Que la amistad sea uno de los valores dominantes en nuestra sociedad nadie lo puede discutir, hoy en
día si no tienes amigos no eres nadie; así que si además uno es un cuarentón hijo de puta, racista, diabético,
hipertenso, misógino, vanidoso, patético y grosero no puede resultar extraño que el disponer de "un amigo" le sea impuesto por prescripción médica.
Eso es le ocurre
al recién nombrado teniente de la Unidad de Crímenes Especiales del
Departamento de Policía de Portland, Everett Backstrom, a quien para terminar de
describirlo con exactitud hay que añadir
los epítetos de sucio, corrupto, putero, alcohólico y fumador y explicar que sin
consideración alguna para quien esté presente sorbe la bebida, hace ruidos al comer y escupe lo que no le gusta. Un tipo realmente encantador.
Lo primero que
conocemos de él es su tripa blanca y fofa, está pasando la revisión médica
para reincorporarse a su nueva unidad. Durante los últimos cinco años ha estado
relegado al departamento de tráfico por cantar Ten littel indians durante la conferencia de
prensa por la detención de un supremacista blanco que había matado a seis
indios “de los de Gerónimo, de los de Wu,wu,wu”, explica orgulloso. El médico no está
muy seguro de que pueda desempeñar el puesto, con el ritmo de vida que lleva
acabará consigo más pronto que tarde. La solución, encontrar un amigo. Si en una semana no lo encuentra revocará su
autorización. ¿Lo encontrará? ¿Lo dudáis?
Si el teniente Everett Backstrom fuera un ser de carne
y hueso se moriría antes de seis meses, pero es el protagonista de Backstrom, la nueva serie de Hart Hanson, el creador de Bones. Y como es natural y así ha
avisado el propio autor, para cuando termine la temporada (13 episodios) todos
amaremos a Everett, porque al final el insufrible, misógino, racista y vanidoso
policía experimentará una oportuna epifanía. El propio Hanson rogaba a Dios que a pesar del introito la gente se diera
una oportunidad de conocer al
maravilloso Everett.
Backstrom es un procedimental de los que se han dado en llamar de
personajes, es decir, una serie episódica en la que se investigan crímenes pero
en la que importan más los caracteres, especialmente el del protagonista que
siempre arrastrará algún trauma, que las mismas tramas criminales. Nada nuevo
bajo el sol, porque la sensación que se tiene nada más comenzar a ver el Piloto, "Dragon Slayer", es que los que nos cuentan ya lo
hemos visto, ya nos lo han contado decenas de veces y nos lo han contado mucho
mejor, incluido el propio autor.
Y aunque parece sacado de un contenedor de procedimentales reciclados (la
gabardina, en este caso el chubasquero
naranja, y el puro apagado de
Colombo; la sempiterna y presente lluvia de The Killing; la trama del niño bueno convertido en caballero
blanco que quiere salvar a la dama y termina pagando el precio, del mismo Bones; el mal humor, las camisas de leñador, la barba mal
recortada, el sarcasmo de
House, el mal genio y el alcoholismo de
Rake); el origen de Backstrom son las
novelas del escritor sueco Leif GW
Persson cuya adaptación le encargó el estudio 20Th Century Fox a Hart Hanson en 2012 para la cadena CBS, que una vez visto el Piloto no lo compró.
Sin embargo el año pasado Hanson
recibió el encargo del anterior equipo directivo de la cadena Fox de seguir
adelante y transformarlo en serie. Según cuenta Hanson en la entrevista concedida a Hollywood Reporter con
motivo del estreno, el episodio Piloto
se ha rodado de nuevo modificándose el guion y algún personaje.
A Everett Backstrom lo interpreta Rainn Wilson (The Office), no debe ser fácil interpretar a un tipo que odia a
todo el mundo pero principalmente así mismo y hacerlo atractivo para el
público, para ayudarle los autores le han otorgado unas cuantas muletas. La
principal, que Everett Backstrom fue
un niño maltratado por un padre
perfecto y a pesar de su edad, su inteligencia
y su trabajo, aún no ha logrado superarlo.
Pero también le
han dotado del don de la visión, que no de otro modo puede denominarse su
capacidad para resolver los casos y que le permite, a pesar de no sentir empatía
alguna por el resto del mundo, ponerse en lugar de cualquiera para descubrir sus
secretos y analizar sus intenciones. Nada más ver el cadáver de la víctima
dice: “Soy el hijo bonito de un rico senador blanco me levanto antes del
amanecer en medio de la lluvia y me cuelgo de un puente, ¿por qué?, se
pregunta y se responde así mismo “Porque tengo problemas de virilidad”. Lo
que luego se demostrará realidad. Soy una striper que manda a la muerte al
chico que la ama, ¿por qué lo odia tanto? Porque hubo un momento que me
hizo creer en él”, le explica a la principal sospechosa sin mirar la bola de
cristal. Y es que nada es imposible para el teniente Backstrom, que no nos explique sus métodos deductivos después de todo es de agradecer, porque si algo le sobra al Piloto es información y cháchara.
El resto de los
personajes de la serie lo conforman los miembros de la unidad, ellos están en primera
fila para convertirse en sus “amigos”,
y también para ser objetos de sus puyas y vejaciones. En la consulta del médico
conocemos al agente Frank Moto, (un
ex luchador cuya misión principal es ser el guardaespaldas de Backstrom y correr tras los
delincuentes), interpretado por Page
Kennedy. Y en la escena del crimen al resto del equipo, la novata Nicole
Gravely,
interpretada por Genevieve Angelson,
según Backstrom una pequeña y
caliente descarada a la que llega a corromper; al sargento John Almond (Dennis Haysbert),
aparentemente un tipo normal y razonable que trabaja como pastor en sus ratos
libres y al muy especial y orientalista y risible forense Peter Niedermeyer (interpretado por Kristopher Polaha), el hombre
de la ciencia y por quien nos enteramos de que las facultades de su jefe para
atrapar a los criminales se deben a que Backstrom vive intensamente en un plano superior de la existencia, en el
que él es capaz de escuchar el universo.
El elenco lo completan dos
personajes más, Nadia Paquet, la encargada de la tecnología de la unidad, una
contratista francesa a la que interpreta Beatriz
Rosen quien se convertirá en su amiga “medica” y como buena amiga le aplica
un remedio corso para curarle la borrachera, un buen derechazo directo al
mentón. Y Valentine, un joven
homosexual, con el que inopinadamente comparte casa y con quien le une una
relación muy especial “Si no hubiera sido por las putas no hubiera conocido a tu
madre”. Él es el confidente que inverosímilmente le conecta con
los bajos fondos y le ayuda a resolver los casos, a Valentine lo interpreta Thomas Dekker.
Que a pesar de las
críticas negativas del Piloto, el estreno lo
vieran más de 7,5 millones de espectadores y aún así, en el segundo episodio,
ya emitido en Estados Unidos, sólo perdiera un 34 por ciento de audiencia, permite pensar de que a pesar de lo desagradable del protagonista y lo trillado de
la trama, Dios ha escuchado a Hanson
y va a darle una oportunidad a Everett Backstrom.
¿Se la daréis vosotros?
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