domingo, 15 de enero de 2017

Bones. Reseña The Brain in the Bot (12.02) ¡¡Sorpresa!!


Es cierto, The Brain in the Bot es un episodio sorprendente, sorprendente y divertido. Habrá quien  diga que es un episodio menor, pero  para mí que se equivoca.  Porque The Brain in the Bot no es sólo la primera piedra en la que se va a sustentar lo que está por suceder en la temporada, sino que es el perfecto enlace con el pasado de Bones, la serie y el personaje.


Creo que todos estaremos de acuerdo en que lo que hemos visto hasta ahora era el doctorado de la hiperracional y empírica doctora Brennan en la incertidumbre de la vida; cómo a través de su relación con Booth y con Angela, pero sobre todo con Booth,  Brennan se ha  transformando de una sustancia aparentemente inmune aunque llena de miedos en una sustancia fuerte y por tanto vulnerable.

En la temporada pasada la vimos florecer, como le había pedido su madre en The Shot in the Dark (8.15) ¿Recordáis? Le dijo que su racionalidad la había ayudado a sobrevivir pero que era el momento de abrirse. Qué mejor muestra de su florecimiento que, como ella extrañada reconocía, tener tres hijos que la quieren y un marido como Booth que conoce su verdad y a pesar de ello o tal vez por ello  está deslumbrado; un hombre enamorado que moriría por ella y por sus hijos.


Sin embargo lo que vemos en  The Brain in the Bot va más allá del amor. Brennan ha cambiado, ahora ya no se trata de entregar su corazón a un hombre, sino de algo que consustancial a sí misma, su arrogancia y su competitividad. Brennan ha reflexionado y ha descubierto que es feliz, pero que esa felicidad personal ya no le basta.



Brennan ha descubierto y ha actuado en consecuencia que es más feliz propiciando la felicidad de los demás, que consiguiendo su admiración, que se es más feliz dando que recibiendo. Y con este nuevo salto,  Brennan no sólo se nos ha convertido en una gran mujer sino en un hada buena.

Pero vayamos al lío, mejor dicho a las sorpresas…

GASTON Y LADY CARLISLE



El episodio comienza cuando Gastón y lady Carlisle descubren un cadáver en un bosque y aprovechando la ocasión se dan festín con los restos. Gastón es un caniche gigante muy fashion. Su dueña asiste nerviosísima a la exploración a la que el doctor Hodgins lo somete para limpiarle los restos del cadáver. Ante su impaciencia el doctor decide utilizar una maquinilla de cortar el pelo y terminar de una vez por todas. ¡En buena hora lo hiciera! Iracunda la señora se salta la cinta amarilla se presenta ante él e intenta arrebatársela.



Booth, que había estado inspeccionado el lugar y llega con una pipa de marihuana en una bolsa de pruebas, intenta detenerla sujetándola por los brazos, ella se debate, forcejan. ¿Resultado?




El rostro del doctor se vuelve asimétrico para diversión de las mujeres del Jeffersonian, sobre todo cuando se coloca una ceja postiza hecha con su barba. “Angie me ha dicho que se veía bien”, tal vez eran sus ojos de mujer enamorada, porque Cam y Brennan a duras penas contienen la risa.


En el laboratorio Brennan determina que las múltiples lesiones de la víctima sugieren que fue arrastrado por el terreno y luego la nueva doctora Daisy que sufrió un traumatismo en la parte de atrás del cráneo que podría haber sido provocado por un golpe con una mano. Mientras que Angela, gracias a un chic informático que llevaba en la muñeca averigua que el difunto era Ian Goldberg un genio de la informática, un visionario de la Inteligencia Artificial que había creado robots para ayudar a niños autistas.  

Por otra parte la pipa de “maría” lleva a Aubrey hasta un camello grandullón con antecedentes de asalto con navaja, un poco torpe que confiesa encontrarse en el bosque “colocado” la noche del asesinato pero que sólo vio a un hombre caminando, y le explica que lo del asalto con la navaja era porque estaba comiendo salchichas cuando lo pilló la poli.



La investigación y la diversión comienzan cuando Brennan y Booth se dirigen al trabajo de la víctima y tienen una de sus discusiones.  Booth cree que Brennan le toma el pelo cuando dice que los robots de Ian Goldberg están diseñados para emular el cerebro humano y que llegará el día en que uno pueda vencer a un humano. Él es escéptico. Al final del día los seres humanos tienen algo que los robots nunca tendrán, “¿Qué?”, pregunta Brennan inocente.

