Esta trama estuvo plagada
de tantas estupideces que ni siquiera sé por dónde empezar, pero haré mi mejor
esfuerzo. Una cosa es dotar a un villano de recursos para que le dé dolores de
cabeza a los héroes, y otra muy diferente es convertirlo en un Dios
todopoderoso aparentemente invencible.
El arco de Pelant, de por sí poco creíble, perdió
toda credibilidad que le pudiera haber quedado en The Secret in the Siege,
el final de la octava temporada, cuando atentó con los semáforos y las cámaras
y micrófonos de toda la ciudad. ¡Por Dios, estaban en la capital del país más
poderoso del mundo, no en un pueblo de un estado pequeño! Por muy brillante que
haya sido, el Servicio Secreto, la CIA y
todas las agencias y departamentos de los Estados Unidos se hubieran lanzado a
atraparlo, y más por tratarse de un país que es famoso por ser paranoico y
tratar todo como asunto de seguridad nacional. Pero el omnipotente Pelant estuvo más de tres meses en las
sombras, lanzando amenazas a diestra y siniestra y haciéndonos infelices a
todos.
Yo me uní a Twitter un 30 de abril de 2013, dos semanas
antes del final de la octava temporada, un episodio recordado por la propuesta
de matrimonio de Brennan hacia Booth y su infame escena final. Aún
recuerdo la rabia que invadió a todos los boneheads tras haber salido al aire el episodio, pues todos nos
encontrábamos hartos de Pelant y de
lo ridícula que se había vuelto la situación. Tan molestos estábamos y
dedicamos tanto tiempo y recursos en mostrar nuestra inconformidad, que a los showrunners no les quedó de otra y
tuvieron que acabar rápido con Pelant,
a pesar de que tenían la intención de prolongar su estancia por más tiempo
(aunque de alguna manera se salieron con la suya, haciendo que volviera en tres
episodios más).
Una trama que nos dejó a
todos con un muy mal sabor de boca.
El episodio de luna de miel
Cuando alguien me
pregunta cuál es, en mi opinión, el peor episodio de todo Bones, no puedo pensar en
otra opción que no sea The Nazi in the Honeymoon. Todo en
este episodio está mal, desde la pésima ambientación disque en Argentina hasta la selección de la
música, pasando por el desperdicio total de una situación única en la serie, y
que los boneheads esperábamos ver con ansias.
Yo sé que filmar en locación
es difícil y más si se trata de una en el extranjero, pero si vas a pretender
que el episodio está ambientado en cierto lugar, lo mínimo que debes hacer es
intentar recrearlo de la mejor manera posible. Ahora, yo no conozco Buenos Aires, pero dudo mucho que la
capital de uno de los países más importantes de Latinoamérica luzca como el pueblecito provinciano que nos
mostraron en el episodio. No sé si sea parte de la mala imagen que se han
formado los estadounidenses sobre cómo son las ciudades latinoamericanas, o si
tal vez piensan que somos incapaces de tener metrópolis industriales y
desarrolladas como allá, o si creen que todos vivimos en pueblitos estilo “Speedy Gonzáles”. Sea cual sea la
razón, como latinoamericana me sentí verdaderamente ofendida por la manera en
la que Buenos Aires fue representada
en este episodio. Y no fui la única, pues pude percatarme de que la
sorprendente mayoría lo aborreció. Una lástima, si se toma en cuenta el
potencial que tenía.
La recaída de Booth
Una de las storylines más
controversiales de Bones y, en lo personal, la que más odié, involucró a Booth recayendo en la adicción al
juego. Una trama que fue incluida sin estar bien diseñada, terminó de forma
apresurada y sin ser tratada con la seriedad con la que deben de ser tratadas
las patologías de este tipo. Prefiero no escribir mucho al respecto (porque es
algo que jamás les perdonaré), pero era necesario que lo mencionara.
Lo decepcionante.
La temporada 12.
Aunque el primer capítulo fue prometedor y el segundo
hizo que realmente comenzáramos a sentirnos nostálgicos (por los toques de
cierre), la verdad es que, salvo un puñado de excepciones, la temporada final
fue bastante decepcionante y, a momentos, llegó incluso a ser mediocre. La mayoría
de los capítulos fueron de relleno, desechables y fácilmente olvidables. Los
casos no fueron lo suficientemente interesantes para mantener nuestra atención,
y carecían de ese no-se-qué que siempre tuvieron los casos de Bones.
Yo, en lo personal, me sentí sumamente frustrada de ver que desperdiciaron
minutos valiosísimos en bobadas absurdas que no eran necesarias, en lugar de
cerrar tramas para no dejar cabos sueltos.
Daré gracias el resto de mis días de que, al final,
lograron enderezar el rumbo.
La conclusión de los arcos.
Para mí, el gran talón de
Aquiles de Bones fue que no
sabían cómo cerrar las historias que se desarrollaban conforme la historia iba
avanzando. Desde Pelant hasta el Titiritero, pasando la conspiración
que hizo que Booth terminara en la
cárcel, lo cierto es que los escritores siempre fueron muy creativos a la hora
de crear historias que, en un inicio, tuvieron algo en común: un comienzo
interesante y prometedor, y un final apresurado y que nos dejó con la sensación
de que algo estaba incompleto. En el caso de Pelant, el brusco desenlace se debió a la reacción tan negativa que
recibió el final de la octava temporada, y pienso que en los otros casos fue
una simple carencia de imaginación y poca capacidad para darles una conclusión
satisfactoria.
