Permitidme que os lo cuente. El caso es que cuando el cadáver desmembrado de la que en vida fue Phyllis Paul, una jugadora de golf reconvertida en leñadora, es encontrado por unos adolescentes en un contenedor de basura, todos y cada uno de los miembros del equipo reciben una tarjeta de regalo para pasárselo en grande.
LA VICTIMA, SU ASESINO Y UNOS CUANTOS LEÑADORES
Que el equipo se divierta no es óbice, faltaría más, para que, al hacerle justicia a Phyllis todos los involucrados en su muerte lo pasen mal. En primer lugar, cómo no, la víctima, una bromista peligrosa, amante de la ciencia que aplicaba sus conocimientos de geometría para ganar las competiciones provocando con ello las iras de los puristas de los deportes de la madera. Lo cierto es que durante un tiempo se divirtió lo suyo, luego se pasó de frenada con una broma y se le acabaron las risas… para siempre.
Por supuesto, Jack, su asesino, quien cuando las bromas mutuas entre él y la víctima le provocaron la pérdida de su camión cocina obligándole a comprar otro, no dudó en robarle un anillo de 30.000 dólares y cuando lo atrapó robándoselo amenazó con denunciarlo a la policía, tampoco dudó en matarla y trocearla y quién sabe si hasta echar algún que otro muslo en la masa de sus deliciosas tortitas, tal vez Aubrey que las probó lo sepa.
— Me lo debía. Sin mi camión mi vida se había acabado —se justificó ante Booth y Brennan.
Pero no es verdad, en la cárcel lo pasará bien con sus habilidades, le bastará con conseguir un puesto en la cocina y ganarse la protección de algún capo alimentándole con tortitas.
Tal vez Nancy la novia de la víctima consiga divertirse algo pasado un tiempo, aunque dudo que vuelva a confiar en otra golfista, no en vano Phyllis en contra de su opinión abandonó un deporte tan fino por otro tan basto como talar árboles, le puso los cuernos y se enteró cuando la llamó el joyero preguntando si le venía bien el anillo de pedida que Phyllis había comprado, un anillo que dado el tamaño no era para ella. ¿Para quién era?
Para la principal sospechosa, Helga, una leñadora cachas, precisamente la competidora más fuerte de Phyllis con quien no le importaba perder porque se había enamorado de ella, tanto que las dos estaban dispuestas a casarse y abandonar sus respectivas parejas. Sí, Helga y Phyllis se divirtieron antes de que las conociésemos, cuando lo hacemos una y otra están en su peor momento.
Helga llora desconsoladamente ante Booth y Brennan, tanto que la doctora, que nunca ha sido lo que se dice muy consoladora se siente obligada a ofrecerle el oso que hay sobre la mesa por si eso le sirve de consuelo, Booth la hace desistir del empeño; es de esperar que pasado el luto rehaga su vida, después de todo muerta Phyllis, Helga volverá a ser la campeona.
Ragnar, no es el rey de los vikingos pero lo parece, seguro que intencionadamente. Una subliminal mención a Hannah Burley (la antigua novia de Booth) a través de la actriz que interpretó el personaje, Katheryn Winnick, quien a su vez interpreta a la esposa de Ragnar en la serie del Canal Historia, Vikingos. El marido de Helga no se divertía nada viendo como su mujer perdía competición tras competición a manos de Phyllis, tanto le molestaba que intentó sabotearla engrasando la cuerda de acero con la que trepaba a los árboles, pero él no la mató. Ni todavía, gracias a la discreción de Booth y Brennan se ha enterado de que su mujer se la pegaba, que cuando se iban las dos los fines de semana, cuando pasaban las noches enteras juntas no era sólo por entrenar…
A quien conocemos divirtiéndose y mucho es a Gen Frong, un chaval amante de los deportes de la madera que indignado con el comportamiento matemático de Phyllis se dedicaba a tirarle lo que tenía a mano, es un decir, tortitas, un palo de golf, lo que al final le convirtió en sospechoso. Brennan se pregunta dónde podrían encontrarle, Booth hace la pregunta correcta.
— ¿Si yo fuera un inutil joven de 18 años, ¿dónde estaría?
— ¿Dónde está la cerveza? —pregunta a su vez Brennan
Crédito del gif: @jigsmave |
Y trasegando cerveza lo encuentran, aún así huye obligándoles a correr, y a Booth a talar un árbol para atraparle, eso sí, sin hacer caso de los cálculos matemáticos que Brennan, cita métrica en mano hace.
