Oportunidad: Momento o circunstancia oportunos o convenientes para algo.
(RAE)
Y hablando de Bones, una oportunidad es un instante en el que
por una conjunción de los cielos y la tierra los fans obtenemos un beneficio inesperado, por ejemplo, la muerte de Vincent
Nigel-Murray propició el momento único, en el que en el mismo espacio y
tiempo, la cama de Booth,
confluyeron sus ansias y el dolor de Brennan y amándose los apaciguaron. Ese instante, esa oportunidad nos ha traído hasta aquí.
En una segunda oportunidad ya no importan
los hados ni los dioses, una segunda oportunidad implica una reflexión, un convencimiento de la necesidad de
cambio y sobre todo un deseo de
superación y de transformación. Por ejemplo, la salida de la producción de Stephen Nathan de Bones y el nombramiento como showrunners de Michael Peterson y Jonathan Collier. La reflexión que hicieron
de volver la vista al pasado de Bones,
nos ha dado la oportunidad, cuando algunos creían que ya no era posible, de que
en la UNDÉCIMA, sí, la UNDÉCIMA temporada, disfrutemos tanto
como en las cinco primeras. De que la
complicidad, el humor, la empatía hayan vuelto a Bones, con un aliciente
más, la serialización de las tramas
de los personajes.
¡Qué buenos episodios estamos
viendo! ¡Cómo siguen creciendo los
personajes! Todos los personajes. Y como dije en la reseña de The Monster in the Closet (11.13),
nunca es mejor Bones que cuando
homenajea Bones y en The Last Shot at a Second Chance, hay
unos cuantos homenajes.
Por supuesto que como su título indica The
Last Shot at a Second Chance va de segundas
oportunidades, las que los personajes buscan desesperadamente para rectificar
su pasado, unos la aprovecharán y conseguirán una nueva vida, otros… otros morirán
en el intento, aunque como Bones es
Bones, su muerte no será en vano. Pero lo mejor será empezar por el principio y el principio de Bones son:
BOOTH Y BRENNAN
Sucede a veces que los
dioses antojadizos, para evitar su olímpico aburrimiento, ciegan los ojos de
sus favoritos, a veces con humo, a veces como en el caso de la doctora Brennan con arrogancia. Cuando comienza
el episodio Booth quiere ayudarla a
preparar su comparecencia ante el comité del FBI que investiga su actuación en The Murder of the Meninist (11.12)
cuando en la sala de interrogatorios le pegó un puñetazo a un sospechoso.
Booth conoce bien la forma de actuar del FBI, ha oído
rumores de suspensión, de clases de manejo de la ira. Pero Brennan, es Brennan y para ella eso son tonterías, una pérdida de tiempo y de recursos. Le pegó cuando
el misógino dijo que Booth le pusiera un
bozal, tuvo suerte de que sólo le
diera un puñetazo.
Booth que conoce la casa mejor que ella, sus normas y
protocolos, le dice que en estos casos es mejor aceptar los hechos y demostrar
remordimientos. Pero Brennan no los
siente, y como no los siente no tiene porqué mostrarlo. Booth insiste, el FBI no tiene porqué
saberlo. Sin embargo Brennan, cabezota, no ve
la gravedad del problema y no va a hacerle caso.
Y entonces la escena
cambia, la conversación seria se torna en divertida con un guiño a los fans y un
homenaje a The
Bones on the Blue Line (5.15) y la página 187 (en la que Brennan
describía una de las “fabulosas cosas” que Hodgins
y Angela practicaban en la cama). Booth
le pregunta si aceptaría su consejo en el caso de que le hiciese precisamente
eso que ella describió en la página 187. Para nuestra sorpresa, Brennan no tiene el estado de ánimo
adecuado para esa cosa en particular.
¡Si a Brennan le encanta el sexo!,
¿qué le pasa que está desganada?
Booth
vuelve a
intentarlo, en la página 92 hay una cosa
que implica un salto y unas orejas de conejo (señor, señor qué cosas escribe). Tampoco le convence.
"— Podrías convencerme para seguir tu consejo con la cosa de la página 214 —le propone insinuante. Menos mal, Brennan aún quiere sexo con Booth, pero qué sexo. Booth busca ansioso la página 214 y se da cuenta de que es algo…
— Ah… muy tribal. Voy a preparar la baraja —dice. Brennan se levanta, ella va a preparar las máscaras."
