No creo que a nadie le
quepa duda de que las boneheads, sin ánimo de ofender, no
somos Aristóteles, aunque hayamos
asumido como propia su teoría del bien
supremo. Para Aristóteles no era
otro que la felicidad y nosotras, durante diez años hemos suspirado
porque Booth y Brennan la alcanzasen, y en ello están en The Geek in the Guck. En una sana felicidad conyugal.
Solventadas con éxito
las trampas de tiempo que para mantener la tensión Stephen Nathan les preparó al final de la novena temporada, derrotada la Conspiración, concluido el luto
por la muerte del doctor Sweets, recuperada el alma del viejo Booth, se
ha instalado de nuevo entre ellos la
generosidad del amor compartido. Y como después de su boda, vemos a Booth disfrutando de Brennan y a ella sosteniéndose en él.
DESAYUNO FAMILIAR
Con una novedad, ahora
se les ha unido Christine, esa niña
milagrosa, ese genio en ciernes que, como nosotras, sabe que su bien supremo reside en la felicidad de ellos dos. Y
así, sin contradicción alguna acepta y comprende, ante el asombro de su
padre, que las vitaminas son necesarias
para su crecimiento (ese que determina la genética), pero también que puede ser
divertido llenarse de costras las rodillas jugando en el patio del colegio. Lo
dicho, un genio en ciernes.
Sí para Booth y Christine el problema era
comerse o no el desayuno, para Brennan la
cosa era más peliaguda, andaba recopilando información sobre los colegios de la
zona. Elegir el que mejor contribuya al desarrollo intelectual de su hija es
para ella esencial, un gran desafío y no, no podía ser el que se encontraba al
final de la calle, eso no es suficiente para su niña. Booth no entiende el porqué, después de todo se trata de preescolar,
lo que tiene que hacer Christine es
divertirse. La discusión la resuelve una llamada de teléfono, Brennan tiene que ir al laboratorio,
hay un cadáver que examinar.
UN INCISO PARA EL AUTOR
Stephen
Nathandecía en la última conferencia de prensa que después de diez años era todo un
reto seguir siendo originales, que no dejaba de ser milagroso que los
guionistas siguieran aportando nuevas formar, lugares y mundos dónde asesinar. The Geek in the Guck está inmerso en el
de los videojuegos, un mundo actual
que arrastra tras de sí a millones de seguidores. El episodio no se queda en lo
externo, en lo friki, sino que muestra como la red e internet crean nuevas
pautas de comportamiento en las relaciones personales y afectivas.
Relaciones que como no podía ser de otra
manera, generan nuevas estafas y en definitiva crímenes viejos. Ambición, amor,
celos, venganza los motivos por los que los nuevos hombres y mujeres, no tan
nuevos en esencia, siguen matando.
El autor |
Lo ha escrito Gene Hong, según su ficha del IMDB un
comediante miembro de LA Comedy Troupe, Manifest Destinyfest grupo
creado por Barry McLaughlin (del que por cierto utiliza su nombre) que incluye entre otros a Zooey Deschanel. Gen Hong es un nuevo chico en la sala de guionistas de Bones, que ha hecho sus deberes
presentando un caso interesante y resolviéndolo de una manera original,
aunque tal vez sea algo prolijo en información y un tanto complicado a la hora
de demostrar la culpabilidad del asesino; sin embargo en lo concerniente a las
relaciones entre los personajes lo ha resuelto con una solvencia y conocimiento
propio de un veterano guionista de Bones.
UN CADÁVER NADA VIRTUAL
El cadáver es descubierto virtualmente, dos
adolescentes en busca de tetas, tetas.
Sólo que como están en la única casa del mundo en la que no se puede ver porno
se conectan vía satélite para espiar a unas compañeras tomando el sol en
topless. Lo que encuentran es para ellos algo mejor que tetas, un cadáver putrefacto.
En el laboratorio Brennan, Cam y Hodgins con la inefable ayuda de la arrogante Jessica Warren (Laura Spencer), cuyas
intuiciones siguen poniendo a Brennan de
los nervios determinan que fue asesinado: “Es
un asesinato por venganza” dice nada más ver las múltiples fracturas del
cadáver del que los brazos han sido arrancados. Opinión con la que coincide Booth, lo que no hace demasiado feliz a
la doctora Brennan.
Como tampoco que la interna esté más atenta a las
llamadas de su móvil que a su trabajo. Pero tiene sus razones, su casa se está
viniendo abajo, su casa metafórica. Al parecer Jessica creció en una cooperativa educativa, un experimento
cooperativo de un profesor de Stanford,
Barret McLaughlin; esto sí interesa a Brennan,
sobre todo cuando Jessica le informa
de que ella es la más torpe de todos sus compañeros.
