Bien, aquí
estamos de nuevo, Bones ha regresado
y lo ha hecho con un emocionante episodio, con un gran episodio. Grande sí,
porque The Death in the Defense al presentarnos
el inicio de la dura travesía que el doctor
Hodgins recorrerá hasta su recuperación
nos está mostrando algo que a los fans nos encanta ver: el corazón de los personajes de Bones.
Es cierto que
la caja torácica: las vértebras, las costillas, el esternón son partes de la
coraza que protege al corazón de roturas, perdón de aplastamientos; el cofre o
los barrotes con los que algunos lo encierran tirando la llave. La tiren o no,
lo cierto es que está ahí, que como Christine
Booth dibuja, para asombro de su madre, es parte indisoluble de lo que
somos. Y aunque ya lo sabíamos en The Death in the Defense queda patente
que el de TODOS y cada uno de los miembros del equipo del Jeffersonian es muy grande.
Un
procedimental policial no es otra cosa que la demostración de las técnicas de
trabajo que la policía utiliza para atrapar criminales, para salvaguardar a la
sociedad. Para mí que el procedimental
es la caja torácica de Bones, la que
utilizó Hart Hanson para proteger el
corazón de la serie: sus grandes
personajes. ¿En qué otro procedimental se puede asistir al debate Ciencia versus Fe, a la controversia cerebro
contra corazón o a la transformación
de un buen hombre, generoso, jovial y feliz en un ser amargado y mentiroso?
Todo eso nos da Bones en sus grandes
episodios y a eso asistimos en The Death
in the Defense. Pero mejor empezar por el principio.
HODGINS
VUELVE AL… JEFFERSONIAN…
Y el
principio no puede ser otro que el hospital donde el doctor Hodgins ha estado internado desde que, en el final del
episodio 11.10 The Doom in the Boom,
cayese paralizado en el suelo del Jeffersonian como consecuencia de la bomba
que explotó en el cadáver que examinaba. Después de ocho semanas ha llegado el momento de marcharse a casa,
de aceptar su nueva situación, está
paralizado de cintura para abajo.
A pesar de la
silla de ruedas es optimista, siente cosquilleos en los pies. Pero no sería Bones la serie que es si las cosas fueran a ser tan fáciles para él. Su
doctora le pide que se tome las cosas con calma, el hematoma aplastó a los nervios en
la región lumbar, pero no los cortó, lo que significa que todavía puede
ocurrirle un daño mayor. Nada de trabajo.
Booth a pesar de todo lo que ha vivido y sufrido no es un hombre pesimista, a veces puede que pierda la fe, pero a la mañana siguiente se despierta y ahí está, esperándolo junto la almohada. Por eso mantiene ante Brennan que ahora que Hodgins sale del hospital las cosas vuelven a la normalidad.
Brennan no tiene fe, sino ciencia. Ha examinado
los resultados de la resonancia magnética y está casi segura de que Hodgins no volverá a caminar. Booth,
el corazón de Booth disiente: nadie va a trabajar
más duro que Hodgins. Ese,
según Brennan, no es un factor a
tener en cuenta por la ciencia. A Booth
no le importa, conoce otro que a la
razón de Brennan no se le alcanza, la esperanza: “no
hay nada más importante que la esperanza."
Esperanza, sí, esa maldita consejera, esa mentirosa, culpable de tanto
y tanto dolor. Porque el doctor Hodgins se aferra a la esperanza, como
cualquiera haría en su situación. Y por eso en lugar de quedarse en su casa y
guardar reposo, se presenta en el Jeffersonian. Angela no ha podido
impedirlo, la amenazó con hacer autostop si no lo llevaba.
En el Jeffersonian, Brennan, Wendell y Cam están examinando unos
restos, les es difícil determinar la hora de la muerte porque su descomposición
no se corresponde con el estado de las larvas, algo les ha afectado. Y para su
sorpresa y al principio regocijo, allí está el experto en bichos y lodos
para explicar el porqué: Bertha, una tormenta tropical.
Quiere trabajar en el
caso pese a la oposición de Angela y la reticencia de Cam, quienes creen
que debe irse a su casa a descansar. Finalmente se queda, pero sólo hasta que
encuentren los huesos que faltan. Lo necesitan, les dice y así es, sus
hallazgos son determinantes para la resolución del caso.
