¿A alguien le queda alguna duda
después de ver la undécima temporada de que el equipo del Jeffersonian y el del
FBI son una gran familia? ¿A alguien le queda duda de que Bones no es un procedimental al uso? Porque para mí que lo que nos
ha ofrecido la undécima no ha sido sólo su lucha contra el crimen, su negocio
después de todo, sino también las fortalezas y debilidades de los personajes,
sus dudas y sus certezas, su sufrimiento y sus pocas, aunque alguna haya, alegrías.
Pero este post no es una revisión
crítica de la última temporada que hemos visto de Bones, sino una mirada divertida a través de los oufits de los personajes. Así que lo
mejor será empezar por la protagonista.
LA DOCTORA TEMPERANCE BRENNAN
Estamos tan acostumbrados a ver a Brennan con sus blazers, sus pantalones
y sus botas negras que parece que nunca cambia su vestuario. Y en esencia es
así, su bata para el laboratorio y algún blusón ancho para su vida hogareña, botas
negras incluidas.
En la Undécima también ha habido blazers
para la antropóloga forense, pero aún así ha sido diferente, porque a pesar de su beligerante militancia feminista a la Brennan profesional se le ha añadido
una faceta que nunca antes habíamos visto con tanto detalle, para la que la hemos estado "educando" durante las diez temporadas anteriores.
La amante esposa, "atenta a los deseos" de su marido, la Brennan “doméstica” que cocina,
plancha, seca platos y hasta tiende ropa.
Y se ha rebelado, claro, tanta rutina, tanta colifor eran demasiado, se ha calzado dos pistolas y un sombrero y se ha ido al Oeste a desafiar a su hombre; ha ligado con un paleto, ha pegado unos cuantos tiros, se ha metido en peleas de saloom, le ha partido la cabeza a uno con una botella para al final caer, una vez más, rendida ante su hombre. Ah! que no se me olvide, también le ha cerrado la boca con un puñetazo a un estúpido bocazas.
Y otra Brennan íntima, la que sólo ven su marido y sus hijos, y sus amigos
en ocasiones especiales, esa de la que muchos reniegan porque la querrían,
acorde con los tiempos, pasional y exhibicionista de carne y sentimientos…
… Pero que en una divertida y
deliberada provocación ellos, productores y pareja protagonista, rebeldes,
prefieren pudorosa. Si hasta sus pijamas le parecerían demasiado virginales a una monja de clausura.
Aunque ha alternado blusones con camisas, preferentemente de tela escocesa, a mí los que me han gustado han sido el blusón de bordados de la marina que ha llevado en los episodios 11.11 y 11.19 de Tory Burch; el de Daniel Rainn del episodio 11.20 estampado con las mangas de malla; el vestido del episodio 11.08, azul plateado de Adrianna Papell y sobre todo el delantal, el delantal "Uva Tolle" del episodio 11.04, diseño de Williams Sonoma.
CHRISTINE ANGELA Y HANK BOOTH
Es una lástima que siendo Sunnie Pelant una fashionista, cuando se viste de Christine Booth resulta ser una niña en pijama. Sí por alguna casualidad, como en el episodio de Acción de Gracias, luce un vestido gracioso, el director del episodio se la juega, aparece sentada y sólo se le ven los hombros, qué desilusión.
Hank Booth es el único al que por ahora la Fox le ha consentido un desnudo de cintura para abajo, aunque ciertamente velado por sus rollizos muslos. Es un meoncillo al que el uniforme de los Flyers sienta bien. No en vano, la única vez que le vimos comer con la familia sentado a la mesa, lanzó un trozo de coliflor con tanto acierto que a punto estuvo de dejar tuerto a su papá.
EL AGENTE ESPECIAL SEELEY BOOTH
En la undécima temporada ha sido el único personaje que ha permanecido fiel así mismo. Al final de la décima como pago por sus pecados renunció a lo que siempre había sido propósito de vida, por ella, por Brennan, para que cumpliera sus deseos, y sin embargo, al principio de temporada su generosidad a punto estuvo de costarle la vida en un intento inútil por salvar la de su hermano,.
Se nos ha permitido contemplar como se viste, y sí, hay mucho de chulería en la forma en que frunce los labios cuando se coloca la corbata, en la mirada apreciativa que le echa al espejo, pero la escena nos cuenta otra cosa. Nos dice que cada mañana vuelven a su bolsillo, el encendedor Zippo, el reloj, el dado y la ficha de póquer, los objetos que le dotan de un manto de invulnerabilidad, porque cada noche, y eso es lo que cuenta, los deposita cuidadosamente sobre la cómoda para que no sea ese hombre duro, el amigo de la muerte, quien la ame a ella, sino el otro, él que sólo en los brazos de ella se completa.
Este fin de semana hemos visto como Rob Bolger, su asistente encargado del vestuario, hombre discreto, se despedía de su trabajo en su cuenta de Instagram "Tres episodios quedan para que Bones se vaya" decía y le agradecía a David Boreanaz su confianza, lealtad y cariño durante las seis últimas temporadas.
Y David Boreanaz por su parte no sólo le agradecía el buen trabajo hecho, su excelente atención a los detalles, sino que le anunciaba que no perderá su empleo, que siempre estará con él dondequiera que vaya.
Tomando importantes decisiones de vestuario, decía el comentario que acompañaba a esta foto. Y sí, importantes decisiones debieron tomar al principio de la temporada, porque Seeley Booth, en la undécima ha aparecido con mayor variedad de vestuario. Y aún reconociendo que echo de menos las corbatas de librepensador, reconozco que su impresionante colección de trajes hechos a mano, sus camisetas de colores, sus impecables camisas siempre recién planchadas, pueden hacerme olvidarlas.