Ojala fuera
todas las semanas tan fácil de escribir la reseña del episodio de Bones como lo es escribir esta la de The Carpals in the Coy-Wolves, si no
tuviera treinta y ocho de fiebre y la madre de todos los trancazos, si notáis
que desvarío no me lo tengáis en cuenta. En fin, a lo nuestro. Se puede definir
el episodio con una sola palabra, divertido.
Pero con serlo y a veces mucho, la presencia de Betty White, interpretando a la doctora Beth Mayer, su experiencia
vital, (de la actriz y del personaje), le añade otros significados más, delicioso, evocador, competitivo.
Competitivo,
sí. Lo dijeron los productores ejecutivos “esta temporada vamos a desafiar a todos
nuestros personajes”, y en verdad que con la doctora Brennan han comenzado pronto. En The Carpals in the Coy-Wolves le lanzan un ataque por todos los
frentes, como antropóloga, como escritora y como esposa. Y la pregunta es ¿gana
alguno? Para mí que los pierde todos, pero eso, como siempre, la hará crecer,
la hará ser mejor persona, mejor escritora y mejor esposa.
EL DESAFIO MAYER
The Carpals in the Coy-Wolves nos devuelve a
una doctora Brennan que a veces los
escritores se dejan en el armario, una doctora muy humana, a pesar de su
arrogancia; la Brennan competitiva con
su propia sombra que tanto juego ha dado en episodios como The Girl in the Fridge (1.08) compitiendo contra su profesor y
antiguo amante, The Titan on the Drafs
(2.01) contra la doctora Saroyan,
Aliens in a Spaceship
(2.09) contra
la propia muerte, The Feet on the Beach (6.17) con el
doctor Filmore y en la última temporada, en The Money Maker
on the Merry-go-round (10.07) compitiendo contra el inteligentísimo,
super arrogante y condescendiente doctor Wells (Brian Klugman) a
quien vence con la ayuda de nuestro
Baltazar Gracian “Un hombre sabio saca
más provecho de sus enemigos que el tonto de sus amigos”, le llega a
decir. Y Wells en este episodio no parece recuperado del todo de la
filípica, anda un poco mustio.
La doctora Mayer es una
antropóloga con muchísima, muchísima experiencia, en todos y cada uno de los
temas que toca demuestra tener una opinión propia, diferente a la de ella y a
veces hasta mejor, lo que como no podía dejar de suceder le provoca celos. Aunque al final, nuestra doctora termina reconociéndolos,
pidiéndole consejo y declarando ser un honor trabajar con la doctora Mayer
y cuando vemos y oímos a la doctora Brennan pronunciar esas palabras al
final del episodio, podemos ver también, porque ella nos deja, pronunciarlas a Emily
Deschanel.
Para el equipo del
Jeffersonian es un honor tener con ellos a la doctora Mayer, para el
elenco y el equipo de Bones también ha sido un honor trabajar con Betty
White. Pero también Betty White ha quedado encantada de trabajar en Bones
y ha declarado a EW que el rodaje fue una delicia, para añadir: Había visto la
serie y me dijeron que era uno de los elencos más felices de la ciudad. Y
tienen bien merecida esa reputación. Esperemos que se repita la
experiencia.
Pero The Carpals in the Coy-Wolves no
es solo delicioso y competitivo es también un episodio autoreferencial. La tendencia
que se apuntó En The Donor in the Drink
(11.03) continua ahora de manera más elegante y sutil. Lo que está por ver
es si esta vuelta a los viejos episodios, si esta repentina serialización de
personajes y actitudes se consolida como un impulso para avanzar hacia el futuro de la nueva Bones o simplemente
se trata de autohomenajes y cierres de ciclo.
EL LOBO SOLITARIO DEL DOCTOR WELLS
La más
desternillante, el doctor Wells
medio desnudo aullando como un lobo para recuperar su hombría, lo que sin duda
trae causa del episodio The Fact in
the Fiction (8.17), su primera
aparición en Bones, cuando rastreó
el cráneo de la víctima hasta la madriguera de un coyote y se lo arrebató y del
episodio The Lady on the List (9.04)
cuando después de pedirle una cita a la doctora
Brennan, que esta rechazó, terminó medio enamorado de VAL el programa de ordenador creado por el FBI para descubrir a los
sospechosos de asesinato.