… Y ENCUENTRA A UN ÁNGEL
Primero para la
identificación de la víctima, al encontrar una cadena rota con una medalla de
una iglesia católica, lo que da pie a uno de los momentos divertidos del episodio cuando Booth
y Brennan hablan con el sacerdote. La victima resulta ser Andrea Torres,
una abogada que defendía a quienes carecían
de medios para defenderse. Una mujer que, según les dice, pensaba que
si Cristo viviera hoy, sería un defensor público. Y Brennan no puede evitar, para vergüenza
de Booth, responderle:
—En realidad, dado el bajo nivel socioeconómico de Jesús, es muy improbable que hubiera sido capaz de pagar la universidad.
Segundo para
encontrar los huesos que les faltan. Y cómo no, Hodgins quiere ir personalmente a buscarlos, Angela se opone “Huesos encontrados, marido a casa”,
pero necesitará darle una razón incontrovertible para impedírselo, una razón
que se le clavará en la herida. Su silla
de ruedas se atorará en el barro. Será Wendell,
siguiendo sus indicaciones quien los encuentre, quien reconociendo la evidencia
diga “Hodgins… rey del laboratorio”. Y
Hodgins satisfecho, se lo repite para sí, “rey del laboratorio”.
Alex Pollok, el jefe de Andrea, les cuenta a Booth y a Aubrey que acababa de perder un caso que estaba segura
de ganar y le había afectado mucho. Booth
fijándose en una foto en la que aparecen juntos le pregunta si tenían una
relación sentimental, él lo niega. Aunque pasaban mucho tiempo juntos por
motivos de trabajo. Y por supuesto sus clientes tenían antecedentes de
violencia.
Caroline que conocía y apreciaba a la
víctima quiere colaborar en el caso, encuentra a Aubrey pensativo, está
preocupado por Hodgins, no puede dejar de pensar en esa silla de
ruedas, dice. Pero Caroline, el corazón de Caroline a pesar de su rocosa apariencia es tan dulce como el de
una madre para sus chicos del FBI, sabe lo que realmente piensa Aubrey y absolviéndolo del pecado no
cometido, pone la situación en su justa perspectiva:
— El Doctor Hodgins va a ver crecer a su hijo gracias a ti. Eres un héroe.
Y comienza el desfile de sospechosos
entre los clientes de la víctima, los primeros el marido de una mujer que a
pesar del trabajo de Andrea está en la cárcel; luego una fiscal, una mujer de
armas tomar, que había perdido cuatro casos seguidos frente a la víctima y con
la que tuvo un altercado la noche de su muerte en un bar. Hasta a Caroline le impone interrogarla, su
odio por Andrea es manifiesto “Se creía la madre Teresa por defender a los
pobres”, dice pero no la mató, ninguno de los dos la mataron.
Wendell
defiende la
permanencia de Hodgins en el caso mientras examina los restos con Brennan, pero esta cree en la opinión de Cam, eso es perjudicial para su recuperación. Wendell insiste, “¿No sería más perjudicial que se quede en
casa pensando en todo lo que no puede hacer?” No quiere que se dé por vencido. Cuando a
él le diagnosticaron el cáncer, Booth le
dijo que renunciar no era una opción,
que tenía que luchar.
Pero el cerebro de Brennan, ay, el cerebro de Brennan no entiende de metáforas, no las de Wendell. La metáfora no devolverá a Hodgins el uso de las piernas. De hecho, dada la extrema
improbabilidad de su recuperación, la lucha perjudicaría la regeneración de sus
nervios. Wendell vuelve a la carga “Mi
recuperación fue extremadamente imposible pero sucedió”. Y Brennan también: “Y estoy feliz por ello, pero no
tiene nada que ver con el doctor Hodgins”. El cerebro gana. Y a pesar
de todo Brennan está equivocada… Todo,
todo el episodio tiene que ver con el doctor Hodgins.
Y
LA CONSPIRACIÓN DE LAS DAMAS LO DESTIERRA DEL JEFFERSONIAN
El instigador, el corazón amante de Angela
quien preocupada por la salud de su hombre le recuerda a Cam que mantenga su palabra y lo mande a casa, no quiere que sufra otra
decepción después de todo lo que ya ha pasado. No será fácil, pero Cam hablará con él, tiene sus propias
razones.