En venganza, Booth y Brennan lo torturan ¿Qué os parece muy fuerte lo que digo? ¿Cómo llamaríais vosotros a que a alguien que se está haciendo pis terriblemente se le recuerde la cerveza que ha trasegado y como le está presionando la vegija, cuando alguien hace borbotear agua en su presencia.
Crédito del gif: @boothseeley |
Es de suponer que cuando finalmente hizo pis se sintió dichoso, muy dichoso. Porque él no la mató, se lo pasaba en grande lanzándole tortitas cuando se ponía a medir.
Quien tampoco parece divertirse mucho al principio cuando se presentan Booth y Brennan, es Dick, el encargado del concursos, el mismísimo Dave Thomas, el colega de Hart Hanson que durante tres temporadas fue guionista de Bones (The Nazi in the Honeymoon 9.07 es su episodio más famoso) y novio, en el papel del documentalista de televisión Andrew Jursic, de Caroline Julian. Sobre todo cuando en medio de la conversación con ellos se montan un trabalenguas con los huesos, quiero decir con la palabra Bones, como también se conoce a piezas duras de madera.
— Tengo un hueso —dice Dick.
— ¿Qué hueso? —Pregunta Brennan
— No, un hueso es una pieza dura de madera, Huesos —le explica Booth.
— Espera, ¿quién es Huesos? —pregunta confundido el pobre Dick
— Ella es Huesos —dice Booth señalándola.
— Yo soy Huesos —le asegura Brennan
—Oh, yo pensé que ella era Brennan.
— Booth, por eso no debes llamarme Huesos —le regaña Brennan a Booth.
— Estupendo, porque esto sucede todo el tiempo —le responde enfadado Booth.
Y no, no sucede muy a menudo, de hecho nunca habían hecho el trabalenguas. Seguro que Dick terminó descojonándose de la risa cuando la pareja al final se reta a ver quién tira a quien caminando sobre un rodillo en el agua.
EL ESPECIALISTA FORENSE EN COMILONAS
Quien se lo pasa genial en el episodio haciendo lo que más le gusta, comer, es Aubrey. El interrogatorio de los sospechosos le lleva de la novia cabreada por el abandono a degustar las deliciosas tortitas de Jack, el asesino, con quien confraterniza mediatizado por el sabor de unas sin par tortitas, hechas con manteca y bacon ahumado… ¡de sus propios cerdos!
Verlo comerlas mientras conduce a la par que habla con Booth es toda una experiencia. Es de suponer que cuando luego se enteró de que en los huesos de Phyllis habían encontrado restos de manteca, jarabe y miel, de que Jack era el asesino ya no se sentiría tan feliz, por quedarse sin tortitas, claro.
LOS GENIOS “MALVADOS” Y LOS DOCTORES
O VICEVERSA
Hablemos del doctor Rodolfo Fuentes, el interno del episodio, cuando lo vemos por primera vez no parece divertirse demasiado, chapucea en un contenedor lleno de vísceras animales y humanas, algo que deberíamos pensar causa la envidia el doctor Hodgins; nos equivocamos, consciente de sus limitaciones, no participa de la diversión porque…
—Por desgracia, no han inventado una silla de ruedas especializado para el salto del contenedor.
Cómo si eso se lo hubiera impedido de querer hacerlo. Pero el doctor Hodgins no es sincero.
— Los cráneos no flotan —le advierte, obligando a Fuentes a sumergirse para encontrarlo entre las aguas negras y los restos pestilentes. Y sabéis qué… que el muy bastardo, por no decir otra cosa, alza la tapa de un recipiente y les muestra a Cam y Angela su contenido. El cráneo de la víctima. El doctor se estaba divirtiendo.
— Espero que todavía te diviertas cuando estés en el infierno —le advierte su mujer.
Y Fuentes sigue sin divertirse, aunque cuando al examinar los huesos de la víctima descubre que habían sido cortados con una motosierra cree llegado su oportunidad de ir al concurso de leñadores y no es porque le gusten las motosierras, no, qué va, sería para él un pequeño sacrificio para su jefa favorita. Pero no engaña a Brennan, y sí, le gustan las motosierras ¡a qué hombre no le gustan! No cuela. Brennan, haciendo uso de su prerrogativa dice que irán Booth y ella.