El problema de disfunción eréctil que Wells le confiesa al doctor Hodgins tiene su origen sin
ninguna duda en ese enamoramiento del programa de ordenador, en esa soledad a
la que su superior inteligencia y su incapacidad de integrarse en ningún grupo
le tienen condenado. El doctor es sin duda un friky necesitado de volver a la
naturaleza para recuperar el vigor de su miembro, lastima, pensará que es culpa
del matriarcado que en el proceso de la evolución de los machos humanos los
dejó sin el hueso peneano propio de los
grandes primates. Una conspiración de
mujeres inteligentes a las que seguro que el doctor en su fuero interno tiene
pavor, sobre todo si tienen los huesos recubiertos de carne y hueso.
Que haya sido
la doctora Mayer, mujer sabia no
sólo por sus muchos años sino también por sus muchos amantes y maridos (seis)
quien le haya olido, sí, olido, el problema, no debería haber puesto celosa a Brennan ella no será tan perceptiva e
intuitiva como la Mayer, quien por su edad conoce a muchos hombres con
el mismo problema, pero seguro que fue la última mujer a la que el doctor Wells, en sueños, no tuvo
problemas para satisfacer. Y no es necesario que Booth se entere, ya se cobra la pieza y se venga el doctor Hodgins.
LA MUERTE DEL AGENTE ANDY
Trae causa de
la luna de miel de la pareja y por supuesto de la competitividad de Brennan. No le gustó a la doctora, no
le gustó ni una pizca (más o menos como a los argentinos) que toda la gente con
la que se relacionó en Argentina estuviera entusiasmada con el Agente Andy, más entusiasmados con el
agente que con la doctora Reichs, la
protagonista de sus libros, que lo consideraran una especie de héroe.
Cuando Brennan en The Nazi on the Honeymoon, le presenta su
marido al inspector Valenza este entusiasmado dice:
"Agente, Andy, no me puedo creer que por fin lo conozca". Cuando orgullosa Brennan le pregunta si había leído todos sus libros, el inspector respondió: “Todos. El agente Andy es uno de los mejores personajes de la literatura”; pero cuando sus celos se encendieron fue sin duda cuando después de haberle aclarado al inspector que el agente Andy sólo ayudaba a la doctora Reichs, este le respondió: “Eso es lo que él quiere que ella piense, porque es un hombre de verdad”; entonces fue cuando, en mi opinión, el agente Andy recibió la sentencia de muerte. La prueba, que terminado el caso, cuando Booth solo pretendía “hidratarla”, Brennan dijo: Estoy pensando en matar al agente Andy en mi nuevo libro”, a lo que Booth, convenientemente rehidratado por entonces sólo respondió “lo convertirán en santo”.
Ahora, sin embargo Booth se queda sin aliento cuando
después de demostrar su entusiasmo por el nuevo libro de Brennan, por el gran cliffhanger en el que deja al agente Andy (tras recibir un disparo en el esternón con un cuarenta y cinco),
Brennan tajante le responde “Booth, está muerto”. Sí, por
muy tipo duro que sea poca gente se recupera de un disparo en el esternón con
un cuarenta y cinco.
Y se enfada, no acepta la
subida a los altares del personaje y protesta “No
puedes matar al agente Andy. El agente Andy no puede morir. Lo escribiste
basándote en mí”. Pero Brennan
no va a ceder, el agente Andy está
muerto, desangrado, para más exactitud muerto por paro del corazón. “No puedo creer lo que
estoy oyendo”,
dice Booth decepcionado: “No se
puede matar al Agente Andy. Es mi personaje,
se basa en mí y no puedes
matarlo.”
