Bien, bien, fantásticas como siempre. Tal vez, esta última temporada hayan resultado un poco más egoístas, un poco más irritantes, un poco más crueles; pero bien, esperando como mujeres al borde de ser ellas mismas a que el futuro las alcance.
No han madurado mucho, la verdad, siguen siendo supernarcisistas, superverborreicas, lo que en los tiempos que corren es de agradecer. Sus diálogos desinhibidos, entrecortados, sus charlas insulsas o crueles, tan como la vida misma, siguen mostrando que la única ley que las
gobierna es aquella escrita por la zarza ardiente de “Te amarás a ti mismo sobre todas las cosas y al prójimo que le den”.
Aunque no dejan de ser solidarias a su manera, comparten entre ellas y
con cualquiera que pase por la calle, sus pequeños dramas, sus éxitos y sus
fracasos, necesitan público o mejor dicho, necesitan clac.
Lo que sigue es un
repaso muy particular a lo que les ha ocurrido en la Tercera Temporada.
Jessa
¿Sociópata o actriz del Método? No, bad girl.
Jessa (Jemima Kirke), medio desaparecida tras el primer episodio; aunque en "Females Only" deja suficientes muestras de su personalidad: "Una perra" consciente desde los cinco años de su mierda. Cruel, destrizando con su maligna labia a sus colegas de rehabilitación consigue que la expulsen del centro por sociópata o tal vez por actriz del método, que la directora no lo tenía del todo claro. El resto de la temporada bandeando, de juerga en juerga, del mono a la cocaína y viceversa.
El momento más cruel para ella en “Dead Inside”, el cuarto episodio de la temporada, cuando descubre que la vieja amiga que creía muerta vive feliz con su familia en una hermosa casa de piedra, que fingió su muerte para librarse de ella porque Jessa era tóxica. El más emotivo en el último episodio “Two Plane Rides”, cuando asiste al suicidio de Beadie (Louise Lasser) una fotógrafa paralítica, cuando le coge la mano mientras esperan la llegada de la muerte. Que Beadie reconsidere la decisión en el último instante no es culpa de Jessa.
Shoshana
"Estoy hasta el c *** de vosotras"
Y quién no. Con amigas como las de Shoshana (Zosia Mamet) ¿quién necesita enemigas? Aunque se ha vengado, esta temporada ha sido la voz cruel del espejito mágico.
Al final, de la Segunda Temporada rompió con Ray (Alex Karpovsky), el hombre carecía de ambición. No estaba dispuesta a repetir el fracaso de su familia, ni ya puestos el de las chicas, porque qué han conseguido Marnie, Hannah y Jessa desde que salieron de la universidad, nada. En "Females Only" lo deja muy claro: "Básicamente es el comienzo de una nueva etapa sexualmente aventurera para mí. Estoy alternando las noches de libertad con noches de concentración académica". Un buen plan, sí, señor. "Inteligente, fuerte, feminista", le contesta Hannah.
Bueno, pero condenado al fracaso. A partir de "Free Snacks", el sexto episodio, ya se ha dado cuenta "Siento que es hora de deshacer lo que hice". Tal vez el hecho de que Ray tuviera éxito con su nuevo local le ayudase a cambiar de opinión. El bar es su Pemberley particular, y aunque enfadada diga que no viven en una novela de
Jane Austen, se equivoca, ella lo hace. Para cuando llega el final de la temporada todo a su alrededor se derrumba. No se gradúa, sigue sola y su amiga la ha traicionado. Decepcionada termina suplicando a Ray que vuelva con ella.
Su momento cumbre en "Beach House", un gran episodio, en el que aprovechándose de la borrachera reparte estopa. Harta de que no la escuchen, de que la traten como si fuera "Un puto taxista", se vuelve cruel, especialmente con la "puta narcisista" de Hannah. Discurso memorable, noche inolvidable, mañana de silencios.
Cruel, cruel, Lena con sus chicas.
MARNIE
"What I Am"
Lo de Marnie (Allison Williams) ha sido un continuo deslizarse sin frenos y cuesta abajo. ¡Pobre Marnie! Ella, que al final, de la temporada pasada creyó tener en su poder las llaves de Pemberley se ha encontrado de repente compuesta, sola y abandonada. "No te quiero, nunca te he querido", le dijo Charlie antes de abandonarla mientras preparaba una pizza para cenar. Harta de lágrimas, su madre le pide que espabile, "Sólo es el primero de los veinte hombres que te joderán la vida".