Y por supuesto nosotros perdemos la
oportunidad no sólo de averiguar qué fabulosa escena de sexo describía la
página 187, sino también la de la 214, aunque por el tambor que se pone a tocar Booth y sus gruñidos de mono, podemos
hacernos una ligera idea de dónde nuestra antropóloga sacó la inspiración.
Pero… el caso es que… o
bien la cosa de la página 214 no resultó
tan fabulosa como la habían imaginado o bien Brennan ante el comité se olvida de cumplir su trato, de, por unos
instantes, fingir que no se sabe la mejor antropóloga forense del mundo y aceptar
que las reglas de comportamiento que rigen para el resto de los humanos también
se le aplican a ella. El caso es que cuando el comité le hace ver la gravedad
de la situación, cuando le dicen que el FBI no se lo toma a la ligera, ella responde: “Tonterías”. Y en vez de arrepentimiento esgrime las
estadísticas de exculpación del FBI a sus agentes.
Y cuando le insisten en que golpeó a un hombre
desarmado, su respuesta no puede ser más contundente e inapropiada “Se lo merecía”. Y me pregunto ¿dónde
se había dejado Brennan la inteligencia esa mañana? Su suerte es que el
comité suspende la reunión hasta el día siguiente en que interrogarán a Booth, de sus respuestas dependerá que
la suspendan o no. ¿No podría haber sido
lista y mentir un poquito? Por supuesto que no, si lo hubiera hecho no habría necesitado
una “segunda oportunidad” y el
subtexto del episodio se nos habría ido al garete.
LOLA Y KENNY
Lola Marshall es la víctima del caso, una exdrogadicta que llevaba dos semanas desaparecida de un centro de rehabilitación. Según el director del centro y su compañera de habitación, era una presa modelo, había conseguido un trabajo y estaba decidida a cambiar de vida, a darse otra oportunidad.
El principal sospechoso del crimen, un
vendedor de crack contra el que Lola testificó, resulta ser Kenny J, un viejo conocido de Booth y nuestro. El preso que en The Conspiracy in the Corpse (10.01)
guardaba la espalda de Booth, el que
recibió una puñalada por evitar que le robaran la foto de Brennan y Christine que tanto le consolaba cuando estaba en la
cárcel.
Booth, al contrario de
Aubrey tiene fe en Kenny lo conoce, es un buen tío. y cuando
van a interrogarlo a su lugar de trabajo, un taller mecánico, Booth le trata con consideración. Kenny
se sorprende al enterarse de la muerte
de Lola y les cuenta que cuando recientemente se volvieron a encontrar se
ignoraron. Cuando la mataron estaba en su casa viendo la televisión. Y ante la actitud comprensiva que Booth muestra hacia él Aubrey
protesta, lo trata como un amigo, pero Booth le corta, no permite que le cuestione, conoce bien su
trabajo.
El caso se complica cuando en el
laboratorio descubren que Lola había dado a luz. ¿Podría ser Kalani, la hija,
la asesina? ¿Podría haberse vengado de su madre? Pero no, la hija no la mató, está
embarazada y su madre estaba dispuesta a cuidarlas a ella y a su hija, iban a convertirse en una familia, a vivir
juntas. Para sorpresa de Booth, Kalani
dice que su madre estaba frustrada por causa de Kenny, que cuando la visitó lo sorprendió esperándola en el coche.
Booth vuelve al taller para hablar con Kenny que en
principio no sabe ver la gran muestra de confianza en él que eso significa y se
enfada porque va a conseguir que lo despidan. Aún así se sincera, hacia un mes
que había descubierto que Kalani era su hija. Lola quería que la conociera pero
que él no se había atrevido porque se avergonzaba de sí
mismo. Por eso se quedó en el coche. Luego la acompañó hasta el centro, la dejó
a mitad de camino y no la volvió a ver más.
Y en la habitación de Lola en el centro, Aubrey y Jessica encuentran una lámpara
manchada de sangre con el pedestal lleno de bolsas de droga, Wiley Monky “El mono mañoso” (señor,
señor). Aubrey detiene a Jazmin, la
compañera. Pero ella insiste en que se enteró que Lola estaba muerta cuando se
lo dijeron. ¿Podría haber sido su proveedor de droga el asesino? Jazmin se
calla, tiene miedo de que él vaya a matarla.