Pero el Agente Andy está muerto, Brennan no lo salvará “No,
Booth, la muerte es el final.”, le contesta; claro que si Brennan fuese española tal vez no lo
diría tan tajante, tal vez habría escuchado alguna vez el himno “La muerte no es el final”, que se
canta en el homenaje a los caídos por la patria. Booth que después de todo es militar, puede que lo haya oído alguna
vez, porque a partir de ese momento
inicia su particular campaña provida
Agente Andy.
Y aún en la escena del
crimen sigue insistiendo:
— ¿Sabes qué? Hay mucho que discutir cuando tu esposa está planeando tu propio asesinato.—¡Ah! No eres tú, es un personaje de ficción.
Y cuando Cam pregunta por lo que les pasa Brennan le explica: “Booth
está enfadado porque el Agente Andy muere en mi último libro”. Y la reacción de Cam no puede ser otra “¡De ninguna manera!” Booth se siente satisfecho por el
apoyo, no tanto el doctor Hodgins
que se cabrea por el spoiler. “Asesinado”, insiste Booth.
Y aún sigue enfadado cuando
Brennan describe a la víctima como
un hombre blanco de unos 30 años. En realidad, un hombre blanco sin rostro, y Booth apostilla “Tal vez su esposa y su editor le
dispararon en la cara.”
Pobre Booth, pero aún le queda lo peor,
recibir las condolencias de Aubrey,
y que además se empieza a relamer pensando que él puede ser el sustituto del agente Andy. Pero Booth es
mucho Booth y su próximo encuentro lo tienen en la galería de tiro, y se
vuelve a equivocar Aubrey, Booth no ha perdido su puntería, los
primeros blancos desviados corresponden a un transeúnte que pasaba por allí,
los que aún cuelgan en la pared, tres blancos en la frente y tres en el corazón
corresponden al asesino. Tiembla Aubrey,
nunca sustituirás al agente Andy.
Aunque es hora de que
hagamos un kit-kat y le echemos un vistazo al caso.
EL
CASO DEL JUGADOR DE
FÚTBOL DE FANTASÍA
Un caso más en el que la víctima y sus
alrededores son unos perdedores. Un hombre al que el juego online del “fútbol
de Fantasía” (en el que también es experta la
doctora Mayer) le había sorbido el sexo hasta el punto de dejar de
importarle su matrimonio y su esposa, hasta el punto de negociar con el hombre
que se lo hacía con su mujer para conseguir un jugador para su equipo, lo que
al fin y a la postre contribuyó a su asesinato. La demostración palpable de que
las adicciones se cobran en vida su media libra de carne.
Un caso más y van cientos en el que a nadie le
importa la víctima ni su asesino ni sus razones, pero en The Carpals, al contrario que en The Donor in the Drink la investigación del asesinato es la excusa
perfecta para las relaciones e interacciones entre los personajes, el escenario perfecto para el conflicto
entre ellos.
Y sí ya he mencionado la pelea entre Booth y Brennan en la escena del crimen,
es ahora en el despacho de Angela
donde se produce la siguiente contienda, ahora entre la doctora Brennan y la doctora Mayer con Angela y su ¿Angelatron?, por testigos. La
experimentada antropóloga (la primera interfaz del Angelatron es suya aunque entonces tenía otro marido y otro nombre) encuentra el método para que Angela y su ordenador reconstruyan el rostro de la víctima, a quien
un disparo pulverizó los huesos del rostro haciendo imposible su reconstrucción
facial. La idea de Mayer consigue
que a la doctora Brennan se le
retuerza un poquito el hociquito ¿cómo no se le ocurrió a ella que Angela ampliara los trozos de huesos
medio pulverizados para así encontrar su verdadera forma? 1 para la doctora Mayer 0 para la doctora Brennan.
El palenque del siguiente enfrentamiento, una
vez más entre Mayer y Brennan es la
sala de huesos, con el esqueleto
articulado de la víctima por medio. Faltan
huesos, los coyotes los dispersaron, así que la doctora Brennan manda a Hodgins y a
Wells a recuperarlos. Wells se
niega, por supuesto que está mejor en el laboratorio, pero Mayer insiste, debe salir al campo, todo su problema está en su
cabeza, ella lo sabe, si sale al campo
mister feliz volverá a ser feliz, dice
fijando la mirada en salva sea la parte de
Wells. Brennan ni se entera de qué están hablando, pero finalmente
comprende la cuestión y Hodgins empuja
a Wells fuera de la sala. Las
miradas de Brennan a Mayer son de
las de 2 a 0 a favor de la
experimentada antropóloga. Pero nunca reconocerá que siente celos. No sería
nuestra Brennan si lo hiciera tan a
primera hora.