— Alma.

La existencia del alma nunca se ha demostrado con datos científicos —asegura Brennan.



El alma no es algo que se pueda demostrar… —la corrige Booth pero se detiene, en la radio del coche suena Hot Blooded de Foreigner y feliz exclama “¿Escuchas eso? Es nuestra canción?”. Y olvidándose del alma y los robots canta “Estoy a 103 grados de fiebre. Ven chica, ¿haces algo más que bailar? Soy de sangre caliente”

En la empresa conocen a IAM, un robot de inteligencia avanzada, que habla con fluidez ocho idiomas… “Bueno, yo también” dice Brennan competitiva. “Muy impresionante para un humano”, responde sarcástica IAM y es que cuanto más inteligentes son más tienden a copiar los malos hábitos humanos, les explica la socia de la víctima.



Según IAM que también es capaz de reconocer las expresiones faciales, la doctora Brennan ante ella se siente curiosa en un 78% y un 22% celosa. Mientras que Booth está un 94% divertido y un 6 % escéptico. Y lo clava. Muy buena IAM.



Mientras interrogan a la socia, Booth se percata de la presencia de un hombre con una mano lesionada, tal vez fue él quien le golpeó en el cráneo. Y lo fue. Discutieron y le golpeó. Pero Ian no lo despidió, es el mejor programador de la empresa. Y aunque él no lo hizo les cuenta algo muy interesante, el genio era tonto. Se dedicaba a ir por los blogs que proclamaban el advenimiento de la Robopocalisis buscando pelea.

Y allá que se van Aubrey y Booth, a buscar a uno de esos blogueros robopocalisos. Aubrey comulga con sus ideas, eso de los robots inteligentes le da yuyo. Resulta que el bloguero también le pegó al genio pero no fue intencionadamente, él pretendía destruir al robot y el otro se interpuso defendiéndolo. “Los tipos como Ian siempre afirman que están tratando de salvar el mundo, pero lo único que les importa es venderse al mejor postor”, les dice.



Al descubrir que en las heridas de la víctima había restos del material con el que había sido construido IAM, Booth y Brennan la interrogan en el FBI, surrealista. Booth cree que miente pero  el robot es inocente, no recuerda nada porque Ian le borró la memoria. No la quería como testigo. Cuando Angela la recupera averiguan que Ian aquella noche tenía una cita con un empresario poco recomendable.


Y cuando llegan al lugar de la cita creyendo que iban a encontrarse con un traficante de armamento sofisticado al que el genio le vendía sus secretos informáticos, descubren que tenían razón a medias. No son  armas lo que vende sino sofisticadas muñecas sexuales. Él tampoco lo mató. Iban a hacer negocios juntos, estaban a punto de ganar millones vendiendo muñecas que se comportaran y hablaran como mujeres reales, bueno, no como las mujeres reales, sino como un hombre desearía que una mujer se comportara.

Y entonces ¿quién mató al genio tonto y avaricioso? Las pistas fundamentales las encuentran en el bosque el doctor Hodgins y Daisy más unidos que nunca, a pesar de que ahora, después de seis años el doctor le menciona aquella vez que le disparó (The Twisted Bones in the Melted Truck 6.08). La víctima que tenía restos de droga en la sangre fue izada desde un sitio elevado y dejado caer dando tumbos por un terraplén, aunque antes le había golpeado con lo que resultó ser un Bluetooth portátil y le habían intentado rajar la garganta con una navaja pequeña.




Según Brennan la lógica dice que a un genio lo mató otro genio, pero se equivoca. A un tonto lo mató otro tonto, una vez más el instinto de Booth acierta. Aquel primer fumeta que interrogó Aubrey. Resulta que se juntaban para colocarse con ácidos, que suya fue la idea de que Ian se dedicara a las muñecas sexuales y cuando pensó que le iba a regalar un montón de acciones por su recomendación se presentó con el Bluetooth portátil. Iba fumado y no era muy consciente de lo que hacía. Era tan tonto que a pesar de que las pruebas contra él son inconsistentes sin darse cuenta confiesa el crimen.

LA FIESTA SORPRESA DE BRENNAN


Cuando se dirigen a la escena del crimen Booth se admira de que Brennan lleve encima tantos expedientes. Ella le explica que son del asesinato del lobista, que ha decidido reexaminar las pruebas después de lo que Zack les ha contado. El otro montón corresponde a su fiesta sorpresa. Piensa que la costumbre de que sean los demás quienes preparen tu fiesta sorpresa es ilógica, los sobresaltos son desagradables y la organización de una sorpresa para los demás resulta muy agradable. Bien por Brennan.