Y puestos en esa tesitura necesitan más
pruebas del laboratorio y por supuesto las consiguen, en las costillas de Lola
hay unas partículas que Hodgins
descubre como pertenecientes al maletero de un BMW, según Brennan, el asesino la golpeó, la llevó al maletero para
desprenderse del cadáver, cuando lo abrió se dio cuenta de que estaba viva y
entonces le disparó (otro homenaje). ¿Quién es el asesino? Quien debería de
haberla protegido, el director del centro de rehabilitación, que aprovechándose
de su circunstancia traficaba con drogas, cuando Lola lo sorprendió la mató.
En fin, que a Lola le robaron su segunda
oportunidad, pero allí está Booth y
su innata fe, a pesar de todo lo vivido y sufrido, para conseguir que su muerte no sea en vano. Brennan le acompaña y asisten,
asistimos a una hermosa escena. Cuando Kenny conoce finalmente a su hija. A ellos sí, la vida les va a dar una
segunda oportunidad, ellos sí van a poder ser por fin, una familia.
AUBREY Y JESSICA
Y una oportunidad tienen, al
principio del episodio, Aubrey y Jessica
de consolidar su relación y la pierden. Cuando no está de los dioses que las
cosas sucedan se chocan las cabezas, la nariz sangra, los coches cruzan rápidos
los charcos, las parejas se empapan, el teléfono suena, un cadáver aparece y el
momento pasa. Pero el amor está en el aire y ambos a lo largo del episodio se
lamentan de la situación.
Aubrey se
lo comenta a Booth, quién mejor que él
sabe de momentos perdidos en una relación, seis años le llevó consumar su amor
por Brennan. Aunque para mí que
intenta ser amable cuando le dice que el
primer beso es siempre difícil. En realidad para él y Brennan no lo fue, se besaron con lengua al poco de conocerse y
cuando las cosas se les torcieron tuvieron en Caroline el hada madrina de la flota del Pacífico.
Jessica por su parte se lo cuenta a Cam, está frustrada, un glaciar se mueve más rápido que su relación. Piensa que los sentimientos están ahí, pero eso no importa si físicamente no
se no se exteriorizan, tal vez nunca vuelva a tener otro orgasmo y entonces la vida se convertiría en un inútil
ir de un maratón de cine a otro”, se pregunta histérica. Y Cam, más
madre que jefa, le responde lo que Jessica en su fuero interno sabe, que Aubrey está loco por ella. Que las relaciones, las complicaciones
que acarrean a veces asustan, y que es más fácil huir que hacerles frente.
Y al final del episodio, los dioses se
conduelen de su infortunio y nos vuelven a guiñar el ojo a los fans. Aubrey y Jessica pasean por la calle,
se despiden como amigos, pero… en esas que aparece un coche, Aubrey grita, “Jessica”, Jessica se vuelve, desencajada, sus temores de pasarse
la vida de un maratón a otro van a acabarse, su vida va a acabarse, pero… no,
allí está su caballero andante que saltando sobre ella le salva la vida. ¿Y que hace una princesa cuando su
caballero le salva la vida? Pues eso. Lo besa.
ANGELA
Y HODGINS
Se veía venir, si ya en The Monster in the Closet andaban nubes
de tormenta, el viento del norte ha terminado cuajándolas de granizos, suele
ocurrir en primavera. Se veía venir y finalmente ha estallado el turbión.
Granizos como piedras han caído sobre la cubierta de cristal de la plataforma
forense del Jeffersonian y La crisis larvada entre Angela y Hodgins por fin ha estallado.
Según internet la palabra crisis se representa con dos
ideogramas, uno significa peligro, otro oportunidad. Durante los últimos
episodios hemos sido testigos de cómo el dolor enquistado, la pérdida no
asumida puede terminar destrozando a un ser humano, destrozando una relación. Hodgins hasta ahora, había sido incapaz
de sobreponerse a su ira, a su dolor. Y pagaba contra quien se paga siempre,
contra quien lo quería. Angela convertida
en un muñeco del pimpampum recibiendo sofióntras sofión. ¿Quién se cansaría
primero? ¿Hodgins de pegarlos? ¿o Angela
de recibirlos?
En la tercera pregunta parece en estos primeros momentos estar el peligro
para la relación. En que Angela cayese
en la tentación. ¿Qué tentación? Los productores han jugado sibilinamente con fans
a cuenta de las tentaciones de Angela y el guion del episodio lo hace abiertamente con los
personajes. La visita que Sebastian Khol,
el fotoperiodista, hace a Angela en
el Jeffersonian es una trampa, que
le proponga que su próxima reunión tenga lugar en su estudio, otra y la más tremebunda, que Angela vaya al estudio, que se besen y que terminen en la cama quitándose la ropa...