Lo que pasó
desapercibido.
Hank.
Por cuestiones de tiempo,
lamentablemente no pudimos ver gran cosa del segundo hijo de Booth y Brennan. Llamado así en honor a
“pops”, su bisabuelo, el precioso Hank tuvo escasas apariciones en la
serie y sus escenas se limitaban a aparecer en el fondo, o en brazos de su
madre.
Cuando Christine era más pequeña y sus
apariciones menos frecuentes, sabíamos que existía porque veíamos sus juguetes,
su ropita o porque era mencionada constantemente. Sin embargo, con Hank no fue así. Durante la temporada
11, cuando fue añadido el personaje, solamente apareció en tres episodios, si
mi memoria no me falla, y fue mencionado en un par de ocasiones más. De hecho,
más de una vez los boneheads nos
llegamos a preguntar: “Oye, ¿qué no Booth y Brennan tenían otro
hijo?” En la temporada 12 cambió un poco esta situación, pues se le
mencionó en la mayoría de los capítulos e hizo más acto de presencia, pero fue too
little, too late.
No sé si fue porque entró
tarde, cuando la dinámica Booth-Brennan-Christine
ya estaba por demás establecida, o porque era demasiado complicado tener a dos
niños en el set al mismo tiempo (bueno, técnicamente eran tres porque a Hank lo interpretaron gemelos), o
porque ya habían agotado todas sus ideas con su hermana mayor; el caso es que,
a diferencia de Christine, que le
dio un giro a la serie y que sirvió como vía para conocer un lado de Brennan
que había permanecido oculto, la inclusión de Hank Jr. no aportó gran cosa a la trama de Bones. Todo lo bien que
aprovecharon el primer embarazo de Emily/Brennan,
no lo hicieron con el segundo y no se le sacó el jugo que se le pudo haber
sacado. A mí, en lo personal, llegó un punto en el que de plano se me olvidó
que existía.
Lo rescatable: los
momentos en los que se menciona la emoción que siente Christine por convertirse en hermana mayor, y el amor que demuestra
tener por el pequeño. Ojalá que, si algún día reviven Bones, podamos ver más de
esta dinámica fraternal, y echar un vistazo a la personalidad de Hank Jr. ¿Tendrá la mente científica de
mamá, o preferirá hacer caso a sus instintos como papá? ¿Admirará y seguirá a
todos lados a su hermana mayor, o gustará más de tener su propio espacio?
No puedo esperar a que se
resuelvan estas dudas, y que se le haga justicia al Benjamín de la familia.
Jeffrey Hodgins.
Si hay algo que no me
entra en la cabeza es por qué esta historia quedó únicamente como trama de un
solo episodio, y que no se le haya seguimiento al hecho de que Hodgins tuviera un hermano mayor que
padecía un trastorno.
Las enfermedades mentales
no son lo suficientemente representadas en trabajos de ficción, y cuando lo
son, suele ser de manera negativa o solamente para ser objeto de burlas.
Después de ver el episodio en el que aparece Jeffrey, me sentí emocionada de que exploraríamos una nueva faceta
de Hodgins, ya no como el científico
amoroso y divertido, sino como una persona que descubre la existencia de un
nuevo miembro de su familia, alguien que es vulnerable y que toda su vida ha
creído estar solo en el mundo. Sin embargo, no fue así, y tras The
Heiress in the Hill Jeffrey jamás volvió a ser mencionado y es como si
nunca hubiera existido. Una lástima para una trama que tenía muchísimo
potencial.
Lo que se pudo haber explorado más.
Los antecedentes de Angela y Hodgins.
Sabemos
que Angela y su padre son muy unidos
y que solamente se tienen uno al otro, pero ¿quién era su madre? ¿Está viva, o
murió hace tiempo? ¿Angela la conoció,
o simplemente la dejó al cuidado de su padre? No sé ustedes, pero yo siempre
quise saberlo. Me parece que hubiera sido interesante explorar la relación
(existente o inexistente) de Angela
con su madre, y por qué nunca es mencionada.
Con
Hodgins me sucedió algo similar.
Sabemos que sus padres murieron y que no tiene familia cercana (a excepción de Jeffrey), que tenía una buena relación
con ellos y que tenían mucho dinero. Sin embargo, me gustaría haber sabido más
de ellos y tener un contexto más amplio del lugar y las circunstancias en las
que Hodgins creció, más profundas
que los detalles que nos dieron durante las temporadas (el hecho de que tuvo un
yate y muchas novias, su amor por Julio
Verne). Por ejemplo, por qué se interesó por la Entomología en primer
lugar, o cómo llegó al Jeffersonian.
La relación de Brennan con su hermano.
Durante las primeras tres
temporadas, pudimos darnos cuenta de que Brennan
quería mucho a su hermano Russ,
y que ambos tenían un vínculo cercano a pesar de los años que estuvieron
separados. Pero después de la tercera temporada, esta relación ya no fue
explorada a pesar del potencial que pudo haber tenido. Los escritores
decidieron centrarse en la dinámica Brennan-Max
(lo cual agradezco), pero se dejó a un lado a Russ, quien solamente fue mencionado unas cuantas ocasiones más en
las temporadas siguientes. Era una relación muy importante para Brennan y para su arco personal, y me
hubiera gustado que se desarrollara más.
Angela, Hodgins y Michael Vincent.