Booth tiene un problema, qué va a regalarle, después de todo se trata de su cuarenta cumpleaños, la mitad de la vida. Brennan es tajante.  Su fiesta de cumpleaños tiene una política estricta de No Regalos, está en la invitación.


Y aunque todos están intrigadísimos con la misteriosa fiesta, Brennan no suelta prenda. Cuando Cam  le pregunta por el  código de vestimenta, “llevar ropa sería lo aconsejable”, le responde.

LA DOCTORA DAISY WICK BUSCA TRABAJO


Daisy que ya consiguió su doctorado ha solicitado el puesto de jefe de antropología forense de la NFL, que no son las siglas de la liga de fútbol americano como cree Angela sino del Laboratorio Nacional Forense, y le pregunta a Brennan si puede ser su referencia. Acepta, pero con la racionalidad que la caracteriza, le aconseja que no ponga todas sus esperanzas en ello, dada su edad tiene una posibilidad remota de obtenerlo.



Que Angela le pregunte “¿No tenías poco más de 20 años cuando conseguiste este trabajo?” y Brennan responda “Sí, pero fue una circunstancia excepcional” no contribuye a la tranquilidad de Daisy, su cara es todo un poema.

Asustada, intenta que sea Cam su persona de referencia. Ésta intenta tranquilizarla, debe centrarse en su trabajo y no preocuparse tanto. No obstante sí no lo consigue siempre podrá trabajar en el Jeffersonian, añade.



Y peor se le ponen las cosas cuando se da cuenta delante de Brennan de lo erróneas de algunas de sus suposiciones sobre las heridas de la víctima, Brennan le dice que “Su trabajo está siendo adecuado”. No pudiera haber oído peor cosa, sobre todo cuando la doctora añade que si quiere ejercer una posición de líder en la antropología debe hacer un trabajo superior. Y lo hace finalmente. Es ella quien descubre que las heridas de los hombros se produjeron porque el cuerpo fue izado.

Y la pregunta es ¿le servirá ese descubrimiento para que Brennan de buenas referencias de ella?

ANGELA LA GENIO OLVIDADA


Angela está recibiendo unas llamadas telefónicas misteriosas, cuando por fin consigue hablar con alguien cabreada les dice que no debe nada y no quiere un crucero. Pero no van por ahí los tiros. Cuando cuelga su rostro está iluminado y en voz baja como si no se creyera lo que acaba de oír les dice a Hodgins y a Brennan que acaba de ganar la beca MacArtur, la  beca de los genios por su innovador trabajo con el Angelatron.

Hodgins está exultante, es increíble, dice y Brennan coincide con él. El MacCArtur es uno de los premios más prestigiosos que un científico puede conseguir. Hodgins orgulloso asegura que siempre supo que se había casado con un genio. Pero Brennan escrupulosa le contradice “Tecnicamente no lo hiciste, aunque Angela tiene un talento increíble”.



Y Angela a pesar de estar acostumbrada a Brennan no sabe cómo tomarse sus palabras si como un elogio o un insulto. Hodgins se las recrimina, es la mejor amiga de Angela, tiene que sentirse feliz por ella.

Y lo estoy —confiesa — Es simplemente que nunca imaginé que lograría ese honor y mucho menos antes que yo.
Ten amigas para eso ¿no? Esperad.

El MAPA DEL DOCTOR HODGINS


El doctor Hodgins ha vuelto por donde solía y para averiguar lo que le ha sucedido a la víctima se monta una maqueta gigantesca del bosque y se desliza sobre ella colgado de un arnés. Peter Pan le llama Cam, admirada del mapa que ha creado. Pero para mí que el mapa del doctor no es el del bosque sino la visión de vida que ha conseguido desde la silla de ruedas.

Cuando una nerviosa Daisy se acerca a él en busca de consejo lo reconoce: “Es bueno ver de nuevo a tu antiguo yo”. Y él le confiesa que aunque le llevó un tiempo darse cuenta de que sus piernas solo son un medio de transporte para llevar lo que hay aquí (y se señala la cabeza) y lo que hay aquí (y se señala el corazón).



Y cuando Daisy le explica que si no consigue el trabajo se sentirá fracasada, le tranquiliza, pero… la vieja y competitiva Daisy ha vuelto, la doctora Brennan consiguió su trabajo con cinco años menos que ella.