LOS FRIKIS
La víctima es Hayes Robertson, un creador de videojuegos. Un
gamer, a quien el dinero nada le importaba, como le cuenta Booth a Brennan cuando al llegar a su mansión se encuentran con
que la compartía con Noah, quien dice ser su mejor amigo desde preescolar (¿A
qué escuela fue?, le pregunta Brennan
en medio del interrogatorio) y probador
de juegos; un hombre que en los últimos tres meses sólo ha salido dos veces de
la casa, que mantenía una relación virtual con su novia Chloe, pero qué
compartía la cuenta corriente con el muerto. El principal sospechoso.
Sorprendentemente, Aubrey resulta también ser un friki, a
parte de un desconfiado. Booth en un
intento de reproducir las conversaciones que mantenía con Sweets le pregunta qué
recuerda de su época de preescolar, el otro se lo toma por la tremenda “¡Qué
poco confías en mí si quieres incluso antecedentes de esa época!,
protesta; al final Booth desiste, Aubrey
no es Sweets.
En la sede de la
compañía de la víctima hasta alucina al encontrarse en la exposición de los
objetos y personajes de sus videojuegos favoritos. Pero…, aunque a Booth le escandalice su comportamiento
no deja de ser un buen agente, a escondidas graba un vídeo la lucha de dos
especialistas cubiertos con trajes de captura de movimientos, los que luego
recrearán los animadores en el videojuego, que resultará decisivo para la
resolución del caso.
Allí les recibe Anne Schumberg, la programadora número
dos de la compañía, ella y Hayes desarrollaban juntos los videojuegos, una
mujer a la que nadie le ha dicho que a la policía no hay que darle más información
que la que pida, sin que nadie le pregunte le cuenta a Booth que Noah y ella salían cuando el muerto montó la empresa.
Luego les hizo romper.
LA
DULCE ESPOSA Y SU MARIDO JUGUETON
Como les faltan los
brazos del cadáver no puede determinarse la causa de la muerte, las múltiples
fracturas son postmorten lo que les lleva a pensar que fue arrojado desde un
puente con un peso en los brazos. Para descubrir desde cual, Hodgins en connivencia con Jessica
prepara un experimento, lanzarán desde gran altura un maniquí a una piscina. Angela protesta podría hacerlo ella en
el ordenador sin tanta parafernalia, pero… “Mi dulce esposa, deja que juegue
un poco.”, le dice. Y la verdad, juegan y se divierten, tanto que
atrapan a Cam, va a protestar, pero,
le ceden la palanca. La cuestión es disfrutar, “Ahora me toca a mí”, “ahora me
toca a mí”.
CONVERSACIONES
La primera entre marido y mujer, para sentar las
bases del problema. En la comida Booth
y Brennan continúan la conversación
del desayuno. Él ha hecho una pequeña investigación, los chicos disfrutan en el
colegio público del barrio, tiene un gran patio. A lo que Brennan replica sarcástica si va a elegir el colegio sólo por el
patio. Booth, paciente retrocede, confía en ella y en su criterio, él
estuvo en cinco colegios antes de los nueve años, Brennan en doce antes de la
universidad, y a pesar de eso salieron bien, mejor que bien, dice Booth. “Yo lo odiaba” confiesa Brennan. Tuvo que encontrar su propio
camino cuando era demasiado joven y añade lo que de verdad le preocupa, lo que
realmente quiere como madre “Quiero
darle más a Christine, quiero que tenga una vida mejor que la que yo tuve de
joven”. Contra eso no hay replica.
La segunda entre Brennan, Jessica y Cam, a Brennan le
interesa aclarar los conceptos sobre el procedimiento educativo del que forma
parte Jessica, conoce al profesor Barret Mclaughlin, ha leído su libro y
entiende sus críticas contra las competitivas y elitistas escuelas privadas. Va
a trabajar con ella para entender mejor cómo es ese proceso cooperativo. Aunque
lo de compartir armario no es lo suyo. Que la cooperativa se deshaga porque su
fundador la abandone no dice mucho a favor de sus propuestas.
La tercera entre Jessica y Hodgins, una vez
más canguro, amigo y protector de los internos, de Jessica le preocupa su
situación anímica tras la disolución de
su “coopecomuna”.
La chica asegura que está preparada, que Barret les enseño que el cambio es una realidad con la que pueden
contar, que intentar aferrarse a las expectativas es la muerte, bonita
teoría, que queda en eso, teoría.
La cuarta entre Brennan y Angela. Brennan Está bien pasar tiempo juntas como hacían
antes. Sí, salvo que ahora hablamos más
de colegios que de sexo, dice Angela.
Y entonces en una de sus salidas de antaño, Brennan le cuenta que la noche anterior tuvo sexo muy satisfactorio
y que empezó en la bañera.
Las diferencias entre ambas quedan patentes en la
forma en la que hablan a sus hijos. No puedo resistirme a transcribirlo. Christine está columpiándose y a Brennan le preocupa que tome tanto
impulso:
— Christine, ya has alcanzado el máximo
potencial de energía en el balanceo. Baja el centro de gravedad, por favor —le
dice.
Y por supuesto que Christine la entiende.
Michael Vincent intenta subirse al tobogán por la rampa de deslizamiento y Angela le grita “Si vuelves a subir otra vez por ahí no te volveré a dar de comer” y
dirigiéndose a Brennan añade, “Él me entiende”.