Y es dura, realmente dura la
conversación; pero cuando Cam lo encuentra
en su despacho amarrado a una bicicleta aerostática, pedaleando “y
sin manos…”, no le queda más remedio. El hacer ejercicio físico sin un
terapeuta puede aumentar los riesgos y es
su responsabilidad… El teléfono la interrumpe: ha aparecido cocaína en el
organismo de la víctima. Hodgins quiere
de inmediato ponerse a buscar más pruebas,
rastrear el origen de la droga, pero
Cam se lo impide. “Doctor Hodgins —dice— estás fuera de este caso.” Y se nota
que no es su cerebro el que manda, sino su corazón.
Como también se ve como el de Hodgins se rompe con sus palabras:
—Por favor, no hagas eso —le suplica—. Tengo que estar aquí. Es lo que soy —dice..Cam sintiéndose tan mal como él no cede:
— Eres mucho más que este trabajo. Tengo que mirar por tu bien si tú no lo haces. Estás fuera de esta investigación.
Y Hodgins se va. Estremecedor.
Y resulta que Andrea no era un ángel, a veces consumía drogas, su válvula de
escape para superar tanta desgracia como la rodeaba, su jefe no sabe decirle a Aubrey quién era su camello, tal vez
algún DJ con los que iba. Encontrar el origen de la cocaína se vuelve perentorio,
la partícula que encuentra Cam en la
fosa nasal de Andrea puede ayudar. Wendell
piensa que sería necesario que Hodgins
lo investigase, tal vez podría decirles dónde estaba y con quién cuando ella
murió. Pero Cam tampoco cede ahora y
le pide que se la lleve a uno de los biólogos del Jeffersonian.
Tampoco es amable la conversación de Angela y Hodgins
por Skype. Cuando le comenta cómo va el caso, él la corta. Sabe que ella se
siente mal por estar en el laboratorio mientras él está en su casa, pero hablar
del caso no le ayuda, le perjudica, le dice amargado. Y el corazón de Angela lo acusa.
LOS
MONSTRUOS MARINOS TIENEN LA SOLUCIÓN
La conspiración termina por la
acción de los contrarios, por el trabajo conjunto del corazón y el cerebro,
de Booth y Brennan… y gracias a… la “traición”
de Wendell.
La primera carga de profundidad la
lanza Booth cuando Cam les cuenta que Wendell ha identificado la partícula
como una escama de serpiente pitón, “Hodgins
hubiera disfrutado con eso”, dice.
Cam confiesa que lo ha enviado a casa. Tenía que hacerlo. Y entonces Booth, como
si tuviera cerebro y no sólo corazón le explica lo equivocada que está. Sobre
lo que le ocurrió, Hodgins no tuvo
ninguna opción, pero ahora sí, ahora Cam
debe dejar que él decida cómo va a ser su recuperación.
Y entonces descubrimos la verdadera
razón del actuar de Cam. El miedo. La
culpabilidad. No podría perdonarse que le llegara a suceder algo más serio.
— Pero, ya sabes, por lo menos debería tener la opción. El trabajo le podría dar esperanza —insiste Booth.
Y aunque Brennan sigue sin entender en que puede beneficiarle el optimismo,
cuando al día siguiente se entera por
Angela de que Hodgins no es
feliz su cerebro encuentra razones para
dar satisfacción al corazón. El mito
griego de Escila y Caribdis ayuda. Y
le explica cómo Ulises para salvar
su nave de los monstruos marinos calculó los riesgos y eligió el menor de los
males, perder unos pocos hombres con el fin de salvar la nave.
Angela lo entiende— Lo que me estás diciendo es que en la vida no hay una sola opción correcta, ¿es eso?
Y
es eso. Será eso.
LOS
MALOS NO ERAN TAN MALOS,
Y
LOS BUENOS… A VECES SE EQUIVOCAN
En el FBI encuentran al DJ con el
que se fue del bar Andrea la noche de su muerte, tiene un golpe en la cara. Y
sí, se lo hizo Andrea, estaban teniendo sexo fuerte, pero cuando le rompió la
cadena, se enfadó y le golpeó. No la mató, ella se fue sola de su casa y él
tiene coartada pasó la noche en un bar. Pero no todo ha sido en balde, el jefe
de Andrea vive cerca de su casa, Andrea pudo acudir a él.