 —Sí, pero la vida no es una competición, Daisy —le responde— Si algo he aprendido de estar en esta silla, es que la felicidad proviene de la aceptación de lo que tiene.

Pero, ¿y si lo que tengo es sólo un gran signo de interrogación? —insiste Daisy deprimida, aún no ha conseguido crear su mapa.

UN PADRE SALSERO

Max sorprende a Brennan presentándose en el despacho, qué hay de malo en querer pasar un poco tiempo con su hija favorita, dice. A Brennan la respuesta la mosquea ¿Está todo bien?  Por supuesto, responde Max. Cuando le cuenta que Hodgins le ha dicho lo del premio de Angela, Brennan le dice que  está muy orgullosa, y aunque Max insista en que sería normal que se sintiera un poco celosa, Brennan le dice que entre su trabajo y la preparación de su fiesta no tiene tiempo para esas mezquindades.

¿Le miente Brennan a Max o está siendo sincera?



Max quiere saber si en su fiesta habrá baile, porque lleva dos semanas  aprendiendo a bailar salsa. Brennan se queda a cuadros, pero Max riéndose le dice que hay que vivir la vida al máximo, que nadie vive para siempre y está dispuesto a enseñarle algunos movimientos. Y como Brennan insista en que no tiene tiempo que está en medio de un caso, él se marca sólo unos cuantos pasos por el despacho. ¿Qué se trae Max entre manos?

EL REGALO DE BOOTH


Como no podía dejar de ser, Booth tiene un regalo de cumpleaños para Brennan. No es un regalo al uso aunque le va a encantar, le dice mientras le entrega un sobre. Brennan realmente se sorprende. La carta es de la corte de apelación del caso de Zack fijando una fecha para la vista en un par de meses.

—  La juez dice que la razón de su aceptación del recurso es considerar las nuevas pruebas osteológicas —lee BrennanNo tengo esas pruebas.



Lo sé —le responde BoothPero tengo fe en que  vas a encontrarlas.
Booth, no puede embarcarmee en mi investigación con la presunción de inocencia de Zack —protesta.


Sin embargo la respuesta de Booth la hace muy feliz: — Tengo fe en ti —le dice.

Y POR FIN LA FIESTA


En su casa están todos nerviosos esperando la llegada de la cumpleañera. La mesa la preside una enorme caja con un lazo. Cuando por fin llegan, todos incluida Brennan gritan: ¡Sorpresa!


Brennan les agradece su presencia y sobre todo su curiosidad que hizo más agradable para ella preparar la sorpresa. Cuando Booth y Abrey hacen los honores y levantan la caja descubren tres tartas. Una es un campo de futbol americano…  y Daisy se da cuenta ¿significa que consiguió el trabajo? Brennan la felicita, no pensaba que esa fuese la decoración oportuna pero Booth le asegura que la mayoría de las personas no piensan en ciencia forense cuando oyen NFL.

Angela también se percata de que hay una tarta con su nombre,  ella creía que estaban allí para celebrar el cumpleaños de Brennan.



Esa es la sorpresa —le dice Brennan feliz—Esta fiesta no es sólo para mí. Es una celebración de todos mis amigos y mi familia.

Pero no es la única sorpresa, Brennan supo todo el tiempo que Daisy había conseguido el trabajo porque ella la recomendó y también fue ella quien nominó a Angela para el MacArthur.



¿Lo hiciste? —pregunta incrédula AngelaPero si pusiste gran énfasis en decir que yo no era un genio.


 —Bueno, hice una gran actuación ¿verdad?
Y tanto, ¿desde cuando Brennan sabe fingir?, ¿desde cuándo Brennan sabe guardar un secreto?
Esa es una de las muchas ventajas de envejecer —dice.



Y mientras todos le cantan el HappyBirthday to you y Brennan feliz apaga las velas, la incertidumbre, tal vez el dolor se cuela entre el humo. 


Max ha asistido en silencio al éxito y la felicidad de su hija, un tanto ajeno a la bulla, en su mirada hay orgullo pero también tristeza y cierta resignación. Christine recoge algo del suelo y se lo entrega, es una pulsera de hospital…




Y ahora las preguntas que cabe hacérsenos son ¿cuánto durará tanta felicidad? ¿está enfermo Max? ¿Será la suya una de las muertes que nos tienen prometidas los showrunners? ¿Cómo reaccionará Brennan ante su posible pérdida? ¿Perderá su fortaleza?


Y parece que va a ser costumbre, porque Fox ha vuelto a publicar un vídeo del resumen del episodio en 12 segundos.

DISFRUTADLO




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