A Brennan, obsesionada por la
elección del colegio, le preocupa no tener una mente abierta a las nuevas ideas.
Quiere la mejor educación para su hija pero no confía en las escuelas que no
tienen una estructura formal, aunque sería un buen cambio para Christine después de vivir con ella. Angela le da una visión realista del
problema. Tal y como ella lo ve, sus hijos terminarán echándoles la culpa de
todo lo que vaya mal en sus vidas. Así que tal vez deba hacer lo que crea más
conveniente para ella. Salvo que Brennan
no tiene claro que es.
ATRAPANDO AL ASESINO
Tal vez lo hacen adrede, pero cada vez son más los
muertos de Bones que “se merecen” la
muerte. Pero nadie se merece que le quiten la
vida, aunque tampoco el asesino “se
merecía” la vida que el egoísmo, la ambición y las ansias de dominio de la
“victima” le obligaban a vivir.
Gracias al ordenador de la víctima descubren que
acudía seis veces a la semana a la casa de Chloe,
la novia de Noah, tal vez tenían una aventura; cuando Aubrey acude a la casa la encuentra vacía, la chica ha
desaparecido. Pero…, de nuevo el genio informático de Angela salva la situación, con una aplicación de reconocimiento de
fotos encuentra a la chica, salvo que…
no se llama Chloe, sino Alice. Y Alice
no conoce a Noah, claro que Noah, el enamorado del brillo de sus ojos tampoco conocía
a Chloe en persona. Lo suyo era u. “Un amor virtual".
Booth tiene que explicárselo a Aubrey. Chloe no existe. La creó la víctima virtualmente para mantener a
Noah, su mejor amigo y un alma cándida, al que no quería perder, bajo su
control. El amor de Noah era tan virtual, como virtual era su amistad con la
víctima. Pero Noah se niega a aceptarlo, eso no es posible, si Chloe no existe ¿con quién estuvo chateando él
cuando ya había muerto Hayes?
Indudablemente con su asesino. Y al final con dos palmos de narices se queda Aubrey cuando se las prometía muy felices de volver a estar en la
sala de interrogatorios para la confesión final del asesino. Quien acompaña a Booth es su compañera, su pato preferido, la
doctora Brennan. La asesina, sólo buscaba recuperar lo que Hayes le había
robado, el amor, su vida, un hogar. “Se rió, dijo que sólo éramos personajes de
su juego. Somos personas”. Dijo en su defensa. Una buena defensa, en mi
opinión.
EL ESTRAMBOTE
No deja de tener su
aquel que Jessica Warren tan
suficiente y arrogante, le proponga al
doctor Hodgins una copa postdetención, el doctor la rechaza, se irá a su
casa con Angela y su hijo, y
entonces la niñita se pone a hacer pucheros, para terminar llorando a lágrima
viva. Ha perdido a su familia. El matrimonio, buena gente, compadeciéndose
se la lleva esa noche a su casa. Y yo me pregunto conociendo los antecedentes
de la señorita ¿con cuál de los dos
terminará liándose? ¿Con Hodgins? ¿Con Angela? ¿Montarán un trío?
Y AL FINAL EL FINAL
Al final quien le monta el lío a Booth es Brennan. Aparentemente
reconociendo su incapacidad para decidir sobre el colegio de Christine le entrega a Booth la información, allí están los
mejores, a él le toca decidir. Booth se
sorprende, pero tiene su lógica. Brennan
ha comprendido que él es más abierto de mente que ella, que es menos rígido, la
prueba que ella nunca habría pensado ponerse un gorro de cerveza en la bañera.
Puede elegir la que quiera, incluso el colegio
público del barrio, aunque le deja claro
cuáles son sus razones para no hacerlo. Booth
advierte la trampa, “Si sale mal
será culpa mía”, dice.
— Sí —le responde con énfasis y
haciendo una pausa— Pero confío en que
tomes la decisión correcta.
Y después de pasarle el muerto se siente tan
estupendamente bien que está pensando en… la bañera.
Y Booth encantado
de que le propongan sexo corretea satisfecho hacia la nevera. Es la hora de la
bañera, sí, pero también de la cerveza y del sombrero para la cerveza, después
de todo con uno puesto lo vio Brennan por
primera vez como Dios lo echó al mundo.
The Pain in the Heart (3.15) |
Y ante sus protestas, cada vez con la boca más
chica “soy demasiado rígida para disfrutar de algo como eso”, él no
admite discusión. El sombrero ayudará a suavizar rigideces, es la hora del
primer trago.
Y la imagen sobre el sombrero se funde
a negro.
No sé a vosotros pero me ha encantado esta Brennan, sigue siendo la super racional
de siempre, pero es capaz de aceptar que su resistencia a los cambios puede ser
un fallo que perjudique a Christine.
Y me ha encantado como se apoya en Booth
para superarlo. Que con inteligencia le manipule a su conveniencia es su
privilegio. Él de Booth dejarse
manipular y disfrutarlo.
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