vic Moretti (Katee Sackhoff), la ayudante de Walt, y su marido son los responsables. Decidido  a pasar unas pequeñas vacaciones románticas Sean (Michael Mosley) alquiló un descapotable amarillo. Qué puede ocurrir cuando uno recorre a toda velocidad las carreteras de Wyoming en un descapotable amarillo escuchando los grandes éxitos de los ochenta. De todo. Vic y Sean se encuentran con un oso en mitad de la carretera y al esquivarlo destrozan el coche.

Pero aún puede ser peor, como que no haya cobertura para el teléfono, que tu mujer sea una cabezona que decida ir caminando por su cuenta a pedir ayuda, que cuando un coche se te acerque veas que lo conduce Ed Gorski (Lee Tergesen), su ex amante, que después de pedir ayuda por teléfono a Walt —diciéndole que acabas de verle pasar en un coche y que temes que la haya secuestrado—, lleguen dos paletos armados y te secuestren. Mal día el de Sean.


Mal día para la pareja. Vic ha ido precisamente a pedir ayuda a la casa del líder del grupo de paletos rebeldes (cómo no se ha percatado dónde estaba antes de meterse en la encerrona es una de los costurones del episodio). Saben quién es Vic, conocen a Walt, lo odian. Pronto la pareja se reúnen y quedan maniatados. Chance Gilbert, el líder, infatigable luchador por su libertad cree que su presencia se debe a que hay en marcha una intervención policial contra ellos, no creen en las coincidencias. No pueden creer, teniendo como tienen un cadáver escondido en el armario.

Mientras la pareja es sometida a juicio y golpeada Walt llega al lugar del accidente, mientras está hablando por radio con la comisaría se le acerca por detrás Gorski y lo desarma. Él no es el culpable de lo que les ha sucedido a la pareja, le cuenta a Walt, sólo es el ángel de la guarda de Vic. Ni Walt ni nadie puede creérselo hasta que le cuenta lo de los hombres que se han llevado a Sean y la dirección en la que caminaba Vic. Walt sabe quién los tiene, Gorski podía ser su cómplice.  Pero antes de llegar al complejo de Chance Gilbert, Gorski le devuelve el rifle. Él quiere a Vic.


Dentro prosigue el juicio. Ni Sean de Vic cooperan, insisten en que sólo son un matrimonio de vacaciones. Nadie les cree. Para hacerles cambiar de opinión está preparado un niño con un bate. Que antes de golpearles les cubran la cabeza con un casco sólo implica que están dispuestos a seguir torturándolos.  Mientras tanto, alertado por la llamada de Walt se presenta en el lugar un patrullero de la policía estatal. Para él no hay bate sino una bala entre las cejas.

Una bolsa con un cadáver cae al sótano dónde Sean y Vic se recuperan de los golpes. La desesperación de Vic mientras intenta abrir la cremallera esperando encontrarse con el cuerpo de Walt es inenarrable. A ningún testigo y menos a Sean le puede quedar duda de hasta qué punto Vic está enamorada de su jefe. Sin embargo Walt ha conseguido introducirse en el complejo y descubrir lo que los paletos escondían, el cadáver de un pobre agente federal del censo en un congelador.


Cuando cae la noche Walt sale al descubierto. Tiene una oferta. El contencioso es entre ellos dos. Ellos se quedan, los demás se marchan. Chance accede y mientras su gente abandona el lugar, Vic y Sean lo hacen con Ed Gorski en un coche. Es entonces cuando tiene lugar el duelo.

Al principio del episodio Walt encuentra a Branch en el bosque, está a la espera de David Ridge, obsesionado, medio loco. Le obliga a regresar a comisaría, a trabajar. De la desaparición de Vic y las pesquisas del sheriff le da cuenta Ferg. Y entonces Branch intentando encontrar pistas del lugar hacia donde se dirigían, fisgoneando en el ordenador encuentra el borrador del informe en el que Vic le denuncia por el secuestro del traficante de peyote. Luego lo vemos llegar al lugar del accidente del coche. Y aunque no se hace presente en la última escena tal y como se narraron las cosas debió ser testigo del duelo.


Y al final qué. Pues al final una Vic destrozada le pide a Gorski que pare frente a la camioneta de Walt. Gorski se vuelve, mira su rostro surcado por las lágrimas, su aspecto lamentable y suspirando le dice: Adiós, Vic. Una historia ha terminado. Otra está a punto de hacerlo. Antes de salir del coche, la pareja en silencio se mira, Sean comprende, también es el adiós para él. Luego Vic sale corriendo y conduce de regreso al lugar del enfrentamiento. Fin. 
Un emocionante episodio, de los de hacer afición al que algunos fallos del guion le restan la grandeza que tuvo por ejemplo Wanted Man. Pero a pesar de todo, lo peor es que ya sólo quedan tres para que acabe la tercera temporada de Longmire.

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