Cuando Brennan y Wendell encuentran que las heridas de los huesos se
podrían haberse producido por chocar contra un contenedor de basura como el que
hay debajo de la ventana de Pollock, las cosas se ponen feas para él, pero es
abogado, y cuando Booth le muestra las pruebas que tienen se queda impertérrito, son
circunstanciales. Brennan necesitará encontrar una prueba
material de que Andrea estuvo en su casa esa noche para detenerlo.
Pero eso es lo que hace, lo que hace Booth, atrapar a los chicos malos que
se creen a salvo y por supuesto al final lo atrapan, la culpable una copa de vino y un te
quiero que Andrea no quiso aceptar, un golpe, una pelea y un salto del ángel
por el balcón. Con la ayuda inestimable de Wendell
que identifica el vino en el espectrómetro de masas, en realidad Hodgins, que por su mediación ha estado trabajando en la
investigación.
Y no, con atrapar al malo no acaba el episodio, porque en The Death in the Defense lo importante es el equipo y el camino que recorre cada uno de los personajes hasta la aceptación de la nueva situación del doctor Hodgins. Y aún nos queda por ver la rendición de las damas. La primera Angela.
— ¿Por qué me quieres? —le pregunta Hodgins.— Por muchas razones, eres apasionado, de mente abierta, inteligente —le responde.
— Pues todas esas cosas lo soy gracias a mi trabajo en el laboratorio —le explica—Y sin eso no sé cómo ser el hombre del que te enamoraste.
Razón convincente, sin duda. Pero no
es solo ella la que reconoce el error de su corazón temeroso, también Cam, quien le confiesa su miedo y su
culpabilidad, si no le hubiera dejado trabajar después del estallido de la
bomba nada malo le habría pasado. Pero Hodgins
tiene la respuesta, fue su elección. Y lo es ahora. Hodgins volverá al laboratorio.
EL
CORAZÓN Y LOS HUESOS
En su casa, Brennan le cuenta a Booth que Hodgins
volverá al laboratorio, pero no puede evitar estar preocupada, por él y por Angela. Booth le pide que tenga un poquito de fe, ella insiste en que sólo
reconoce la certidumbre de la ciencia aunque en este caso la pone triste. Booth la abraza tranquilizándola:
“¿Alguna vez imaginaste que tendrías un maravilloso marido y tres hermosos hijos que te aman?, le pregunta.
Brennan
reconoce que fue un inesperado giro de los acontecimientos. Y Booth insiste, “todo es posible, Angela y Hodgins se aman y saldrán adelante”.
Brennan se fija en un dibujo de Christine,
un esqueleto con corazón. Y entonces en un verdadero e inesperado giro en su
pensamiento le dice a Booth:
“Ojalá que cuando crezca tenga la misma fe que tú.”
¿Cómo es posible que Brennan reconozca la gratificación de
la fe ante lo incierto de la vida? Al final The Life in the Light (10.21), la vimos aceptarla en su relación
con Booth, porque su vida con él
adquiría sentido; porque la había transformado de loba solitaria en, como ahora
le dice, madre de tres hijos. Pero al desearle a su hija, esa hija que es capaz
de ver el corazón en el esqueleto la
fe de su padre, el personaje de Brennan da
un paso más, está reconociendo que
su ciencia, su racionalidad no son suficientes para la felicidad, algo que antes
nunca había hecho.
Aunque siempre quedará un rescoldo de la vieja Brennan y quiera corregir la obra de
arte de su hija. Por supuesto Booth no
se lo consentirá.
Y
EL VUELO DE LA ESPERANZA
Antiguamente pintaban a la esperanza
con alas, porque cuando intentas asirte a ella emprende el vuelo, y eso sucede
con las esperanzas del doctor Hodgins, una
simple llamada de teléfono de su doctora las echa a volar. Sus terminaciones nerviosas no sólo no se han regenerado sino que
muestran signos de atrofia. Hodgins, incrédulo, insiste
en que podrían aún regenerarse, sin embargo lo doctora es contundente “en su opinión, no”.
Cuando Angela le pregunta por lo que le dijo,
le miente: “Todo estaba genial”. Su
rostro, en cambio, dice otra cosa. El doctor Hodgins ha comenzado a recorrer en secreto su particular
camino de amargura. Y Angela también, aunque aún no lo sabe.
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