Aunque como es un chico listo busca la complicidad de Hodgins para convencer a Cam de hacer un experimento con… ¡¡motosierras!! Y cosa extraña, Hodgins se niega, está trabajando en algo que es más importante para él. Aún así Fuentes no se arredra, “es absolutamente necesario”, le dice a Cam, probar todas las motosierras de los participantes en los juegos de la madera, para determinar la coincidencia de las estrías que producen con las halladas en los huesos de la víctima.
— Así que quiere jugar con motosierras…—le contesta Cam
El doctor Fuentes no lo va a reconocer, sí hay otra forma de encontrar la motosierra implicada, él lo hará. Y para su frustración Cam, a quien su idea le parece una buena idea, la tiene. Ya que en el concurso guardan las piezas de madera que se cortaron el día en que murió la víctima etiquetadas con el nombre de cada competidor, le bastará con comparar las estrías de los huesos con las de las muestras de madera.
—Genial —dice Fuentes —Su gozo en un pozo.
Y el caso es que al final se divierte, llamémosle justicia poética. Cómo las estrías no coinciden con ninguna de las motosierras de los participantes en el concurso. Hodgins y él terminan haciendo el experimento. Es digno de ver que denuedo le echan, cómo preparan el duelo, y cómo los críos que son cómo se culpan el uno al otro cuando la jefa les pide una explicación.
El caso es que gracias al experimento y a que se lesiona la pierna cuando la cadena de la motosierra se rompe (no hay gloria sin dolor), Booth y Brennan atrapan a Jack, el asesino. Su pierna tenía una herida similar porque al desmembrar el cuerpo de Phyllis también se le rompió la cadena.
Sin duda el doctor Hodgins es quien más se divierte; se burla del doctor Fuentes, se salta las órdenes de Cam y además tiene un trabajo y un propósito secreto. Rehabilitar a su amigo el doctor Zack Addy de la acusación de asesinato del lobista. Tarea difícil, casi imposible después de tantos años, pero gracias al regalo que Booth le hiciera a Brennan hay una fecha límite para encontrar las evidencias, la de la audiencia fijada por el juez.
En la búsqueda embarca a Angela convencida al observar la foto de la escena del crimen que de haber sido Zack el asesino hubiera estado más limpia.
Y Hodgins lo consigue, encuentra en una de las costillas la firma microbiana, una combinación de partículas únicas e intransferibles del asesino y no es la de Zack, algo totalmente novedoso que los tribunales aún no admiten.
— ¿A Brennan se le escapó? ¿Dentro de un hueso? —pregunta incrédula Angela. Según el doctor siempre hay una primera vez para todo.
Cam es de otra opinión cuando le presenta las pruebas, estaba con Brennan cuando examinó los huesos y no encontró nada. Y además hay pocas posibilidades de que la firma microbiana sobreviva durante tanto tiempo. Pero Hodgins tiene respuestas para todo, estaba protegida por antráx, la única bacteria capaz de resistir tanto tiempo.
— Eso es tener mucha suerte —asegura Cam, sobre todo porque sería una prueba concluyente. Demasiado bueno para ser verdad.
— ¿Crees que lo he puesto yo? —la pregunta del millón.
—Todos sabemos que Zack es inocente, entiendo que es tentador hacer algo así, pero no puedo mirar unas pruebas que pueden haber sido manipuladas.
Y el doctor Hodgins, por primera vez en el episodio no se divierte, claro que si hubiera espiado a Cam tras la puerta se hubiera percatado de que a pesar de sus palabras estudiaba sus pruebas.
LOS BOOTH, NUESTRA FAMILIA FAVORITA
Quien no se divierte demasiado aprendiendo con su padre a montar en bicicleta es Christine, lo estaba haciendo genial, pero en cuanto la ha soltado, catapún, se ha ido al suelo. Enrabietada entra en su casa vestida de ciclista, con un casco, más grande que su cabeza, tapándole la cara y gritando que no va a volver a montar más en bici. Y sin más se larga a su habitación tirándole el casco a su padre cuando intenta detenerla.
Brennan le pide a Booth que no la enseñe a montar hasta que no le explique la física de la bicicleta. Y Booth y yo y seguro que vosotros también nos sorprendemos ¿Qué física? Todo es cuestión de intentarlo, de avanzar, caerse y volver e empezar. Pero Brennan sostiene que Christine debe conocer las leyes físicas que controlan el equilibrio, la fuerza de la gravedad, la fricción…
— Fricción —repite Booth insinuándose a Brennan, le ha gustado la connotación de la palabra, luego añade— ¿No te parece que a veces es bueno no saber cómo funciona algo? Quiero decir que la física deja a la magia fuera.