Y puesto que se trata de un juego, lo utilizan
para hacer, por ahora, punto y final en
la recaída en el juego de Booth. Es Brennan
quien cuando se dirigen a interrogar al comisionado de la liga de fantasía, quien
debía a la víctima 15.000 dólares, cuando Brennan
le pregunta a Booth si el caso ha aumentado su nivel de endorfinas. Y Booth, sincero, se lo explica. Sí, siente cierta comezón por el juego.
No es la respuesta que esperaba Brennan,
pero Booth no va a volver a ocultar esas
cosas. Cuando siente el impulso de jugar lo reconoce, piensa en los pros y
los contras que el juego puede añadir a
su vida y entonces lo deja ir. Buena respuesta, sí,
señor. Parece que por ese lado no tenemos nada que temer, al menos hasta que se
aproxime el final de la temporada y alguien piense que necesitan añadirle más
tensión dramática a Bones.
Y una vez que el doctor Wells y Hodgins regresan de su aventura
en el bosque cargados de caca de coyote en la que aparecen los últimos huesos
que necesitaban, la doctora Brennan y la
doctora Mayer descubren la causa de la muerte y al asesino.
A LO QUE INTERESA: BOOTH Y BRENNAN
Y es entonces cuando la doctora Brennan, nuestra doctora
Brennan reconociendo la experiencia vital incontrovertible de la vieja
dama, le pide disculpas por su comportamiento celoso y le pide consejo personal.
Booth cree que estaba enfadada subconscientemente
con él y por eso mató al agente Andy.
Pero no lo estaba. Y entonces la doctora Mayer le explica la verdad de las
cosas: “Tenemos
que ser desafiados, dice, por eso me encantó
veros a Booth y a ti juntos”. “Pero discutíamos,” le
responde Brennan. “Exacto”,
le replica Mayer, “Y ese
es el fuego del que te enamoraste, el que os mantendrá juntos, cualquier otra
cosa sería aburrida… y cuando las cosas se ponen aburridas se termina matando
personajes”, le dice la sabía señora. “Lo que tú y Booth teneis es
especial. Abraza el fuego”,
añade.
Sin embargo no parece estar
dispuesta a hacerlo a la noche, cuando en una imagen doméstica Booth fregando platos y ella secándolos
saca de nuevo el tema a colación. Sin embargo es Booth quien ahora reconoce que no es mala idea la muerte del agente
Andy, serían nuevos principios para
ellos ¿no? Pero la doctora tiene una idea para traerlo de vuelta. ¿Por qué querrías hacerlo? Le pregunta
Booth. Lo ha pensado un poco más y
hay un montón de maneras creativas para
que Andy sobreviva. ¡Alguien a
quién le dispararon en el esternón ¿sabes cómo es eso de fatal?, le
dice Booth. Y Brennan replica. ¿Estás poniendo en duda mis conocimientos sobre una lesión en el esternón? Y Booth contrarreplica ¿Y tú pones en duda mis conocimientos
sobre disparos? Y zanja la cuestión con una rociadita de agua de grifo
y entre rociadita y chillidos de loba feliz, con una pelea de amantes funden a
negro.
Y sí, estoy segura que el agente Andy aparecerá en el nuevo libro
de la doctora, porque si tiene problemas creativos para que alguien a quien le han disparado con un
cuarenta y cinco en el esternón sobreviva debe entrevistarse con Hart Hanson,
después de todo, el trajo a la vida a
Booth en The Paint in the Heart (3.15) después de que Pat la Gorda le disparase en el esternón en The Wannabe in the Weeds (3.14).
¿Verdad que
es una muy buena autoreferencia?
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