Jonathan
Collier, al contrario
que Michael Peterson, cuando en 2012 se incorporó a Bones
como productor ejecutivo, si tenía una carrera previa en la televisión. Una
carrera centrada en las comedias y las series de animación y por la que
había obtenido (como miembro del equipo de producción) un Emmy
por The King in the Hill y dos
Globos de Oro por The Simpson.
Hombre de apariencia tímida, Jonathan Collier también tiene biografía y página en Wikipedia,
aunque en ella sólo conste que está casado (¿lo sigue estando?), tiene dos
hijos y es graduado por la universidad de Harvard y la New York University Film
School. Un hombre discreto.
Para conocerle mejor, para intentar
averiguar qué podemos esperar de él como jefe
de Bones en la undécima temporada
es conveniente echar una mirada a sus anteriores trabajos:
TRABAJOS PREVIOS A BONES
Collier
empezó escribiendo
guiones de comedia pero de inmediato se pasó a la animación y no cabe duda que trece años escribiendo para Los Simpson, The King on the Hill y
Scooby-Doo, dejan huella en cualquiera.
*
En 1991, su primer
dato en su ficha del IMDB, aparece como autor de los guiones de dos episodios
de la comedia Top of the Heap,
creada por Ron Leavit y Arthur Silver, un spin off de Married… with Children.
*
De 1994 a 1996
trabajó como guionista de Los Simpson,
serie para la que escribió o coescribió seis episodios; uno de ellos “La novia de Bart” de la sexta
temporada.
* De 1997 a 2007 trabajó en la serie de animación The King on the Hill para la que
escribió 10 episodios y consiguió un Emmy
como miembro del equipo.
*
En 2002 escribió el
episodio
Scooby-Doo Christmas en la serie de animación ¿Qué hay de nuevo Sooby Doo? y en 2004 la historia corta, A Sooby-Doo! Christmas.
* Durante 2006-2007 trabajó en la serie Monk
para la que escribió tres episodios, lo más cerca que había estado de un
procedimental antes de incorporarse a Bones.
* En 2009 participó en la serie The
Goode Family para la que escribió un episodio.
* En 2010 en la comedia Romantically
Challeged creada por Ricky Blitt y protagonizada por Alysa Milano.
* Su amor por la animación le llevó
en 2006 a cofundar junto con Howard Gordon (Homeland, 24) y Rob
Lazebnik (Los Simpson) la webserie Icebox para crear una serie de comedias
de animación a emitir por internet y a
ejercer de productor de la película, también de animación, Queer Duck: The Movie, de su amigo Mike Reiss, producida y distribuida por Icebox.
En 2012-2013 Jonathan
Collier creó dos episodios de la
serie Navy Bear para Icebox:
En el primer episodio, Navy Bear se une a la marina. Su padre,
en un giro sorprendente, según cuenta la sinopsis, le revela que es adoptado
cuando era un cachorro y que los osos pueden ser tan inteligentes como las
personas si se les da la oportunidad. En los créditos figura creado por Jonathan Collier, John Altschuler y Dave
Krinsky
En el segundo episodio, Navy Bear ya alistado en la Armada se
ve obligado a lidiar con un duro sargento, con la presión de los matones y los
desafíos de ser el único oso en la Armada.
COLLIER EN BONES
Se incorporó a la serie en la Séptima temporada (2011-2012), apareciendo en los títulos de crédito como productor ejecutivo. Durante las temporadas en las que Stephen Nathan ha dirigido la serie (la octava y la décima), Collier ha sido el jefe de guionistas: “Es fenomenal, guía a los escritores a través del bosque oscuro a la luz. Y lo que sale de allí es simplemente increíble.” Ha dicho Nathan de él.
Que esas dos temporadas precisamente sean de las más criticadas por los fans por la escasa interrelación entre Booth y Brennan, en mi opinión, no debe tenérsele en cuenta, Collier sólo era el segundo al mando y la decisión última de lo que se emitía no era suya.
Jonathan
Collier ha escrito once episodio de Bones (cinco de forma conjunta: cuatro con Stephen Nathan y uno con Dean Lopata) y aunque cuando uno entra
a formar parte del equipo de guionistas de una serie está obligado a imitar la
escritura del jefe no cabe duda viendo sus episodios que lo suyo son las historietas, las situaciones
disparatadas, los tiros y las explosiones. Sus episodios tienen ese toque
de inverisimilitud de los Comics, ese
ir un poco más allá de lo real.
THE PRISIONER IN THE PIPE
Uno
de los episodios icónicos de la serie por el nacimiento de Christine, la hija de Booth
y Brennan y en el que la experiencia previa de Collier dejó su huella, el guión es la traslación irreverente y
divertida de la historia del nacimiento del niño Jesús, con asesinato. Puede que la idea no fuese suya,
ya que en el episodio The Man in the
Fallout Shelter (10.09),
Brennan metiéndose con Booth explicó la Navidad como la
celebración del parto de una mujer soltera, y procedía que le devolvieran la
broma.
El episodio en realidad es un comic que derrocha imaginación desde
su comienzo: esa niña que no quiere entrar en el baño sola a hacer pipí porque
le dan miedo los monstruos o la visita de Booth
y Brennan a la maternidad con Brennan
en plan soviético haciendo recuento de todas las sustancias nocivas y
asquerosas que la luz infrarroja detecta en las paredes, el suelo, en las
cunas. Inverosímil, exagerado y divertido.