— Para empezar no hay magia—protesta Brennan—son solo las reglas que gobiernan el universo.
Y ya tenemos en marcha la controversia entre magia y misterio, física y matemáticas que servirán de hilo conductor a las disputas de la pareja durante el episodio.
La diversión llega justo cuando Booth se comienza a comer sus gachas de avena, suena el teléfono anunciándoles que en el contenedor de basura de un taller de un taxidermista rodeado de tripas y otras vísceras animales ha aparecido un brazo humano.
A Booth se le quita el apetito, Brennan no lo comprende: “después de doce años, las tripas y sus gachas de avena deberían ir de la mano”, le dice comiéndose las suyas con delectación.
Pero Brennan no olvida su propósito y le prepara un croquis con los fundamentos físicos de la bicicleta. Booth lo mira y lo mira una y otra vez y no le ve la gracia, tanto vector arruina la diversión. Y tiene razón, ni sé ni me importa el porqué desde que logré sostenerme por primera vez en una bicicleta cuando me montó no me caigo haya pasado el tiempo que haya pasado, el porqué cuando giro los pedales la bicicleta avanza, prefiero mirar el paisaje y sentir el viento en mi cara.
Pero a Brennan la científica cabezona nadie la convence de la importancia del misterio, para ella todo es explicable por la física, desde los movimientos del golf hasta los de los leñadores. Todo es matemáticas para ella, los deportes, la arquitectura, la comedia. Y no admite que Booth la contradiga y para muestra de esto último se dedica a contar chistes malos en los que el protagonista es el inglés. Booth, por supuesto, le pide inútilmente que no le haga, pero como no le hace caso, se pone las gafas de sol y pasa.
Brennan no, es imposible para ella no aplicar la físca a lo que está viendo, necesita saber como funcionan las cosas. Booth insiste “Algunas cosas en la vida necesitan del misterio como internet, porqué los aviones vuelan, los pedos”. Pero ella no lo va a dejar en la ignorancia: transferencias de protocolos, manipulación de la presión del aire, vibraciones del ano… ¡Bravo por el spoiler, doctora Brennan!
Y al final qué, pues que la pareja con la complicidad de Dick, dirimen la oportunidad de enseñar a su manera a Christine a montar en bicicleta sobre un tronco en una piscina el primero que caiga al agua pierde. Brennan tarda lo suyo en estar dispuesta porque está haciendo sus cálculos matemáticos, Booth no los necesita ha estado haciendo deporte y está listo. Por supuesto se lanzan sus pullas:
Crédito del gif @boothseeley |
— Se ve tu pelo muy hermoso —le dice Booth— Aunque se verá mucho mejor cuando esté mojado —qué malo.
Crédito del gif @boothseeley |
Y Brennan no se queda atrás:
—Espero que tu falta de estrategia científica se traduzca en tu derrota.
Y en cuanto se suben al tronco cada uno aplicando su estrategia intenta tirar al otro. ¿Quién gano? Ah, pues nos dejaron en la inopia, porque fundieron a negro y justo un momento después oímos como un cuerpo cae al agua ¿quién era? No importa mucho, porque si afináis el oído os daréis cuenta que de inmediato cae otro.
LA VIEJA LOBA
Pues sí, la vieja loba también se ha divertido y mucho con The Flaw in the Saw, tal vez porque me esperaba algo peor me he llevado la agradable sorpresa de encontrar un episodio divertido, con ritmo y acción, incluso en el laboratorio.
Y es que como decía Rima en los comentarios a la reseña anterior, todo en la vida es cuestión de expectativas. Y las mías sobre la temporada de despedida eran muchas y muy altas. Llegué a pensar, puesto que nos anunciaron que unos episodios estarían en función de otros, que Bones 12 sería una temporada como las de las series “antológicas”, de las que en diez capítulos te cuentan una historia totalmente serializada, como la genial Fargo, American Crimen, The American. Olvidándome de que la esencia de Bones es ser un procedimental policíaco con capítulos autoconclusivos. Que en su ADN está el hacer de vez en cuando un arco con una trama especial que desarrollan en tres o cuatro episodios, que esa es su forma de trabajar y que a ella responde lo que nos están ofreciendo en la temporada final de Bones. No lo olvidaré.
Y aquí está el vídeo resumen del episodio: Disfrutadlo:
Y aquí está el vídeo resumen del episodio: Disfrutadlo:
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