En "She
Said OK", el tercer episodio, descubre que Charlie ha publicado en Youtube un vídeo de ella cantando, un vídeo bochornoso, humillante, "la fallida expresión de su creatividad".Pero si algo caracteriza a Marnie
es que nunca se siente derrotada del todo, que cae y rebota. Es hermosa, conseguirá triunfar. “Eres falsa, utilizas a la gente”, le dice Ray antes de meterse en su cama. Y aunque lo desprecie no
lo suelta, vuelve y vuelve a buscarlo. Sin embargo, cuando Hannah los descubre haciendo el amor grita “Él me
obligó”.
Sus mejores momentos al comienzo de "Beach House". Aparece radiante y hermosa, mismamente como un anuncio de las rebajas de primavera de El Corte Inglés. Distribuye las habitaciones, prepara las flores, coloca tarjetas. La "mujer perfecta". Todo por un momento de sinceridad. Que Hannah se le rebele, Shoshana se emborrache y terminen la noche como el Rosario de la Aurora es la medida de su triunfo.
Como lo es también su éxito como cantante formando dúo con Desi (Ebon Moss-Bachrach), un actor compañero de Adam, a quien tiene que conquistar sí o sí. Que él tenga su novia en casa preparando una paella puede resultar un poco frustrante al principio, pero al final, el éxito llegará. Cómo podría fracasar siendo tan hermosa ¿Verdad, papá?
HANNAH
"¿Una p *** mocosa consentida"
No, no. Una mujer con una visión: ser una gran escritora y una sola querencia, ella, ella, ella, ella, el ser más especial de la tierra.
De la piel de Hannah quedan pocos resquicios por conocer. Desinhibida, narcisista e inteligente. Lena Dunham le hace ir por la vida con el culo al aire. Y el alma. Cuando la dejamos en el final de la segunda temporada, se sentía, no me cabe duda, como Vivian Ward, la protagonista de Pretty Woman; no en vano acababa de ser la protagonista, dándole con un canto en los dientes a los voceros del “amor mata”, de su propia comedia romántica. Adam (Adam Driver), en sus horas más negras, llegó, la cogió en brazos y le dijo “Estoy aquí. Yo siempre estuve aquí”. Y aunque no era cierto lo creyó.
De la piel de Hannah quedan pocos resquicios por conocer. Desinhibida, narcisista e inteligente. Lena Dunham le hace ir por la vida con el culo al aire. Y el alma. Cuando la dejamos en el final de la segunda temporada, se sentía, no me cabe duda, como Vivian Ward, la protagonista de Pretty Woman; no en vano acababa de ser la protagonista, dándole con un canto en los dientes a los voceros del “amor mata”, de su propia comedia romántica. Adam (Adam Driver), en sus horas más negras, llegó, la cogió en brazos y le dijo “Estoy aquí. Yo siempre estuve aquí”. Y aunque no era cierto lo creyó.
Según ha declarado Judd Apatow en esta tercera temporada pretendían explorar sus reacciones cuando la vida profesional se le bloquea mientras que la de su novio va cada vez mejor. Y vaya reacción.
La temporada se inició como la segunda. Saldando Lena las cuentas
con los críticos de la serie. Sí en la segunda temporada acalló a los que acusaban a Girls de falta de diversidad racial echándose Hannah un novio afroamericano, en la tercera paga el
tributo por el comportamiento salvaje de Adam con Natalia. Su aparición en el bar de Ray acompañada de una amiga (interpretada por la
impagable Amy Schumer) da pie a una gran escena de ruptura en la que Adam da
la medida de sí mismo. Acepta los insultos, esconde la cabeza
entre los hombros y calla. Hannah, increíblemente para Natalia, lo ha convertido en un cachorrito.
Así nos lo presentan en "Females Only" durmiendo tranquilo en la cama al lado de Hannah, son pareja, Adam la cuida, la alimenta, tienen un hogar. El sexo salvaje olvidado. Todo va bien entre ellos mientra Hannah está en la senda del éxito. Su ebook de memorias avanza. Pero cuando tras la muerte de su editor en "Only Child" la publicación se va al garete y por una cuestión de derechos no puede publicarlo en otra editorial hasta pasados tres años, todo su mundo se desmorona.