Como la decisión de Brennan de
meterse entre los presos para detener al culpable, creando a su paso una pelea como nunca antes vista en Bones,
en la que nadie le toca un pelo. Y qué decir del mismo parto. De ese hotelito
con encanto que no puede darles refugio porque están celebrando una reunión de
sumillers.
Booth
y Brennan trasuntos
de la Virgen María y San José, dando a luz en un establo. No hay burro, ni
vaca, pero sí un caballo. Puro Comic. La
“mejor frase” la pronuncia Booth en
el coche ante una Brennan dolorida y
gritona cuando saltan por un bache “Carretera
mala, carretera mala”. Aunque la que ha pasado a la historia de la serie es
la de Brennan “Somos una familia”.
THE GUNK IN THE GARAGE
El siguiente episodio de Collier en Bones, The Gunk in the Garage
comienza con una explosión y se soluciona con un disparo de Booth, entremedias tripas, meteduras de
pata de un torpón doctor Sweets,
caritas de Brennan, gemelos y una
mujer malvada. Un episodio en el que la
imaginación anda suelta. Y de los que la ausencia de Booth en la investigación (se rodó mientras preparaba el episodio
final de la séptima temporada que dirigió David
Boreanaz), resulta más divertida. Booth
contando el toner que gastan en el departamento, encargado de preparar los
presupuestos. Por supuesto le sobran papeles y le falta tiempo. “Lo
siento, Cheri, no había nadie más fuerte y guapo que tú”, le dice Caroline ante sus protestas.
THE CORPSE ON THE
CANOPY
Tiros hay la tira en The Corpse on the Canopy, el tercer
episodio escrito en solitario por Collier,
y persecuciones. Otro episodio inverosímil y desbordante de imaginación. Vaselio y sus dibujos, los monos de
Gibraltar, drones, amistad, honradez y dos
héroes. Diferentes y al mismo tiempo iguales, leales, valientes y generosos,
Booth y el doctor Hodgins. Puro Comic.
THE SENSE IN THE SACRIFICE
Después de las reacciones de los fans a The Secret in the Siege (8.24) Pelant estaba sentenciado. Booth acabó con él inverosímil asesino,
con la imposible persecución. Y Collier
se encargó de escribir el Gran final
feliz, al decir de Caroline.
"— Bones. Si te pido que te cases conmigo dirías sí —le pregunta un Booth inseguro a una Brennan feliz porque se ha resuelto para siempre el motivo del rechazo.—¿Si dijera que sí nos casaríamos? —completa Brennan el silogismo, devolviéndole la pregunta a Booth.— Sí."
THE SOURCE IN THE SLUDGE
Un
episodio atípico en Collier,
no hay disparos, no hay explosiones aunque si una persecución que termina con
el sospechoso derribado por un buen puñetazo de Brennan, ni derroche de imaginación aunque Booth se pelea con una lamprea y Hodgins se extasíe viéndolas aparearse. Un episodio “político” de los que le gustan a Stephen Nathan. Que la noble causa que
defiende, la liberación de la mujer afgana, se vea “condicionada” por la
pertenencia a la CIA de la víctima, es algo que tal vez sólo se pueda apreciar
desde fuera de los Estados Unidos.
Los demás nos quedamos o bien con la
arrogancia de Brennan y su pelea con
la compañía de seguros o con la botella de
whisky de más de 30 años que Booth
le regala al final. Un regalo no para la esposa, sino para la compañera a la
que de vez en cuando besa. Ni que decir tiene lo que yo prefiero, como ellos,
sólo.
THE
BAKER IN THE BITS
Un episodio típico de Jonathan Collier, comienza con una explosión y termina con un
disparo de Booth, pero al contrario
que sus primeros episodios este es más oscuro, más pesimista. Muestra una intención, una dirección
hacía algo más dramático que está por venir. Booth se siente incomprendido por Brennan, él cree en la redención de las pecados, en las segundas
oportunidades ¡cómo no iba a creer!
y el empirismo de Brennan le hace
daño, que al final “aparentemente” triunfen las tesis de ella era el “mal”
necesario para propiciar la caída del
héroe, para la transformación moral de Booth, de hombre honrado y leal a
traidor y mentiroso, que se llevó a cabo en la última parte de la décima temporada.
Un buitre, en la foto están lo dos
nuevos showrunners de Bones acompañados de un buitre, de un carroñero. ¿Es una
metáfora? Ojalá lo fuera. Ojalá limpiara los huesos de Bones del pesimismo, la frustración
con la que Stephen Nathan terminó la décima. En el ADN de Jonathan Collier está
la imaginación, la comedia, la extravagancia, en el de Michael Peterson la
emoción contenida, si se atienen a ellos la undécima de Bones puede ser una gran temporada.
Lo que
acabo de escribir es mi gran deseo, pero ya se ha encargado
el propio Collier de matizarlo con sus declaraciones. “Vamos a desafíar a todos nuestros
personajes, pero sobre todo a Booth y Brennan. Habrá sucesos de su historia
pasada que se les echarán encima”, ha dicho.
Realmente el desafío es para ellos, para Jonathan Collier y para Michael Peterson, tienen que demostrar que son capaces no sólo de sacar adelante a Bones sino también de intentar satisfacer a los siempre insatisfechos boneheads. ¿Lo conseguirán? Ojalá.
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