… Para despertarse en su despacho y
con un Hodgins más desagradable que
nunca a su lado. Todo ha sido un sueño,
pero… dormida ha pronunciado su nombre. Se lo dice su marido que lo ha oído.
Y Parece como si todo el amor que otrora
sintiera Hodgins por Angela se hubiera desvanecido, como si
la cubierta del Jeffersonian estuviera a
punto de caer sobre la cabeza de la malcasada. ¿No intercederá nadie por ellos?
Brennan lo intenta, está preocupada por él,
le dice pero a Hodgins las palabras
de apoyo no le importan
—A veces no importa que todo el
mundo te apoye si el éxito queda fuera de tu alcance —le responde.
Pero Brennan es Brennan y dice justo lo que tiene que decir. Si él
éxito queda fuera de nuestro alcance entonces el éxito tendrá que redefinirse
hasta el punto en hacerlo posible.
En realidad lo que le dice es algo
que él ya sabe, adáptate, acepta quién eres ahora, deja de lamentarte por
lo que has perdido y lucha por
construirte otro yo más acorde con tus circunstancias, estás vivo, tienes otra oportunidad.
Pero no está que Hodgins lo oiga. Sobrevivir no necesariamente
significa vivir, dice, se da la vuelta y se marcha con su ira y su
frustración.
Y
llegados a este punto se hacía necesaria una conversación entre amigas. Angela se sincera con Brennan, le cuenta el sueño erótico que
ha tenido con Sebastían y que Hodgins
lo sabe. ¿Tienes intención de engañarlo con Sebastian? Le pregunta Brennan. Pues claro que no, Angela quiere a su marido, el
problema es que ya no son un verdadero matrimonio y eso que según Brennan, Hodgins físicamente puede tener sexo. Pero da igual, Hodgins ha renunciado y Angela está
destrozada. Un abrazo de Brennan
es un pequeño consuelo.
Pero no, el mayor peligro para la relación
no es Angela, el mayor peligro es Hodgins, su huida hacia delante. Y
cuando la jornada termina, cuando es la
hora de irse a casa Hodgins le dice
que él no irá. ¿Esto es por el sueño? No es por el sueño, es por todo, le
responde y le entrega los
documentos con todo lo que le pertenece, el dinero, las propiedades, todo es de
ella. Angela no entiende lo que
significa y Hodgins es muy claro. “Hemos roto”. Es su culpa, es un
miserable y lo peor es que se lo está haciendo pasar mal a ella.
Angela se niega a
aceptar el fracaso. Cambia, le pide, lucha.
Porque así es la vida, dura, dolorosa, pero hay que luchar, tienen que luchar
juntos. “Es mi decisión”, le responde un Hodgins desarbolado. Y no, tiene razón Angela, no es su decisión, es
la decisión de un cobarde. Ella no quiere nada de la carpeta. Lo quiere a él. Y recogiendo sus
cosas le devuelve los papeles y le dice. Te veo en casa.
Y lo ve, porque
Hodgins, el bendito doctor Hodgins vuelve junto a la mujer que lo ama, vuelve para
luchar. Aunque la lucha la veremos otro día, hoy su historia termina cuando Hodgins se acerca a la cama donde
Angela llora su desgracia, la coge de la mano y la acaricia. Angela y Hodgins tendrán una segunda
oportunidad.
BRENNAN Y BOOTH
Sí, al
final Brennan tiene su segunda oportunidad. Y en la nueva audiencia, en
presencia de Booth por fin asume
la responsabilidad de sus actos y dice estar dispuesta a acertar el castigo.
Y Booth
ante la pregunta de si lo volverá a hacer, responde que Brennan cometió un error, que todo el mundo los comete, pero que lo
importante es aprender de ellos. Booth
no sabe si Brennan volverá a pegarle a alguien pero se merece una oportunidad.
Y se la dan, se la dan y la polémica se
desata entre ellos, porque lo que el comité dice es que estará seis meses a prueba bajo la supervisión de Booth, que un fallo de ella será considerado un fracaso de Booth. ¿Lo
aceptan? Y lo que son las cosas.
Booth dice de inmediato que aceptan,
Brennan que no, que "Booth no hizo
nada malo. No debe ser considerado responsable de mis acciones". Booth insiste, lo aceptan, Brennan que no, y así seguirán hasta el infinito para desesperación de la presidenta del comité y para nuestra diversión.
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