"Cariño, escribe otro libro", le dice ignorante su padre. Pero no puede, en el libro estaban las fantásticas experiencias de sus veinticinco primeros años ¿Y si en los próximos veinticinco no me ocurre nada? Y poco importa que consiga un buen trabajo escribiendo publireportajes en una revista de tirada nacional, un trabajo cómodo y rutinario que como no tarda en descubrir terminará matando su espíritu creativo. Y eso no lo puede consentir, no lo consiente. En "I Saw You", el penúltimo episodio, monta una escena y consigue el despido. Ella es auténtica, especial, ella necesita vivir experiencias salvajes para construir su obra. Y si al marcharse no da un portazo es porque se atranca la puerta.
Si su carrera como escritora está a punto de irse al traste también lo está su relación con Adam desde que en "Incidentals" episodio ocho, él consigue un papel en una obra de teatro en Broadway. Y es entonces cuando nos encontramos con la Hannah más ególatra, la más hipócrita, la más cruel, siente que Adam se le escapa, "Necesito espacio", le dice. "Lo que siento es que te estás alejando de mí", le responde Hannah, lo que siente es que el dominio de la relación se le ha escapado, que su visión se le escapado, que puede terminar siendo la mujer del artista.
Al final, una carta de Iowa la salva del fracaso: Hannah ha sido admitida en la Escuela de Escritura Creativa de la Universidad de Iowa, aún pude hacer realidad su visión. Ella será siempre especial. De ahí la cara de esperanza con la que termina "Two Plane Rides", siente que el futuro está a punto de alcanzarla.
Así nos lo presentan en "Females Only" durmiendo tranquilo en la cama al lado de Hannah, son pareja, Adam la cuida, la alimenta, tienen un hogar. El sexo salvaje olvidado. Todo va bien entre ellos mientra Hannah está en la senda del éxito. Su ebook de memorias avanza. Pero cuando tras la muerte de su editor en "Only Child" la publicación se va al garete y por una cuestión de derechos no puede publicarlo en otra editorial hasta pasados tres años, todo su mundo se desmorona.
"Cariño, escribe otro libro", le dice ignorante su padre. Pero no puede, en el libro estaban las fantásticas experiencias de sus veinticinco primeros años ¿Y si en los próximos veinticinco no me ocurre nada? Y poco importa que consiga un buen trabajo escribiendo publireportajes en una revista de tirada nacional, un trabajo cómodo y rutinario que como no tarda en descubrir terminará matando su espíritu creativo. Y eso no lo puede consentir, no lo consiente. En "I Saw You", el penúltimo episodio, monta una escena y consigue el despido. Ella es auténtica, especial, ella necesita vivir experiencias salvajes para construir su obra. Y si al marcharse no da un portazo es porque se atranca la puerta.
Si su carrera como escritora está a punto de irse al traste también lo está su relación con Adam desde que en "Incidentals" episodio ocho, él consigue un papel en una obra de teatro en Broadway. Y es entonces cuando nos encontramos con la Hannah más ególatra, la más hipócrita, la más cruel, siente que Adam se le escapa, "Necesito espacio", le dice. "Lo que siento es que te estás alejando de mí", le responde Hannah, lo que siente es que el dominio de la relación se le ha escapado, que su visión se le escapado, que puede terminar siendo la mujer del artista.
Al final, una carta de Iowa la salva del fracaso: Hannah ha sido admitida en la Escuela de Escritura Creativa de la Universidad de Iowa, aún pude hacer realidad su visión. Ella será siempre especial. De ahí la cara de esperanza con la que termina "Two Plane Rides", siente que el futuro está a punto de alcanzarla.
¿Lo conseguirá o sólo es un cliffhanger? ¿Madurarán algún día las chicas de Lena? Lo harán, el futuro nos alcanza a todos. Claro que según ha dicho Judd Apatow aún quedan tres temporadas más para eso. Mientras tanto disfrutemos de Girls o enfadémonos si el selfie naturalista, sin photoshop a cara limpia y culo descubierto que nos ofrece Lena Dunham nos irrita. Son un espejo, si levantamos un momento la vista del Smartphone nos daremos cuenta.
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